Cuando veíamos la brillante carrera del fotógrafo Said Energizer, y sobre todo las increíbles modelos con las que trabajaba, nos preguntábamos con quién terminaría casándose. La respuesta resultó estar en la mejor de todas las chicas que fotografió: Ksusha Krasivchik.
Para nosotros, habitantes de la lengua castellana, el nombre de esta modelo es casi impronunciable. Pero su impactante presencia hace innecesarias las palabras y hasta las presentaciones. No hemos visto muchas mujeres así, y eso que vivimos de buscar belleza alrededor del mundo.
Y es que, si impresionó a Said Energizer al punto de que se casó con ella, es porque él tampoco vio nada igual. Y eso que en serio nunca supimos de un fotógrafo con más acceso a la belleza. Cientos de modelos han posado frente a su cámara y la verdad es que parecen diseñadas por un maligno software porque todas han sido inexplicables a la vista.
Pero Said no solo se casó con ella, sino que además hizo una familia. Ya tienen descendencia y como era de esperar han engendrado un ángel.
También debe ser lo máximo para una mujer contar en casa con uno de los mejores fotógrafos del mundo para que siempre la retrate bella en cada toma.
De todas formas, aquí queremos hablar es de la envidia. Contrólela. Respire profundo. No se deje contaminar y recuerde el mandamiento que dice: “No codiciarás a la mujer de tu prójimo”. Pero si nos ponemos profundos, es culpa de esta pareja que la envidia se haya apoderado del mundo. Porque cuando Abraham viajó a Egipto y vio que su esposa era hermosa entre las demás, temió por su vida.
Y aunque ya no estamos en una época en la que puedan matar a Said Energizer para robarle la esposa, la envidia sigue siendo mala.
Fuente: Nalgas y Libros
Esta entrada fue modificada por última vez el 14 de septiembre de 2022 a las 2:55 PM