El presidente de Estados Unidos, Barack Obama anunció en la mañana del martes detalles del decreto con el que se pretende controlar la venta de armas con el objetivo de frenar los constantes tiroteos que han dejado víctimas inocentes en ese país.
«Los Estados Unidos de América no son el único país del mundo con personas con tendencia a la violencia, pero somos el único país que vemos que esa violencia emerge con mucha frecuencia, más que en otros países avanzados», dijo Obama al resaltar la urgencia del decreto.
«El lobby -para la aprobación del decreto de regulación de la venta- de las armas no puede tomar de rehén a Estados Unidos”, dijo.
Agregó que «de algún modo nos desensibilizamos y pensamos que es normal y pensamos cómo resolver el problema y es uno de los debates más politizados a pesar que hay un consenso general sobre lo que se debe hacer».
En un acto en la Casa Blanca, acompañado de familiares de víctimas de la violencia causada por las armas, Obama subrayó que el país ha vivido «demasiados tiroteos» masivos en los últimos años y que eso no ocurre en el resto de países desarrollados.
«Tenemos que tener un sentido de urgencia» porque cada día «mueren personas» a causa de las armas de fuego, afirmó el presidente al recordar que 30.000 personas mueran anualmente en incidentes con armas de fuego.
Reunión previa
Obama había señalado previamente su decisión de presentar una serie de decretos dirigidos a detener «flagelo de la violencia» derivada del uso de armas.
«Es necesario decirlo muy claramente: esto no va a impedir todos los crímenes violentos ni todos los tiroteos (…) pero potencialmente permitirá salvar vidas», dijo Obama tras una reunión en la oficina Oval de la Casa Blanca con la secretaria de justicia Loretta Lynch.
Tras siete años durante los cuales, tiroteo tras tiroteo, Obama ha tenido que expresar su frustración por no poder impedir el uso indiscriminado de armas, el presidente demócrata parece decidido a actuar incluso en medio de una campaña presidencial en curso.
Con ello arriesga a verse sometido a un intenso debate y a las denuncias de la oposición republicana que previsiblemente lo acusará de comportarse como un monarca o un dictador.
Más de 30.000 estadounidenses mueren cada año por disparos de armas de fuego.
La principal medida a tomar apunta a generalizar la obligatoriedad de someter a una estricta revisión los antecedentes judiciales y de estado psiquiátrico de cualquier persona que quiera comprar un arma.
El gobierno también espera clarificar la definición de quién puede ser considerado un vendedor legal de armamento, señalando que «toda persona implicada en la venta de armas que utilice internet u otras tecnologías debe obtener licencia, exactamente de la misma manera que los negocios tradicionales», señaló la Casa Blanca.
En Estados Unidos es posible evadir los controles exigidos por las autoridades federales a los vendedores de armas autorizados al comprar armamento, sin ningún control, en ferias itinerantes o en internet.
Aún sin conocer los detalles, los republicanos ya han empezado a atacar con virulencia la iniciativa presidencial.
«No vamos a estar más en posibilidad de adquirir armas», manifestó este lunes en su estilo lapidario el multimillonario Donald Trump, que encabeza cómodamente las primarias para elegir al candidato presidencial republicano.
Trump cuestionó en una entrevista con CNN que el presidente haya preferido pasar «dos semanas jugando golf» en vez de reunirse con los congresistas para tratar de buscar un compromiso sobre el tema de las armas.
Derecho fundamental
Los argumentos contra las propuestas de Obama no se harán esperar. Muchos de sus detractores opinan que los controles impuestos a la venta de armas no han logrado contener la serie de tiroteos y balaceras que ha ensangrentado a Estados Unidos.
Pero la Casa Blanca defiende estos controles y dice que a pesar de las fallas, el sistema de verificación de antecedentes ha permitido en los últimos 15 años bloquear la venta de unos 2 millones de armas de fuego que podrían haber caído en malas manos y juzgan coherente reforzarlas.
Entre las propuestas de Obama se encuentra la creación de 200 nuevos puestos de la Agencia Federal de Drogas, Tabaco y Armas. Igualmente se propone al Congreso la inversión de 500 millones de dólares para el tratamiento de personas con problemas psiquiátricos.
Al unísono, los candidatos republicanos han prometido borrar de un plumazo cualquier medida que se adopte. «En mi primer día en la Casa Blanca haré desaparecer todos esos decretos», ha señalado el senador por Florida y también aspirante presidencial de ese partido Marco Rubio.
Obama, de su lado, ha insistido en que no planea tocar ni una coma de la célebre «segunda enmienda» -que permite a los ciudadanos el libre uso de armas- y ha reconocido que existe una «fuerte tradición de posesión de armas» entre los estadounidenses.
El presidente ha asegurado este lunes que las medidas que se propone presentar, que están siendo estudiadas con lupa por los abogados de la Casa Blanca, respetaran plenamente la constitución y se enmarcarán en forma estricta dentro de sus funciones de jefe de Estado.
El jueves Obama defenderá sus medidas en un foro con preguntas que se realizará en la Universidad George Mason University en Fairfax (Virginia) y que será transmitido en directo por la televisión.
Esta entrada fue modificada por última vez el 5 de enero de 2016 a las 12:22 PM