El Gobierno de Rusia exigió cesar la injerencia estadounidense en los asuntos internos de Cuba tras los disturbios ocurridos en La Habana y otras localidades de la isla.
«Se exige solo una cosa a Estados Unidos y sus acólitos que no se inmiscuyan en los asuntos de los países soberanos«, dijo la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, en una comparecencia ante la prensa.
La funcionaria llamó a Washington a ser objetivo y dejar a un lado su hipocresía y sus estándares dobles en la política.
«Que sean los propios cubanos, el Gobierno y la población, los que decidan su futuro», enfatizó.
La portavoz recalcó que «si los estadounidenses realmente están preocupados por la situación humanitaria en Cuba y quieren ayudar a los ciudadanos de a pie, deben levantar el bloqueo, condenado por el mundo entero«.
Zajárova advirtió también sobre los intentos de Washington de desatar una ‘revolución de colores‘ en Cuba.
«Primero imponen sanciones, luego generan o crean artificialmente problemas que agravan la situación económica y social. Provocan tensiones y encienden los sentimientos antigobierno y cuando se alcanza la masa crítica culpan al Gobierno. Le ponen etiquetas, desacreditan su gestión y así llevan la situación al límite. Este mismo algoritmo están tratando de usar en Cuba», consignó.
Esta estrategia de los estadounidense, explicó, no es nueva y ya la han empleado en otras partes del mundo para «incitar revoluciones de colores contra Gobiernos incómodos«.
Zajárova increpó a Washington su doble rasero y recordó que las autoridades estadounidenses desataron una caza de los manifestantes que participaron en las protestas del 6 de enero en el Capitolio, acusándoles de terrorismo por tener ideas políticas diferentes.
Cuba fue escenario de disturbios el pasado 11 de julio en varias localidades que dejaron una persona fallecida.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, acusó a los grupos organizados de estar financiados desde Estados Unidos y que se han aprovechado de la crisis económica y el rebrote del COVID-19, para incentivar sus acciones desestabilizadoras para provocar el derrocamiento del Gobierno.
