Un reciente estudio ha revelado que el olor a recién nacido o bebés activa partes del cerebro femenino asociadas con el placer y la recompensa, similar al efecto del aroma de una comida deliciosa. Este descubrimiento añade una nueva capa de comprensión sobre el vínculo maternal y el rol de los sentidos en este proceso.
El estudio destaca que el aroma de un recién nacido desencadena una liberación de dopamina, un neurotransmisor clave en el sistema de recompensa del cerebro. Esta respuesta es especialmente pronunciada en mujeres que ya han sido madres, sugiriendo que la familiaridad y la experiencia previa intensifican esta reacción.
Según la teoría más aceptada, este fenómeno podría ser una «ayuda» evolutiva del bebé para reforzar el vínculo con sus padres. El objetivo de este agradable olor sería fomentar la conexión entre padres e hijos, ayudando a los progenitores a superar el estrés y el agotamiento propios de la crianza temprana.
RECONOCIMIENTO OLFATIVO
Los estudios han demostrado repetidamente que las nuevas madres son capaces de reconocer a sus bebés únicamente por el olor. Este reconocimiento no es unilateral; los bebés también muestran señales de poder identificar a sus madres a través del olfato.
Esta capacidad olfativa recíproca fortalece el vínculo emocional y facilita la interacción temprana entre madre e hijo.
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A pesar de estos avances, aún persisten preguntas sin resolver. Los científicos no tienen una comprensión clara sobre qué exactamente causa el aroma a recién nacido ni por qué este olor desaparece con el tiempo. La investigación continúa en busca de respuestas que podrían arrojar más luz sobre la importancia de este fenómeno en la relación parental.
Este estudio subraya la importancia del olfato en la conexión humana y abre la puerta a la investigaciones sobre cómo los sentidos influyen en nuestras relaciones más fundamentales.
Esta entrada fue modificada por última vez el 2 de julio de 2024 a las 1:40 PM