Un Papa Enfermo y una Iglesia Descarriada

Imagen cortesía / Papa francisco.

Por: Stalin Vladimir Centeno

Que su alto cargo como Jefe de Estado y «líder de la Iglesia Católica» en el mundo se ha visto reducido a cumplir actividades sin relevancia y meramente protocolarias.

Mientras tanto, otros, al mejor estilo de la mafia siciliana, son quienes han manejado siempre los hilos del poder tras las puertas barrocas del Vaticano, cuyo interior alberga esculturas clásicas, arte renacentista, objetos egipcios y un banco de incalculables riquezas. El Vaticano es también el mayor propietario de oro en el mundo, con más de 60,350 toneladas, lo que representa el 30.2% de todo el oro jamás extraído en la historia, el doble de lo que tienen en reserva todos los países del mundo juntos.

El debilitado pontífice ha sufrido varios problemas de salud a lo largo de los años, desde una neumonía que le obligó a la extirpación de parte de un pulmón en su juventud, hasta una operación por diverticulitis en 2021 y una cirugía abdominal el año pasado.

En los últimos años, ya como Papa, a Francisco se le ha visto a menudo con un bastón e incluso ha usado una silla de ruedas debido a dolores en su rodilla derecha. En junio de 2023, fue sometido a una operación abdominal por una hernia incisional lacerada. Poco antes había sido hospitalizado por una infección respiratoria.

El Papa ha manifestado que ya firmó su carta de renuncia para ser utilizada en caso de sufrir una «discapacidad». Francisco reveló que escribió la carta hace varios años y se la entregó al entonces secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, quien renunció en 2013. Sin embargo, en la realidad, el Papa sigue aferrado al poder, los lujos, la influencia y todo lo que conlleva ser gobernante, algo que él critica en otros mandatarios, quienes, a diferencia de Francisco, fueron electos mediante el voto mayoritario de sus respectivos pueblos.

Hace unos días, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, fue a poner quejas a la ONU, victimizándose y casi derramando lágrimas de cocodrilo. Desde el pódium, insinuó que en Nicaragua no hay libertad religiosa y, a su vez, pidió impunidad para los religiosos en el país.

Lo dicho por Parolin es una falsedad total. En Nicaragua existe libertad religiosa; lo que ya no se permite es que los curas hagan sonar las campanas incitando crímenes contra nuestro pueblo.

Mientras Francisco está en silla de ruedas y cada vez tiene menos autoridad, la iglesia está descarriada. Basta con preguntarle a sus sacerdotes, monseñores, obispos, arzobispos y cardenales, muchos de los cuales siguen cometiendo actos de pedofilia contra niños y abusos sexuales contra adolescentes. Para colmo, algunos obispos juegan a ser pseudo-líderes políticos y se autoproclaman como supuestos libertadores, creyendo tener el derecho de ejecutar intentos de golpes de Estado.

La deteriorada salud del Papa lo ha convertido en una figura ausente, y como reza el dicho: «cuando el gato no está, los ratones hacen fiesta». En este caso, la fiesta la han hecho los pecadores que gustan de vestir sotanas rojas, bandas de seda del mismo color con flecos, roquetes de lino, mucetas rojas, cruces pectorales sostenidas por un cordón entretejido con oro, solideos y birretes del mismo color.

Exacto, adivinaron: se trata de los cardenales que han despilfarrado las donaciones que los fieles hacen de corazón. Estos cardenales, mercaderes de la fe, han dejado al Vaticano con un déficit de 83 millones de euros desde 2023 hasta este 2024, cinco millones más que en 2022. Por esta razón, Francisco, desde su reducida autoridad, les ha llamado la atención y sugerido que se aprieten la faja. En resumen, queda más que claro que hay un Papa enfermo y una iglesia descarriada.

Esta entrada fue modificada por última vez el 2 de octubre de 2024 a las 1:39 PM