Cipriani, el cardenal «carnívoro y mano larga»

Imagen Cortesía / Portada Stalin Magazine

Por: Stalin Vladímir

A Juan Luis Cipriani, el papa Juan Pablo II en el año 2001 lo hizo Cardenal de Perú, su influencia cardenalicia la utilizó para apoyar la dictadura de su amigo Alberto Fujimori quien gobernó con mano de hierro entre 1990-2000, al cardenal Cipriani se le recuerda por su poder que duró dos décadas y que desde su cargo jerárquico se mostró como activista de la ultraderecha latinoamericana, se codeó con varios papas desde Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, este cardenal caído en desgracia desde el año 2019, pertenece a la secta diabólica Opus Dei de la cual es su primer cardenal.

Como la gran mayoría de «altos cargos» que debajo de su sotana negra esconden sus peores aberraciones sexuales y que la iglesia católica como un principio «sagrado», tiene el de protegerlos, pero que además en mucho de los casos hasta cometer la barbarie de premiarlos, el caso de Cipriani hoy de 81 años, no sería la excepción a la regla.

Los abusos y cochinadas del cardenal destituido desde el 2019, se destaparon allá por el año 2018, cuando el papa Francisco recibió una carta de denuncia. La misiva era firmada por un hombre que hoy tiene ya 58 años de edad, en la que acusaba directamente al cardenal Cipriani, de haberlo abusado cuando apenas tenía entre 16 y 17 años de edad y para darle mayor veracidad a su denuncia, el hombre recuerda que fue en un centro de Opus Dei en Lima Perú. Según el testimonio de la víctima, su calvario iniciaba cada vez que acudía a confesarse con Cipriani el cual le metía las manos por debajo de la camisa en la parte de su espalda, bajaba las manos y le tocaba sus posaderas una y otra vez, seguidamente lo abrazaba e intentaba besarlo en la boca.

El hombre relata en su misiva a Francisco, que previamente Cipriani, lo reprendía en el confesionario y cuando lo veía vulnerable, daba inicio a sus aberraciones. El denunciante prosigue en su contenido e indica a Francisco que denunció al jerarca católico pero nadie de la iglesia lo ayudó por el contrario, su victimario fue premiado en 1986 siendo nombrado vicario del Opus Dei en Perú, pero los premios continuaron para el «carnívoro y mano larga de Cipriani» y en el año 1998 asumió el cargo de obispo auxiliar de ayacucho, después fue arzobispo en 1995, pero si esos reconocimientos no fueran suficientes para un abusador como él, ya por el año 1999 lo elevaron al cargo de arzobispo de Lima y el premio mayor lo recibió en 2001 cuando el entonces papa Juan Pablo II lo blindó de inmunidad nombrándolo cardenal, que al final de cuentas se traduce en impunidad.

Es relevante indicar que cuando el cardenal Cipriani cae en desgracia pues su delito es tan grande que la iglesia no puede taparlo más, se le obligó a abandonar Perú, tener una residencia fija fuera del país e indicar su dirección, pero no solo eso porque el papa le prohibió utilizar los símbolos cardenalicios y debía guardar silencio absoluto del escándalo, todo esto como consecuencia de la denuncia de pederastia en su contra.

La «podredumbre de este cardenal pecador, come carne y mano larga» vuelve a ser noticia porque aún cuando tenía prohibido regresar al Perú por órdenes directas de su santidad Francisco. Cipriani decidió retar y confrontar a la jerarquía vaticana y hace unos días ha viajado a Perú, para recibir en el Ayuntamiento de Lima la medalla al mérito de la institución. Pero como las coincidencias no existen, es importante señalar que el «inmerecido reconocimiento», se lo entregó el alcalde, Rafael López Aliaga, otro miembro de la secta diabólica Opus Dei, que dicho sea de paso ocupa el cargo público de alcalde para tratar de lavarle la cara al «cochino cardenal Cipriani», al punto de afirmar que las acusaciones de pederastia, que el Papa ha dado por ciertas, son según él, una “gravísima difamación”. La gente en Perú está doblemente indignada, por un lado por el retorno del cardenal a ese país y por el otro por haberle entregado un reconocimiento que no merece y desde ya están exigiendo a las autoridades, que le sea retirado.

Por su parte el cardenal Cipriani, se anda lavando las manos como «Poncio Pilato,» se declara una «santa paloma» dice que él no quiebra ni un solo plato, que es inocente y que es hasta vegetariano. Ante los medios de comunicación que hoy lo increpan, el cardenal, afirma que las acusaciones son falsas: “No he cometido ningún delito ni he abusado sexualmente de nadie ni en 1983, ni antes, ni después”. Pero además desautoriza al papa y critica la actuación del jefe del Vaticano.

“En agosto de 2018 fui informado de que había llegado una denuncia que no se me entregó. A continuación, sin haber sido escuchado, sin haber sabido más y sin que se abriera un proceso, el 18 de diciembre de 2019 el Nuncio Apostólico me comunicó verbalmente que la Congregación para la Doctrina de la Fe me había impuesto una serie de penas limitando mi ministerio sacerdotal y pidiendo que tuviera una residencia estable fuera del Perú. También se me pidió que guardara silencio, cosa que he hecho hasta ahora”.

Por lo visto, este cardenal al igual que muchos otros, «mata y va a la vela», pero ya las autoridades del Vaticano le han hecho saber que las medidas disciplinarias en su contra siguen en vigor, aunque el cardenal Cipriani afirma que él, se reunió con el papa Francisco el 4 de enero de 2020 y el líder del Vaticano le permitió reanudar su «trabajo pastoral».

A nivel global, un informe de 2018 de la Organización Ending Clergy Abuse (ECA) el cual seguramente estas cifras ya aumentaron para este 2025, pero que en ese entonces estimó alrededor de 100,000 víctimas de pederastia clerical reconocidas en todo el mundo, mientras que informes internos del Vaticano contabilizan aproximadamente 600 denuncias al año por pederastia. Es importante destacar que estas cifras pueden ser solo una fracción del total, ya que muchos casos no se denuncian debido al estigma, el miedo o la prescripción de los delitos. La Iglesia Católica ha reconocido estos abusos y ha implementado medidas para prevenir futuros incidentes y apoyar a las víctimas, pero no son suficientes y en la realidad sigue habiéndo protección para los victimarios.

Esta entrada fue modificada por última vez el 30 de enero de 2025 a las 6:42 PM