Carmen Díaz de Alda: “La revolución de Darío perdurará para siempre”

Carmen Díaz de Alda es una prestigiosa filóloga española residente en Finlandia. La doctora Díaz de Alda ha sido profesora numeraria por oposición en la Universidad Complutense de Madrid, donde colaboró en la organización de las Primeras Jornadas sobre Modernismo Hispánico, celebradas en 1986 y publicadas en 1988 («Modernismo Hispánico. Primeras Jornadas» [7-11 abril 1986], Madrid 1988, ICI y Departamento de Filología Española III, UCM).

Incansable estudiosa de la lengua de Cervantes y de Darío, Díaz de Alda ha publicado numerosos libros y artículos, especializándose en Luis Rosales (España, 1910-1992) y Ángel Ganivet (España, 1865-1898), entre otros prominentes escritores. Desde finales de la década de los ochenta, la connotada docente e investigadora ha formado a generaciones de filólogos en universidades de Tampere, Turku y Helsinki.

La destacada lingüista madrileña conversó con Ricardo Alvarado, embajador de Nicaragua en Finlandia, durante un evento cultural de la embajada española en el país nórdico.

¿Qué significa Rubén Darío para usted?

Para mí, uno de los grandes de la literatura en castellano. En España, aludiendo como es natural a su origen nicaragüense y conociéndose bien su biografía, se estudia en los programas de literatura como un escritor español más junto a los grandes nombres de los nacidos en España (ese es también el caso de la escritora novohispana Sor Juana Inés de la Cruz). Sus viajes, destinos diplomáticos, colaboraciones en prensa, relaciones personales con los más importantes artistas de la época y toda su peregrinación vital contribuyeron a enriquecer su visión del mundo y transmitirla a través de un mundo poético único. Tendríamos que trasladarnos por medio de una especie de “túnel del tiempo” a las dos últimas décadas del siglo XIX para poder siquiera imaginar la revolución poética que supuso Darío en aquellos años, su increíble capacidad de exigencia artística y lo novedoso de sus ideas. Nuestro poetaLuis Rosales, que tantos amigos cosechó en Nicaragua, fue un grandísimo admirador de Darío, del que decía que “no es partidario de la forma, sino de la idea” y que era tan grande porque se sumaba siempre a lo mejor. El propio Darío decía que “el arte no es un conjunto de reglas, sino una armonía de caprichos”.

¿Cuál es su obra preferida de Rubén Darío?

Si yo tuviera que elegir entre las obras de Darío, me inclinaría seguramente por Cantos de vida y esperanza, una obra de absoluta madurez. Sin embargo todas ellas, Azul, Prosas profanas… tienen un enorme interés por sí mismas y representan un momento y una evolución; todas me parecen esenciales y en todas ellas encontramos nuevos logros artísticos.

Carmen Díaz de Alda es considerada una de las especialistas más reconocidas en la obra del escritor español Ángel Ganivet, contemporáneo de Rubén Darío. ¿Se relacionaron Ganivet y Darío?

Ganivet, quien publicó todas sus obras en los dos años en que estuvo destinado en Helsinki como diplomático, y Darío son casi coetáneos por nacimiento; el granadino nació en 1865 y el metapeño solo dos años más tarde. Cuando muere Ganivet (1898) Darío se encuentra en Buenos Aires. No llegaron a conocerse. Ambos ejercieron como diplomáticos, viajaron, colaboraron con la prensa, cultivaron la poesía, la prosa y el ensayo, y fueron unos avanzados en su tiempo. No recuerdo que Ganivet, que se trasladó pronto de Granada a Madrid, y de ahí a ciudades situadas en el norte de Europa (Amberes, Helsinki, Riga), mencionara a Rubén en sus escritos; lo hubiera hecho, sin duda, si su vida no hubiera tenido un fin tan prematuro y trágico. Pero Rubén sí lo incluye y lo ensalza en su artículo “La joven literatura”, de La España contemporánea.

¿Cuáles son, es su opinión, los aspectos menos conocidos de la obra dariana? ¿Qué temas son quizás los menos estudiados?

Contestaré a estas dos preguntas al mismo tiempo. En primer lugar, sería pretencioso aventurarme a sugerir los aspectos menos conocidos de la obra de Rubén Darío, ya que la bibliografía crítica existente es muy numerosa; además, no siempre es fácil acceder a las publicaciones aparecidas en Nicaragua, donde suponemos que existe un interés al menos similar al de España. Y es que en España existe una auténtica devoción por Darío. ¿Quién, ya desde niño, no conoce la famosa Sonatina? 

Siempre he sostenido que hay una relación intrínseca entre vida y literatura, y que ambas se alumbran entre sí; por ello, a nivel personal, me interesaría conocer mejor sus obras periodísticas, crónicas, diarios de viajes, sus epistolarios, etc.

Atendiendo a su segunda pregunta, creo que están poco estudiadas, o solo parcialmente estudiadas, las relaciones de Darío en sus inicios con otros escritores, como es el caso de Salvador Rueda (1857-1933), predecesor español del modernismo hispanoamericano, que le ayudó a entablar relaciones con los poetas españoles; él mismo no ocultó su admiración por Rubén y sería uno de sus seguidores; o el salvadoreño Francisco Gavidia (1863-1955), cuyo magisterio sobre la evolución poética de Rubén es indudable. Declararse heredero de los parnasianos y los simbolistas franceses ya consagrados era un “plus” para los jóvenes escritores de fin de siglo, pero referirse a los más cercanos, con los que se competía por hacerse un hueco en el mundo literario, ya no parecía tan conveniente. Y este es un hecho del que hay numerosos ejemplos en la literatura y en el arte. Sin duda convendría ahondar en esas relaciones. En cuanto a los críticos y estudiosos, puede suceder que la devoción por el objeto de nuestras investigaciones nos haga perder la perspectiva e incluso cierta objetividad, fijándonos más en la influencia de un autor sobre sus contemporáneos que las deudas de este con el mundo artístico que le circunda, como si ello pudiera restarles algún valor.

¿El impacto de Rubén Darío en las letras universales?

Rubén Darío es un clásico de las letras universales, un clásico actual, lo que significa que todavía tiene mucho que enseñarnos. La revolución que llevó a cabo en las letras hispánicas perdurará para siempre. Desde su desaparición se han sucedido innumerables escuelas, tendencias, generaciones, corrientes y todo tipo de –ismos: él sigue ahí, y seguirá, como una fuente de inspiración permanente. Así lo vio otro gran poeta, Jorge Guillén (España, 1893-1984), cuando escribió «Ninguno ha sido emperador tan absoluto en nuestros días como el poeta que logró ser poeta de todas las Españas. Solo en los versos de Rubén no se pone el sol» (Jorge Guillén, La Libertad, 23 de agosto 1921).

Una de las pruebas más recientes del interés que suscita Rubén Darío es la edición conmemorativa que la RAE y la ASALE, coordinadas por la Academia Nicaragüense de la Lengua, han dedicado al poeta con motivo del primer centenario de su muerte: Rubén Darío: Del símbolo a la realidad. Obra selecta.

¿Cómo influye, a su modo de ver, Rubén Darío en la literatura actual?

El uso de un lenguaje muy rico, rescatando términos populares y mezclándolos con cultismos; una enorme musicalidad, el erotismo colorista, pero elegante… ¡siempre la elegancia!, un paradójico «ir por libre sometido a las reglas”, tanto desde el punto de vista formal como «de fondo»: religioso o, en general, espiritual… Por un lado tiene un gran peso el indigenismo, y por otro, «las raíces europeas”: España, Grecia y la que él llamaba «la Grecia de París”, Oriente, el exotismo, y hasta el mundo de la caballería… Sería bien interesante también observar la presencia de los “motivos” rubenianos en las artes decorativas, no sólo en la pintura y la arquitectura.

Ahora bien, decirle en quién influye exactamente, en qué autores…creo que no podría contestar a eso. Sí puedo decir que el Modernismo en general sigue absolutamente vigente y es un movimiento muy valorado.

FUENTE: http://www.el19digital.com/articulos/ver/titulo:47259-carmen-diaz-de-alda-la-revolucion-de-dario-perdurara-para-siempre

Esta entrada fue modificada por última vez el 3 de octubre de 2016 a las 3:38 PM