Formaciones hexagonales en las nubes crean poderosas «bombas de aire» y desprenden vientos que alcanzan velocidades de 160 kilómetros por hora.
El famoso Triángulo de las Bermudas formado en una área comprendida entre las islas Bermudas, Puerto Rico y la ciudad estadounidense de Miami, involucra un millón de kilómetros cuadrados del océano Atlántico noroccidental.
El Triángulo de las Bermudas dio origen a numerosas historias de desapariciones de aeronaves y embarcaciones que se han cobrado la vida de unas mil personas en los últimos cien años, hechos que hasta el momento no han podido ser explicados.
Un equipo de científicos de la Universidad del estado de Colorado, EE.UU., encontró lo que podría ser la respuesta a este interrogante del triángulo: unas extrañas formaciones hexagonales en las nubes halladas a unos 250 kilómetros de las costas de Florida.
El doctor Steve Miller, meteorólogo de la universidad, explicó que las formaciones captadas por satélite presentan unos extraños límites bien definidos. «Las nubes son por lo general aleatorias, no tienen un límite definido», apuntó.
Relacionan estas formaciones con otras halladas a miles de kilómetros de distancia, en las costas del mar del Norte. Las formaciones hexagonales crean unas poderosas «bombas de aire» que desprenden vientos y alcanzan velocidades de 160 km/h, viajan hasta el agua y levantan olas de hasta 14 metros de altura, suficientes para causar desastres aéreos o marítimos.
Los científicos creen que las extrañas formaciones encontradas en las Bahamas y las del mar del Norte están relacionadas. Este hallazgo podría conducir finalmente a la solución de los misteriosos casos que involucran el naufragio de barcos y la caída de aviones.
Entre los casos más sonados se encuentra la desaparición del buque de carga de la Marina de EE.UU. USS Cyclop en 1918 y el avión de transporte British York, desaparecido en 1952, con 33 personas a bordo.
Pero el hecho más famoso, conocido como el Vuelo 19, ocurrió en 1945. Un escuadrón de cinco bombarderos desapareció sin dejar rastro alguno durante un vuelo de prueba con cielo despejado y marea tranquila. El hidroavión Martín Marine, enviado posteriormente para buscar los restos de los aviones, también desapareció sin dejar huellas.
Esta entrada fue modificada por última vez el 31 de octubre de 2016 a las 4:00 PM