Los perros son nuestros mejores amigos. Los abrazamos, besamos, jugamos y dormimos con ellos, los paseamos, son lo primero y último que vemos antes de ir a dormir. Y sin embargo, no podríamos ser más diferentes, tanto psicológica como físicamente.
Por esta razón, los perros tienen muchas actitudes que vemos a diario pero no entendemos realmente y sobre todo, no las repetiríamos. Este es el caso de la costumbre que tienen de olfatear el trasero de otros perros, especialmente en un primer encuentro.
El olfato de los perros
Los perros tienen un olfato mucho más sensible que el de los humanos, alrededor de 10 a 100 mil veces más sensible. Es por ello que estos animales se guían mucho por su olfato y están constantemente olfateando para tomar decisiones, ya sea buscar alimento en determinada parte de la casa o jugar con un perro que acaban de conocer.
El olfateo del trasero de otro perro no es más que un efectivo modo de comunicación química en el reino animal.
Los animales utilizan la comunicación química con distintos propósitos. El más conocido para nosotros es la marca de territorio, donde los animales dejan feromonas para marcar territorio y advertir a otros animales. Las feromonas son un medio de transmisión de señales. A grandes rasgos, son sustancias químicas que los seres vivos son capaces de secretar en determinadas situaciones con el fin de provocar una reacción de un animal de su especie.
En esencia, esta es la razón por la que los perros olfatean los traseros de otros perros.
Olfateando el trasero para comunicarse
Los perros olfatean los traseros de otros perros como un método de comunicación sin hablar, es algo así como «comunicarse a través de químicos». Cuando un perro se acerca a olfatear el trasero de otro perro, puede determinar la dieta, el género y el estado emocional del otro perro.
Toda esta información se desprende de la región anal a través de químicos. Las secreciones anales de los perros contienen compuestos químicos como aminas y ácidos que generan un aroma particular. Estos químicos son secretados por el ano, ya que es donde se encuentra la glándula anal que se encarga de secretar tales compuestos.
Por otro lado, los perros tienen un órgano conocido como el órgano de Jacobson que se localiza entre la nariz y la boca. Se trata de un órgano que forma parte del olfato y que es capaz de detectar distintos compuestos químicos. Este órgano permite a los perros detectar los compuestos en el trasero de otros perros y comunicarse químicamente. Además, está conectado directamente al cerebro y por esta razón el aroma de la materia fecal no interviene en el olfateo.
Interesante método para comunicarse… ¿no lo crees?
Esta entrada fue modificada por última vez el 14 de marzo de 2017 a las 9:01 AM