Aunque fue hace ochenta y seis años, las familias nicaragüenses aún buscan entre los escombros de la memoria, aquel terremoto que destruyó el centro de Managua aquel martes Santo; un fortuito y sorpresivo cataclismo que sacudió la historia de este pueblo luchador.
Ha pasado ya algún tiempo, y los managuas no olvidan. Entre las páginas, revisan las anotaciones, los expedientes del 31 de marzo de 1931, y ven con nostalgia las fotografías de una capital desplomada.
El doctor William Martínez, geólogo del Ineter, explica que el terremoto fue de 5.6 grados, a eso de las diez de la mañana, un Martes Santo, cuando muchas familias se preparaban para ir al mar, y otras para enrumbarse en las tradicionales procesiones.
“Destruyó casi por completo la ciudad de Managua, la cual en ese tiempo tenía una población de 40 mil habitantes. Estos 40 mil habitantes, aproximadamente 1 mil doscientos murieron”, rememora Martínez.
Los registros históricos indican que, entonces, habían 7 mil 300 casas en Managua, de las cuales, alrededor de 3 mil 700 quedaron complemente en el suelo.
La capital intervenida
El especialista, explica que toda “la operación limpieza” (de las ruinas y las personas fallecidas) estuvo a cargo del cuerpo de marines de los Estados Unidos; pues en ese momento Managua, estaba intervenida por estos.
El geólogo, expone que en ese año, científicamente el mundo estaba preparado para saber qué hacer y cómo actuar en materia de sismos; sin embargo, debido que Nicaragua estaba intervenida, no tenía planes de respuesta.
De acuerdo a esta investigación, los mismos norteamericanos dejaron un informe científico, de media página, donde explicaban que era producto de una falla. Pero es hasta 1960, casi treinta años después, que se viene a conocer que la Falla-Estadio es la causante del terremoto de 1931.
El Ingeniero Civil, Fernando Palma, quien está a cargo del área de proyectos de la Alcaldía de Managua y es un hombre con muchos años de experiencia en este campo, explica que en ese momento, 1931, Managua se viene abajo, porque la mayoría de sus casas eran endebles, construidas a base de adobe y taquezal.
“Managua era una ciudad muy chiquita, que estaba concentrada alrededor del Mercado Central, y de la zona de Catedral y el Palacio de Ayuntamiento. Este fue el principal factor por el que hubo tantos daños en el terremoto”, asegura el experto.
El riesgo sigue latente
Palma, refiere que en ese momento histórico, todo mundo construía a como podía, no había ningún ordenamiento territorial ni ley de urbanismo. Managua era una ciudad compacta.
“El Palacio Nacional, era como la sede del Gobierno. La Catedral, que estaba en construcción, no fue afectada, porque era una estructura que se trajo de Bélgica, y era de mucho concreto”, rememora.
El ingeniero civil, explica que ahora Managua está en mejores condiciones, debido al desarrollo exponencial que se ha dado, sobre todo en los últimos años, aunque las familias siguen construyendo de forma desordenada.
“El riesgo sigue latente, en viviendas que se construyen en asentamientos de Managua. No obstante, se está ajustando el código de construcción, el que se va a publicar nuevamente, y existen algunas cartillas, que sugieren cómo construir”, sostiene.
El reconocido periodista y folklorista nicaragüense Wilmor López, nos expresa que en ese momento, contado por sus abuelos, Managua era prácticamente una postal, con sus casas bonitas de adobe y taquezal.
El terremoto se encarga de destruir toda esa imagen bella que tenía la capital, porque el mismo produce el arrasador incendio en unas veinte manzanas de Managua.
Sandino y el terremoto
Desempolvando las páginas de la historia, Wilmor recuerda que en la Managua intervenida, murieron unos veinte marines norteamericanos, lo que fue celebrado por el General Augusto C. Sandino, quien libraba su lucha nacionalista.
“Se recuerda en una cartita pequeña, que Sandino celebró, porque el terremoto había acabado con algunos marines. El terremoto hizo varias bajas a los gringos”, refiere Wilmor.
Tras la catástrofe, explica que la Presidencia se estableció en Masaya, y no fue ni en Granada ni León, porque existía una fuerte disputa entre estas dos ciudades.
Los archivos históricos de la época, refieren que la Iglesia Católica jugó un papel fundamental tras el terremoto.
El mismo Monseñor José Antonio Lezcano, Arzobispo de Managua, anduvo socorriendo y bendiciendo, dándole ánimos a los managuas damnificados, sin embargo, los ‘terremoteados’ sufrieron mucho, por la falta de recursos.
A 86 años de aquella catástrofe, Managua se levanta incólume. La ciudad ha crecido, al igual que su población, y durante la segunda etapa de la Revolución Sandinista, el desarrollo ha florecido. Edificios, espacios de recreación, parques y plazas nuevas, configuran en nuevo rostro de la capital.
FOTOS MANAGUA EN LA ACTUALIDAD
Fuente: El 19 Digital
Esta entrada fue modificada por última vez el 31 de marzo de 2017 a las 9:15 AM