Creyó en un ridículo juego de Facebook y pagó con su vida

Las redes sociales se han vuelto cada vez más adictivas. Si no encontramos respuesta instantánea, tenemos un montón de lugares donde nutrirnos de algo que nos alimente, y alimente esa ansiedad que nos genera el “lento” paso del tiempo.

Creyó en un ridículo juego de Facebook y pagó con su vida

Y aunque sin duda, sabemos que tratar de encontrar en las redes respuesta para todo es un poco peligroso, no fue el caso de esta chica, quien por creer que era más fuerte, terminó por ser una víctima fatal de las redes sociales.

Todo empezó tranquilo para Sara ese 8 de octubre del 2016. Se despertó a las 6:50 hrs., y como era la costumbre, no se levantó sino a eso de las 7:00 hrs. Mientras esperaba para vencer el frío y salir de la cama, se puso a mirar su cuenta de Facebook y vio una nueva solicitud de un juego. Se llamaba “La Hora de Tu Muerte”.

Creyó en un ridículo juego de Facebook y pagó con su vida

Sara siempre fue muy escéptica, de hecho sabía perfectamente que era un juego ridículo, alguien que había creado una página por ocio, y la había escogido para participar. De repente sonó la segunda alarma, eran las 7:00 hrs., y decidió que era momento de levantarse.

Durante la mañana se desconectaba del mundo, era cosa de poner su playlist favorita y “disfrutar” del paisaje que le ofrecía el metro en hora punta. Así que no fue hasta las 10:00 am. que, ya sentada en su puesto de trabajo, volvió a abrir Facebook, y la solicitud seguía ahí.

La aceptó quizás por curiosidad, a lo mejor por un poco de morbo, no era el punto; el punto es que esa fue la peor decisión que pudo tomar, y la pagó hasta el final.

El juego era simple, había una aplicación que podía acceder a tus datos, y a través de toda tu información publicada “determinaba” la hora y fecha en que morirías. Sara se rió y esperó a que el algoritmo del juego diera el resultado, y este no se tardó demasiado:

8 de octubre del 2016, a las 20:00 hrs. Esa era la hora de muerte que el juego arrojó, pero Sara por supuesto no le tomó importancia.

Hasta las 19:25 hrs. todo transcurrió normal, pero acercándose la hora comenzó a sentir un pequeño hormigueo en las manos, como si supiera que algo iba a pasar. Entonces trató de despejarse y fue a buscar un café. Estaba sola en la oficina, tenía aún mucho por hacer, cuando de repente sintió un fuerte golpe en la puerta principal.

Miró con ansiedad, a ver si lograba reconocer la cara familiar de alguno de sus compañeros, pero no vio a nadie, nadie entró por esa puerta. Comenzó a arreglar sus cosas, y miró nuevamente el reloj, que marcaban las 19:43 hrs.

Entró al baño para terminar de arreglarse, y al salir percibió que alguien la estaba mirando. Fue hasta la entrada principal y salió para descubrir que el ascensor estaba fuera de servicio. Entró a la escalera de emergencia y al comenzar a bajar escuchó un ruido que la paralizó por completo. Cambió de estrategia, comenzó a subir. Subió hasta el último piso del edificio y solo cuando dejó de sentir ruidos decidió salir por la puerta de la azotea, cuando el reloj marcaba las 19:59 hrs.

El pánico la inundó, y de repente se sintió segura, porque no había nada que pudiera pasarle estando allí, en lo más alto de la ciudad. Nada, a excepción de no calcular que estando de espaldas, el sonido que escucharía luego la hizo retroceder medio paso, suficiente para perder la estabilidad y caer al vacío, exactamente a las 20:00 hrs.

Sara cometió un solo error, no cerró la puerta de la azotea, cosa que alertó a un guardia quien a través de la cámara comenzó a subir para saber qué estaba pasando, y fue quien entró por esa puerta y provocó el ruido, justo al momento en que Sara había sido víctima de su propio pánico.

Fuente: Upsocl

Esta entrada fue modificada por última vez el 26 de junio de 2017 a las 11:25 AM