El Paris Saint Germain se desinfló en el Parque de los Príncipes (1-2) quedando diluida toda esa aureola de equipo aspirante a ganar la Champions que se habían creado a golpe de talonario.
Pagar 222 millones de euros por Neymar no le aseguraba el compromiso del brasileño que no quiso ni oír hablar de infiltrarse para poder estar en el partido más importante de su equipo. Comprometerse a pagar 180 millones por Mbappé no le asegura madurez al francés, que es muy bueno pero que necesita un entrenador que le haga crecer. El fútbol no se compra con dinero y las eliminatorias no se superan con la ayuda de ultras peligrosos capaces de pasarse el partido encendiendo bengalas porque a ellos el fútbol no les interesa. Au revoir PSG, un fracaso para las aspiraciones del jeque que creyó que todo está en venta, incluidos los milagros.
Se clasificó el Real Madrid para cuartos de final haciendo un partido serio, ordenado, con una apuesta clara de Zinedine Zidane por los futbolistas con los que quiere seguir ganando, esos que entienden su fútbol.
Marco Asensio es uno de ellos, una debilidad de ZZ, una maravilla, el futbolista que merecía un gran partido en la Champions. En el 52 se liberó de la armadura que le había colocado Zinedine Zidane, obsesionado con que ayudase a un superado Marcelo. Cabalgó Marco por la banda izquierda después de robarle el balón a Dani Alves, se la puso espectacular a Lucas Vázquez que generoso centró para que Cristiano Ronaldo rematase de cabeza. El portugués sumó su gol número 12 en Champions y alcanzó a Van Nistelrooy con su noveno partido consecutivo marcando en Champions.
Zinedine Zidane apostó por un 4-4-2 con Cristiano Ronaldo y Benzema en punta y la entrada de Lucas Vázquez y Marco Asensio con funciones más tácticas. Con Kross y Modric en el banquillo, Kovacic cobró protagonismo defensivo y faltó construcción de juego, aunque lo esencial era ver como el PSG era incapaz de crear peligro más allá de alguna jugada individual de Di Maria, el más activo de los parisinos, y de un Mbappé que se ha contagiado del ‘estrellismo’ de Neymar y que busca la fotografía que le ha robado toda la temporada Neymar. El PSG es un crisol de grandes futbolistas que no entienden que el fútbol es un deporte de equipo.
No fue hasta el minuto 14 cuando apareció Mbappé después de que Dani Alves conectara con el francés y Marcelo se despistara. No superó al capitán Sergio Ramos, siempre está atento el camero. Alves y Cristiano evidenciaron cuentas pendientes cuando Cristiano lanzó una patada por detrás al lateral, que no llegó a impactar, pero que mereció la reprimenda del alemán Brych.
Marco Asensio tenía la obligación de cubrir a Marcelo, que desde el primer minuto mostró sus carencias por un bajo estado de forma fruto de la inactividad, pero cuando se dejaba el mono de trabajo colgado se ponía a crear, como la bola que dejó en el área y la tuvo el Real Madrid con paradón de Areola a remate de Sergio Ramos. Aunque la mejor ocasión del Real Madrid llegó en el 37 en las botas de un Karim Benzema que jugaba sin vibración, contagiado del ritmo del partido, sin excitación, a cámara lenta. El pase largo de Marcelo dejó sólo a Benzema ante el portero Areola y el francés disparó con la debilidad que transmite su fútbol esta temporada.
La reacción del PSG llegaba con Di Maria, que la puso para Cavani con Keylor Navas sereno pese a que el uruguayo le metió la pierna por detrás al guardameta. La ocasión más clara llegaba con el disparo de Mbappé dentro del área olvidándose de que Cavani estaba solo, justo para irse al descanso.
No mejoró el PSG en el descanso pero sí sirvió para que Asensio se desmelenase en la jugada del gol y estrellase otro balón en el palo. El PSG reaccionó después de la expulsión justa de Verratti con una de esas jugadas de confusión en el área pequeña de Navas, cuando Cavani remata en plancha después de una buena jugada de Di Maria. El balón entre llorando pero ningún defensor del Real Madrid fue capaz de desviar el balón. A falta de 20 minutos para el final del encuentro.
Un balón recuperado de Lucas Vázquez dejó de nuevo en evidencia a Benzema, que sólo ante el portero dudó en vez de buscar a Cristiano Ronaldo. Benzema perdió la oportunidad de reivindicarse en su país, en Francia, y ya parece imposible que vuelva a ser el futbolista que enamoró a Zizou.
En el minuto 76 entró Bale y aún tuvo tiempo de ver como Casemiro sentenciaba después de que un despeje defectuoso de Marquinhos le dejase el balón en los pies después de un chut del propio gales.
Unai Emery en el banquillo del PSG será historia cuando confirme que conquista la Liga Francesa. Se queda pequeño el campeonato gales, la Champions es otra historia.
Fuente: Mundo Deportivo
Esta entrada fue modificada por última vez el 6 de marzo de 2018 a las 3:51 PM