Cuenta la leyenda que se escucha entre la espesa vegetación de las montañas de Matagalpa, el eco que canta sobre un amor prohibido entre Yasica y Yaguare, dos hermanos miembros de una mismo tribu indígena que emprendieron un amor prohibido.
El propietario del Salto Santa Emilia — mejor conocida como Cascada Blanca — Víctor Veizaga, relata que el chorro espeso y que inspira tanta paz, es producto del sacrificio de estos dos amantes que prefirieron partir del mundo fundidos en un solo ser para toda la eternidad.
El ecolodge tiene el efecto de cambiar la actitud del visitante que busca un reencuentro a nivel espiritual y de paso disfrutar de la gastronomía tradicional ofrecida en el restaurante de Cascada Blanca.
Es el portal que te abre paso a un mundo distinto donde el verde se ha declarado amo y señor de un mundo distinto en el que habitan seres místicos, hadas, duendes y espíritus del bosque, que corretean entre los ríos, arboles y cascada abundantes por estos lados y que están dispuestos a ser descubiertos.
La Cascada Blanca se va ampliando y contará con un parqueo más amplio, un nuevo sendero sobre el chorro y una especie de campamento de hamacas donde recostarse y dormir plácidamente escuchando en el canto de la naturaleza.
Fuente: El 19 Digital
Esta entrada fue modificada por última vez el 10 de marzo de 2018 a las 8:43 AM