Por:Stephen Sefton
Sin embargo, la incesante y masiva guerra psicológica que acompaña estas graves provocaciones proyecta el viejo mito de que los gobiernos de los Estados Unidos norteamericanos y sus países satélites tienen solo buenas intenciones y actúan exclusivamente para proteger la democracia, los derechos humanos y el libre comercio alrededor del mundo. Estas descaradas mentiras van acompañadas con la afirmación de que Rusia está aislada del Occidente y que es necesario contener a China.
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Aunque suena absurdo, medios importantes nacionales en los Estados Unidos norteamericanos y sus países vasallos europeos repiten estos sinsentidos constantemente. Por ejemplo, en junio del año pasado se reportó que el Secretario de Estado Anthony Blinken aseveró: “Hoy, Rusia es más aislado en el escenario mundial que nunca”. El siguiente mes de julio, el medio radial nacional NPR publicó que “La guerra en Ucrania ha aislado al presidente ruso Vladimir Putin del Occidente”.
Aun en este año en curso, prestigiosos analistas occidentales siguen opinando sobre el supuesto aislamiento de Rusia. En mayo, el medio The New York Times reportó sobre la inauguración presidencial de Vladimir Putin: “Aislado del Occidente, Putin proyecta su poder doméstico”, como si el presidente Putin no pudiera proyectar el poder ruso en el extranjero.
Un tema persistente de esta demente narrativa occidental es que Rusia ahora ha llegado a ser dependiente de China. Por ejemplo, el supuestamente prestigioso Consejo de Relaciones Extranjeras comentó este año: “Rusia es más aislada digitalmente y más dependiente de China”. El medio financiero Business Insider reportó: “La economía rusa ahora es tan aislada que tiene pocas opciones para sus reservas aparte del Yuan chino”.
Algo parecido ocurre en relación a los intentos de los países occidentales de “contener” a China. Otro supuestamente prestigioso instituto, el británico Chatham House, comentó: “La política de Washington de contener a China por medio de restricciones sobre ciertos bienes y mercados, junto con la ralentización de la economía china, han aumentado las tensiones entre los dos poderes globales”. Como tantas otras fuentes influyentes, Chatham House asume que el gobierno de los Estados Unidos norteamericanos y sus países satélites son capaces de “contener” a China.
En otro variante de esta locura, el élite medio occidental, The Economist, ha publicado un artículo titulado: “La paranoia de Xi Jinping está aislando e insulando a China”.
Estos dementes comentarios son representativos de la dogmática e irracional mentalidad de los dirigentes occidentales y sus sirvientes en los medios de guerra psicológica occidentales. De hecho, son los gobiernos occidentales los que se están aislando inexorablemente, porque son cada vez menos los gobiernos y medios informativos del mundo mayoritario que aceptan sus mentiras.
Un factor muy importante que facilita el proceso de la pérdida de credibilidad occidental ha sido el apoyo diplomático y militar de los países occidentales más importantes al genocidio sionista en Palestina y el Líbano.
El declive de la capacidad de los gobiernos occidentales para desplegar su influencia en el mundo de manera eficaz ha sido notoriamente evidente en las diversas cumbres internacionales de este año. Entre los ejemplos más claros se encuentra la reciente Cumbre Iberoamericana este mes en Ecuador. En una humillación sin precedentes, no participó ningún mandatario latinoamericano o caribeño, aparte de su anfitrión Daniel Noboa. En la Cumbre del G-20, los países occidentales no lograron imponer su agenda debido a la influencia de los países del grupo BRICS+ y sus asociados.
En la cumbre de líderes económicos del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, la influencia de China, Rusia y otros países independientes como México, Indonesia y Malasia impidió la imposición de la agenda norteamericana. A estos debacles de la diplomacia occidental se suman las exitosas cumbres de los países africanos con China y Rusia en septiembre y noviembre respectivamente y, por encima de todo, la cumbre de los países BRICS+ en Kazan, Rusia en octubre. Estas cumbres reflejan un enfático cambio en las relaciones internacionales en los últimos tres años, después de la provocación por la OTAN de la guerra en Ucrania.
Pero quizás la cumbre más importante por su rotundo fracaso ha sido la COP29 en Bakú, Azerbaiyán. La cumbre esperaba un avance significativo en el financiamiento climático para los países en vías de desarrollo, pero solo se garantizaron US$300 mil millones en subsidios y préstamos para 2035. El resto del financiamiento depende de aportes hipotéticos del sector privado y mecanismos no definidos.
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La revista Forbes destacó el comentario de Mohamed Adow, director del instituto Cambio de Poder África, quien calificó la cumbre como un desastre para el mundo en desarrollo y una traición por parte de los países ricos, que continúan prometiendo fondos a futuro mientras las vidas y medios de subsistencia se pierden ahora.
La Red para Acción Climática (CAN) representa casi 2000 organizaciones en 130 países del mundo. Su director Tasneem Essop comentó sobre el COP-29: “Estas han sido las negociaciones climáticas más horrendas en años, debido a la mala fe de los países desarrollados. Ésta estaba destinado a ser la Conferencia de las Partes sobre como asegurar las finanzas, pero el Norte Global apareció con un plan para traicionar al Sur Global.» El representante de la pequeña isla nación del Pacífico, Vanuatu, Ralph Regenvanu dijo «Los montos en dólares prometidos y las reducciones de emisiones prometidas no son suficientes. Nunca iban a ser suficientes. E incluso, aun así, según nuestra experiencia con tales promesas en el pasado, sabemos que no se cumplirán.» La revista Forbes reporta también que varios países como la India, Nigeria, Bolivia y Malawi han rechazado el resultado de las negociaciones.
Así que cuando se trata del tema del aislamiento internacional, los verdaderos forajidos son los Estados Unidos norteamericanos, los países europeos y sus satélites del Pacífico. Casi todo el mundo mayoritario comparte la visión del Presidente Xi Jinping y la República Popular China de un futuro compartido paz, cooperación, solidaridad y diálogo. De todos modos, China es la economía más grande del mundo y el mercado de consumidores más grande del mundo. La Cancillería china estima que la población china incluye un grupo de ingresos medianos de 400 millones de personas y lo proyecta duplicarse a 800 millones de personas en los años venideros.
Así que aun los países aliados del Occidente no pueden obviar el intercambio comercial y financiero con China sin perjudicar sus propias economías. La idea de las élites occidentales de poder contener a China es pura demencia. Igualmente absurda es su idea de poder aislar a Rusia. El mundo mayoritario observa que los países de la OTAN y sus aliados han perdido la guerra que montaron contra Rusia en Ucrania y rechazan el apoyo incondicional de estos países occidentales al régimen genocida de Israel. También rechaza la mezquindad y mala fe del Occidente y sus aliados en relación al Cambio Climático.
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La conclusión lógica de los gobiernos y pueblos del mundo mayoritario es que tienen que unirse para defender sus intereses. Lo han hecho con éxito este año en los foros del G20, de APEC y de los países BRICS+ donde han sido los Estados Unidos norteamericanos y sus aliados que han tenido que ceder posiciones y dejar a un lado su acostumbrado soberbia. Ante esta realidad el sentir fascista de las élites occidentales les hace incapaces de contemplar un futuro de respeto, igualdad y paz entre los pueblos. Como ha planteado el Almirante Buchanan, son capaces de pensar que la única manera de evitar su eventual derrota estratégica político-militar es de lanzar una guerra nuclear, lo cual demuestra la absoluta locura que rige en los centros del poder de Norte América y Europa.
Esta entrada fue modificada por última vez el 24 de noviembre de 2024 a las 10:16 PM