DOMBÁS / El 13 de abril de 2014, el Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania decidió lanzar una operación antiterrorista a gran escala en el este del país. Ahora, en el aniversario de este evento, Sputnik conversó con un veterano de la milicia de Donbás, Vitali Shekov, nombre en clave ‘Tiji’, o ‘silencioso’ en español. Informó la agencia de noticias Sputnik.
El veterano habló sobre la formación de la milicia popular en la región.
Vitali, ¿quién era antes de la guerra? ¿En qué momento se dio cuenta de que ya no podía permanecer distanciado de los acontecimientos del país?
Me dedicaba al transporte de materiales de construcción. Pero antes trabajé como jefe de una fábrica de briquetas. Entonces yo y mis amigos y conocidos, éramos cinco, estuvimos suministrando materiales de construcción a una obra en Donetsk durante unos meses.
Al principio todo parecía tranquilo, pero de repente un proyectil explotó justo al lado de mi casa, donde en ese momento estaban mi mujer y mis hijos.
No puedo describir el miedo que sentí. Y luego vino la rabia, el resentimiento, muchas preguntas.
Mi abuelo luchó en la guerra, llegó a Berlín. Yo, como muchos de mis conocidos y compañeros de servicio, simplemente estaba enfadado con estos animales que de repente empezaron a disparar a civiles. Así que me alisté como voluntario en 2014. En aquel entonces solo éramos milicianos: o sea, no éramos nadie en absoluto.
Al principio fui fusilero, luego ametrallador y operario del lanzagranadas. Me hirieron muchas veces: perdí un brazo, tuve una conmoción cerebral y tengo dos heridas de bala en la pierna. Estaba desactivando un cable trampa y estalló. Así perdí el brazo derecho.
Eso también causa problemas. Aunque aprendí a escribir muy rápido con la mano izquierda, la guerra no se detiene y no perdona a nadie, y no quiero quedarme sin hacer nada. Tengo que ayudar a mis muchachos lo mejor que podamos, pero esto no se puede hacer sin el papeleo. Así que tuve que volver a aprender caligrafía.
El punto de partida fue este disparo cerca de mi casa, justo al lado. Ellos (el Ejército ucraniano) ya estaban en los pueblos de Mariinka y Alexandrovka, y yo tengo una casa y familia allí.
Decidí que ya no estaba dispuesto a arriesgarme, a perder a mis seres queridos. No quería dejar que mis enemigos se acercaran más, sino ahuyentarlos de aquí para que no tocaran a nadie. No podía permanecer indiferente ni abandonar mi tierra, mis raíces.
Hemos leído que al principio el Ejército de Ucrania no quería realmente luchar contra la población de Donbás. ¿Cree que esto es cierto?
Yo no diría que no quisieran. Usaban a la gente, a los jóvenes, como carne de cañón. No consideraban que fuera necesario salvar a su gente de ninguna manera. Y detrás de estos chicos, que naturalmente mueren bajo una lluvia de proyectiles, venían los batallones neonazis disparando.
También, al ver a estos jóvenes, me pregunto cómo les han podido lavar tanto el cerebro para que obedecieran como esclavos. Se puede ver que algunos de ellos disfrutan de la guerra. Debe haber sido un placer para ellos vernos corriendo indefensos, temiéndoles y defendiéndonos de alguna manera. Vas y pierdes a tus amigos, y no hay tiempo para darles un entierro apropiado ni sentir ninguna emoción. Todo es un desastre.
¿Recuerda su primer combate? ¿Puede hablarnos de ella o de alguna de las más memorables?
Debido a la conmoción cerebral, no puedo contárselo todo con detalle. Recuerdo que estábamos asegurando el aeropuerto, y durante el combate no piensas ni sientes mucho.
Estaba en una misión, entonces recuerdo que ellos disparaban y nosotros contraatacábamos, y en aquel terreno era mucho más difícil esconderse. Cuando terminó, lo único que pensé era: gracias a Dios estoy vivo. Sin alardes. Solo queríamos que todos volvieran a la base.
Por supuesto que salimos de allí heridos, asustados y cansados. Aun así salimos cerca de Mariinka. No es que no quiera recordar, solo pienso que las hazañas las realiza la gente que está en Artiómovsk (Bajmut), Mariúpol, Volnovaja. Y solo tomamos este aeropuerto de tal manera que fue una operación directa.
Muchos de mis amigos, gente que conocía, buena gente, ya no están… no recuerdo sus nombres, por desgracia, son muchos apellidos. Después de la conmoción incluso olvidé mi propio apellido, dónde vivía, mi nombre en clave.
El 12 de abril comenzó la defensa de Slaviansk, que permitió a Donetsk luchar por su independencia. ¿Por qué era tan importante esta ciudad para la milicia? ¿Puede hablarnos de sus recuerdos de este acontecimiento?
Lo diré de esta manera, yo no estaba allí. Sé quiénes eran algunos de los que estaban allí. Pero Slaviansk es lo mismo que Donetsk. Todas ellas son ciudades nuestras que tuvimos que defender. De hecho, tuvimos que retroceder un poco para salvar a los que se habían quedado allí. No estábamos tan fuertemente armados, nos aferramos para salvaguardar a nuestro personal.
¿Cómo se las arreglaban para luchar contra un oponente que les doblaba en tamaño?
El hecho es que esta es nuestra tierra. Estoy dispuesto a luchar por mi hogar contra miles de personas.
A diferencia de ellos, nosotros sabemos por qué luchamos, cuál es el objetivo, cuál es el valor, qué hay que defender.
Ellos simplemente no lo entienden: los atraparon, los vistieron, les dieron una ametralladora y los enviaron al frente. Por eso se rinden, se dejan hacer prisioneros. Entienden que no lo necesitan.
Pero nosotros luchamos por nuestra tierra natal. Nadie huye, nadie tiene miedo… No, en principio hay que tener miedo, pero no hay que ser cobarde. Luchar en nuestras propias batallas y cuidar las espaldas de nuestros amigos. Siempre hemos luchado por cada uno de nuestros combatientes hasta el último hombre.
¿Cómo se formó la milicia, en qué momento y por qué se alistó?
La cuestión es que esta milicia se formó a partir de voluntarios, de tipos muy corrientes. Venían con lo puesto: una camisa, unos jeans y algunos con una escopeta. Por supuesto no teníamos tantas armas, sobre todo al principio era muy difícil.
Casi teníamos que llevar horcas y cuchillos de cocina. Luego empezaron a aparecer comandantes y formaciones en toda regla que empezaron a dar armas más normales. Dio la casualidad de que les di mi coche y me fui a un puesto de control cerca de Mariinka.
Pedí unirme a esta unidad en concreto porque soy de allí y conozco bien toda el área. Vivo allí, en la ‘línea del frente’, es mi casa, la vigilaré. Así se formó nuestro batallón Petrovski (llamado así por el comandante).
¿A qué se dedica actualmente?
Actualmente, trabajo en el cuartel general, proporcionando comunicaciones al batallón de comunicaciones. Ya no puedo ir al frente. Perdí un brazo. Pero al menos cualquier contribución es importante.
Сuando se unió a la milicia en el 2014, ¿podría haber imaginado alguna vez que los sucesos adquirirían tal magnitud y que usted desempeñaría un papel tan importante en los acontecimientos mundiales?
Creo que ninguno de nosotros se lo esperaba. Pensábamos que nos las arreglaríamos entre nosotros y lo decidiríamos todo. Pero todo ha salido al revés. Y ahora el mundo entero está involucrado en esta historia.
Ojalá acabara antes. Y, por supuesto, a nadie le gusta. Por un lado, es un conflicto fratricida. Y por otro, dejó de ser la misma Ucrania cuando izaron banderas nazis, escudos y cruces.
El abuelo de Zelenski luchó y liberó Ucrania. Ahora desprecian a los veteranos, ya han empezado a derribar nuestras iglesias, por las que lucharon nuestros bisabuelos. No hay nada bueno en ello. La misma Francia, Inglaterra, EEUU, lucharon contra los alemanes. ¿Qué están haciendo ahora? Son fascistas, no son seres humanos, como dicen algunos. Matan niños, ancianos, mujeres.
¿Qué le gustaría decir al pueblo ruso y a los militares rusos que están ahora en primera línea?
Me gustaría dar las gracias a nuestros hermanos rusos por su ayuda. Éramos y somos una familia. Lo que ocurre es que alguien intenta hacernos cambiar de opinión, mentir, provocarnos. Somos hermanos. Lo éramos y lo somos. Muchas gracias y me inclino ante vosotros.
Esta entrada fue modificada por última vez el 14 de abril de 2023 a las 10:50 AM