Han pasado ya 83 años del tránsito a la inmortalidad del Héroe que inspiró la Revolución en Nicaragua, que hoy en día vive su pleno desarrollo. Augusto C. Sandino, el General de Hombres y Mujeres Libres, fue un nicaragüense que amó a su patria y a su gente hasta las últimas horas de su vida.
El General instaló su cuartel en lo maś profundo del norte del país, a unos 300 kilómetros de la capital, precisamente entre la vegetación del Cerro El Chipote, a 11 kilómetros del casco urbano de Quilalí.
En la montaña fue resguardado por los campesinos que inspiraron su épica cruzada. Eran la clase oprimida históricamente que bajo la ocupación yanqui, era utilizada y abusada cruelmente.
Este 21 de febrero se cumplen 83 años del tránsito a la Inmortalidad del General Sandino y es un buen momento para echar un vistazo a su trinchera y conocer la nueva vida de las familias que habitan la zona.
El cerro El Chipote es de difícil acceso por la geografía de la zona, sin embargo, su llegar hasta él ahora es posible en vehículo gracias a las carreteras y caminos desarrollados hasta el lugar.
Los habitantes del cerro han prescindido de la iluminación con los candiles y gozan de energía gracias a paneles solares instalados en las viviendas.
Su estilo de vida es simple y el temor de ser víctimas de persecuciones y de no poder labrar la tierra es una pesadilla que quedó en el pasado desde hace mucho.
«La idea de Sandino era de que hoy fuéramos libres y que estuviéramos cultivando la tierra para tener nuestra comida, para la economía de nosotros y para la de la comunidad. Nosotros producimos café, frijoles, maíz y ese era el sueño, que viviéramos libres y que tuviéramos le educación que hoy tenemos», comenta Willis Morán, contento porque tiene la oportunidad de trabajar su propia tierra.
Willis asegura también estar orgulloso de habitar la tierra que en la que Sandino dirigió su lucha.«Si él no hubiera tenido la idea que tuvo, tal vez nosotros no estaríamos aquí, pero por los mismos derechos que se venían luchando estamos aquí en nuestra tierra», agrega.
A su vez, don Felipe de Jesús Morán, destaca que hoy el progreso se asoma a esta tierra que sus abuelos sintieron olvidada y reprimida. Un proyecto que destaca y que le causa alivio, es el camino que les ha traído grandes esperanzas.
«En las épocas atrás, nosotros no teníamos acceso a un camino pero ya después en el tiempo del año antepasado, ya la carretera se hizo, ya tenemos un acceso para tráfico. Aquí no había entrada, hasta a pie era difícil», refiere el hombre que hasta ese momento, no habría pensado ver ese sueño cumplido.
Don Felipe, cataloga esta época como de felicidad gracias al Gobierno Sandinista, que retoma los ideales de la lucha del héroe nacional. Su testimonio surge espontáneo mientras revisa al sol el café que ha tostado.
«Hay que ser realistas. Se ha mirado el progreso, se han mirado los proyectos que han venido y nosotros nos sentimos felices por estar en este cerro donde pasó el General Sandino (…) Estamos en paz, estamos tranquilos, no tenemos problemas con nadie, ya los lugares y el tiempo que pasó, esos lugares no hay ni que recordarlos, ya ahora estamos en una reconciliación, que le agradecemos al Gobierno, que el Gobierno está empeñado en la reconciliación, y de nosotros ese es el lema», asegura.
Del cerro a la ciudad
Bajando el cerro, en el casco urbano del municipio de Quilalí, los programas sociales también son aplaudidos por las familias.
Uno de los proyectos emblemáticos y que causa gran satisfacción es la casa materna, en la que las embarazadas de los rincones más alejados del municipio son atendidas meses antes del parto y luego de haber dado a luz, durante el período del puerperio.
Desde la zona de Teocintal, Keyling Centeno fue llevada al lugar a ser atendida durante su parto, servicio que es muy valorado por la comunidad.
«Me siento bien porque es un bien para nosotros y para nuestros bebés, porque así estamos bajo el cuidado de los médicos ya que ellos nos están revisando aquí para ver cómo están nuestros bebés», valora la joven madre, que dio a luz el 14 de febrero.
Traer al mundo una nueva vida es un proceso delicado, por lo que a estas mujeres se les atiende cuidadosamente y sin ningún costo.
«Aquí se permite que vengan los familiares en el momento que ellos deseen y otro de los beneficios es que ellas son valoradas por la enfermera en el día, y si se les detecta algún signo de peligro, entonces se refieren al médico general o al especialista. Desde que se fundaron las casas maternas han disminuido las muertes maternas», explica Enma Conde, enfermera de la Casa Materna en la que para este fin de semana se albergaban 10 embarazadas y 4 mujeres en proceso de puerperio.
Espere más reportajes especiales a partir de este lunes, en el Especial sobre los 83 años del Tránsito a la Inmortalidad del General Augusto C. Sandino.
Esta entrada fue modificada por última vez el 19 de febrero de 2017 a las 8:59 AM