Los del Cholo no pudieron contra un rival que jugó con diez desde el minuto 60 por la expulsión de Vitolo.
El Atleti, tan habituado a los ejercicios de supervivencia, ha vivido esta vez la cara amarga del dominador que no logra derribar una muralla. La sensación de impotencia se acrecienta por las circunstancias que rodearon el partido, toda vez que el Sevilla jugó con diez desde los 60 minutos por la expulsión de Vitolo. Pero ni por esas pudieron los colchoneros, que tienen una deuda pendiente con el gol cuando juegan al calor de sus aficionados.
Una sequía que esta vez pasó factura, toda vez que el Sevilla se defendió con orden y concierto durante los 90 minutos largos de encuentro y concedió pocas oportunidades a su anfitrión. Poco más se puede destacar de un conjunto hispalense que apenas se asomó por los dominios de Oblak.
Emery apostó por un once muy físico y combativo y su equipo ganó en consistencia en la misma medida que perdió toque y pausa en las zonas de creación.
No le fue a la zaga Simeone, al menos inicialmente. El técnico argentino dio galones a Augusto y conformó una medular de brega dispuesta para la batalla que se avecinaba.
Una partida de ajedrez en toda regla en la que contaba cada movimiento, cada posible despiste, como muy bien sabían los dos directores de orquesta.
El Atleti, nobleza obliga, llevó el peso del partido en buena medida, aunque no fue capaz de generar demasiado peligro. Un disparo de Saúl al lateral de la red tras la mejor jugada combinativa del primer acto fue el pistoletazo de salida a las ocasiones, que a partir de ahí corrieron a cargo de Griezmann, tan participativo como ofuscado a la hora del remate.
El Sevilla, perfectamente engrasado en defensa, parecía incapaz de generar peligro, pero una incursión de Escudero casi acaba en el primer tanto del partido tras un disparo de Banega que acarició el larguero después de tocar en Saúl.
Mejor con Carrasco
El Cholo no debió estar muy satisfecho con lo visto y movió ficha en el descanso, dando entrada a Carrasco por un desacertado Augusto Fernández. La jugada le salió bien al técnico argentino, que vio con agrado como el interior belga daba profundidad a un Atleti romo hasta entonces.
Con todo, tuvo que ser de nuevo Griezmann el que probara fortuna con un cabezazo franco que repelió el palo derecho tras un caramelo de Koke en forma de rosca.
Luego llegaría la expulsión de Vitolo por doble amarilla. Emery se fue de la mano a la caseta por protestar la cartulina pero lo cierto es que el canario derribó a Vietto cuanto éste se disponía a entrar en el área. Fue lo mejor del argentino en un partido de colmillo retorcido que le vino grande.
Con media hora por delante, parecía difícil que el Sevilla aguantara de pie, pero lo cierto es que el caudal ofensivo de los colchoneros rara vez se tradujo en ocasiones reales. Carrasco pudo ser el héroe de la tarde, pero su remate, tras una falta ensayada botada por Gabi, se topó con el buen hacer de Sergio Rico, que también estuvo acertado a la hora de despejar a córner un disparo potente pero centrado del propio Gabi.
El empate final deja a los atléticos con mal sabor de boca y acentúa la importancia del duelo del próximo fin de semana en el Camp Nou, donde se verá hasta qué punto los del Cholo son una alternativa real al título.
El Sevilla en cambio sale reforzado del encuentro, pese a seguir sin ganar lejos del Pizjuán en Liga. Resistir con diez frente a todo un Atleti demuestra que los de Emery transitan el camino correcto.
Fuente: MARCA.COM
Esta entrada fue modificada por última vez el 24 de enero de 2016 a las 12:27 PM