La votación iniciará este lunes y para que Eduardo Cunha sea destituido se necesita el voto de 257 diputados.
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El arquitecto del juicio político a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, Eduardo Cunha, enfrentará este lunes la etapa final de un proceso que podría terminar su mandato al frente de la Cámara de Diputados.
Cunha podría ser separado de su cargo parlamentario si sus pares en Brasilia aprueban el juicio que la Comisión de Ética abrió por presunta corrupción.
La justicia brasileña suspendió el mandato de Eduardo Cunha el 5 de mayo, menos de un mes después de que los diputados votaran a favor del impeachment de Rousseff. El exlíder de la Cámara de Diputados ha hecho todo tipo de recursos legales y de maniobras dilatorias para evitar su destitución.
Diputados contra Cunha
La mayoría de los miembros de la Cámara baja de Brasil anticiparon que votarán este lunes a favor de la destitución del polémico expresidente de ese órgano legislativo.
Según los recientes sondeos divulgados este lunes por diferentes diarios, al menos 298 de los 513 miembros de la Cámara de Diputados manifestó su intención de despojar del mandato a Cunha.
De acuerdo a los resultados de la encuesta, solo 4 de los legisladores consultados declararon que votarán por la absolución de Cunha, 26 dijeron que se ausentarán de la histórica votación y 183 prefirieron no pronunciarse.
El pleno de la Cámara de Diputados tendrá que pronunciarse sobre una decisión ya aprobada por el Consejo de Ética que considera que Cunha violó el Código de Honra de los diputados al mentir ante una comisión parlamentaria que lo interrogó.
La votación del pleno de diputados depende de que al menos 420 diputados estén presentes para la votación, quórum mínimo exigido por el actual presidente de la Cámara Baja, Rodrigo Maia, debido a que la destitución de Cunha tiene que ser aprobada por la mitad más uno de los diputados, es decir por 257 legisladores.
Los escándalos de Eduardo Cuhna
Eduardo Cunha, también es objeto de una investigación penal por parte del Supremo Tribunal Federal (STF), por corrupción y lavado de dinero vinculado a la red de sobornos en la estatal petrolera Petrobras.
Pese a renunciar a la Presidencia para intentar frenar las presiones en su contra, el político lucha por mantener su escaño de diputado, que está en juego por haber negado ante la Cámara la existencia de unas cuentas secretas en el extranjero donde supuestamente escondió dinero de la corrupción.
El expresidente de los diputados aprovechó su cargo para, mediante numerosos recursos y maniobras, dilatar al máximo el proceso que le abrió en octubre del año pasado el Consejo de Ética y que ha sido hasta ahora el más largo de este tipo en Brasil.
Uno de los interrogados aseguró que el expresidente de la Cámara baja exigió sobornos por al menos 40 millones de dólares por facilitar un contrato de mil 200 millones de dólares para construir dos navíos de explotación de petróleo en aguas marinas para Petrobras.
Cunha también responde en tres procesos en el Tribunal Supremo, en todos los casos por supuestos beneficios financieros obtenidos de la red de corrupción que operó en Petrobras.
En contexto
El 26 de abril el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil autorizó la apertura de dos nuevas investigaciones contra el actual presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, por acusaciones de corrupción.
Cunha fue el encargado de iniciar los trámites para el pedido de juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff. El político brasileño ya tiene tres procesos en marcha en la máxima corte del país, según fuentes brasileñas.
Esta entrada fue modificada por última vez el 12 de septiembre de 2016 a las 9:32 AM