Tomás Borge había nacido con la estrella revolucionaria. Poeta y soñador, desde muy joven había demostrado su brillante intelecto y manifestado su gran compromiso de vida: la libertad de Nicaragua.
Fueron años de cárcel, de tortura, de exilio y de lucha contra la dictadura somocista, pero también años de esfuerzo inconmensurable por fortalecer la Revolución y posteriormente para mantener viva la llama de la esperanza cuando muchos dejaron de creer que una Nicaragua Sandinista era nuevamente posible.
Los nicaragüenses le recuerdan por su historia íntimamente ligada al Frente Sandinista, que junto aCarlos Fonseca y otros destacados revolucionarios ayudará a fundar a principios de los años sesenta.
Sin embargo, una de las facetas que calaron mucho en el pueblo era su dote de gran orador. Aunque de estatura bastante baja en el podio, su voz, sus ilustrativas comparaciones, su firmeza, exaltaban su figura, animando al pueblo a no decaer y continuar la lucha contra la injusticia.
Así era el Comandante Tomás Borge y así lo guarda en su memoria el pueblo de Nicaragua.
Uno de los que lo recuerda muy bien es Salvador Roa Icabalceta. Contemporáneo de Tomás, lo conoció en plena infancia en su natal Matagalpa, pudiendo estudiar la primaria, la secundaria y posteriormente la universidad, ya en León.
Roa afirma que Carlos Fonseca fue el gran compañero de Tomás, con quien inició la lucha enMatagalpa y la continuó a lo largo de décadas desde el Frente Sandinista hasta que las balas de la guardia cegaran la vida de Carlos.
“Tomás es uno de los baluartes principales, uno de los factores principales de la Revolución, un líder indiscutible de la Revolución”, manifiesta.
“Siempre mostró esa inteligencia suprema”, afirma, recordando que Tomás fue escogido en sus tiempos de estudiante para participar junto a Carlos en un encuentro internacional en Rusia.
Para Roa, en el Gobierno del Comandante Daniel están bien plasmados los sueños revolucionarios del Comandante Tomás y del Comandante Carlos.
“Esos eran los sueños: la libertad, la igualdad, el trabajo. Y es así como se está viviendo actualmente. (…) El pueblo lo comprueba, lo ve diario, lo ve a cada momento cómo se desenvuelve el sistema de gobierno actual”, indica.
Poeta lleno de angustia y firmeza revolucionaria
El poeta matagalpino Felipe Sáenz asegura que Tomás era también un gran intelectual, en cuyas obras se expresa su vida y lucha en todo su esplendor.
“La prosa que utiliza es una prosa fantástica, maravillosa, poética. Él narra de esa manera los problemas que él tuvo, los triunfos, sus derrotas, sus angustias y lo plantea de una manera memorable en su libro La Paciente Impaciencia”, indica.
Sáenz coincide en que era admirable su capacidad oratoria. “Yo nunca lo había visto en un estrado o en un pódium arengando a la población, y lo hacía de una manera tan firme, tan elocuente, llena de ejemplos concretos cuando nos hablaba a las multitudes, y una vez finalizado ese pedazo de tema, la gente se levantaba, gritaba, descontrolada”, dice admirado.
Carmen Ruiz trabajó en los ochentas durante años como parte de su seguridad personal. En su rostro se pueden ver los sentimientos de cariño que logró forjar por Tomás, de quien afirma fue un gran jefe y amigo.
“Fue una persona recta en sus tomas de decisiones, una persona de mirada fuerte, de carácter fuerte pero un gran compañero dentro del gremio que él dirigía. Yo como persona lo quería mucho, lo quiero mucho, lo llevo en el corazón porque él siempre estuvo de frente con la lucha del partido revolucionario, del Frente Sandinista de Liberación Nacional”, señala.
“Era de las personas que nunca claudicaba, nunca titubeaba”, agrega Ruiz.
“Quien no es solidario no es revolucionario”
Las nuevas generaciones de nicaragüenses le tienen un enorme aprecio y reconocen su legado, de tal forma que asumen el compromiso de seguir trabajando para hacer realidad cada vez más los sueños por los que tanto luchó el Comandante.
“Para nosotros fue un líder que se caracterizó por cada una de sus cualidades particulares, un hombre que se caracterizaba por su humildad, por su sencillez, algo que nosotros lo mirábamos en sus discursos con una seguridad potente: él siempre estaba constante, y eso es a nosotros nos da el ejemplo a seguir de un buen líder”, manifiesta Gabriela Rocha, Coordinadora del Movimiento Cultural Leonel Rugama en Matagalpa.
Una de las cosas, que de acuerdo a Rocha, le quedaron grabadas fue aquella premisa del Comandante Tomás de que “quien no es solidario no es revolucionario”.
Julio Castellón, coordinador de la Unión Nacional de Estudiantes (UNEN-Matagalpa), destaca que en esta Nicaragua diferente a la que le tocó vivir cuando joven a Tomás, no se puede olvidar su legado.
“Aunque nosotros no hayamos nacido en tiempos de lucha, nosotros tenemos que formar parte del cambio que se está dando en esta sociedad, en Nicaragua, gracias al trabajo que viene realizando nuestro Presidente, el Comandante Daniel Ortega y la Compañera Rosario Murillo”, manifiesta.
Dado que el Comandante Tomás representa un referente revolucionario y un ejemplo de integridad y amor hacia la patria, la maestra Elvia Matus, quien tiene 48 años de ejercicio, enfatiza que las nuevas generaciones deben conocerlo más desde todas sus facetas, tanto la intelectual como la de luchador por la libertad.
Y es que Tomás estaba forjado con el hierro de los héroes, esos que no claudican, esos que sirven de ejemplo, esos que están dispuestos a morir por una causa, y que por ella viven eternamente en el corazón de los pueblos revolucionarios.
Esta entrada fue modificada por última vez el 30 de abril de 2016 a las 12:35 PM