El presidente de Ecuador, Rafael Correa indicó este domingo ante la Organización de Naciones UInidas (ONU), que la única manera de alcanzar el desarrollo sostenible mundial es con la equidad en todas las dimensiones y haciendo una mejor redistribución de las riquezas.
Durante su participación en el Foro de Desarrollo Sostenible enmarcado en la Cumbre sobre la Agenda post-2015, el mandatario ecuatoriano consideró que actualmente, el imperativo moral de la humanidad es acabar con la pobreza, un flagelo que “por primera vez en la historia no es fruto de escasez de recursos, sino de sistemas perversos excluyentes”.
Asimismo, Correa añadió, que la mejor estrategia para reducir la pobreza, es acabar a su vez con las distancias sociales, económicas, territoriales, ambientales, y culturales; por lo que celebró que los objetivos de desarrollo sostenible 2015-2030 enfaticen metas con este fin.
En relación a esto, señaló que para alcanzar el objetivo principal que es la reducción de la pobreza, se hace imperativa una mejor distribución de la riqueza “dentro y entre sociedades, así como eliminar formas ilegitimas de acumulación, tales como herencias exageradas, plusvalía por especulación de las tierras, renta de capital ocioso, o beneficios basados en el deterioro del ambiente”.
Afirmó también que en su nación, se entente por desarrollo a la consecución del buen vivir de todos, en paz y armonía con la naturaleza y considerando la prolongación indefinida de las culturas humanas.
“Ecuador tiene la única constitución en el mundo que otorga derechos a la naturaleza”, enfatizó.
Indicó que no se trata solo de enfrentar el deterioro ambiental del planeta, sino también de inaugurar una nueva lógica económica donde se compense la generación de valor y de bienes públicos ambientales, y no solamente la generación de mercancías.
“Debemos asumir que no son viables las formas de producción y consumo dominantes, que ignoran los límites ecosistémicos y pretenden limites de crecimiento y acumulación infinitos. Necesitamos que los países centrales dediquen menos tiempo a diagnosticar nuestro subdesarrollo y más tiempo a cuestionar su propio modelo de desarrollo”, dijo.
Refugiados y migrantes
El presidente de Ecuador instó a los países miembros de la ONU a crear una agenda con enfoque de derechos, donde la movilidad humana no sea criminalizada, ni se prive a las personas de sus derechos fundamentales.
Correa consideró que el hecho de que se promueva la libre circulación de mercancías y capitales, buscando la máxima rentabilidad; pero por otro lado se penalice la libre circulación de personas buscando un trabajo digno, es intolerable e insostenible, desde un punto de vista ético.
“La ausencia en la agenda 2015-2030 de un objetivo directo sobre libre movilidad humana es una lamentable omisión. Necesitamos una agenda que entienda (…) que nadie pone a sus hijos en un bote, a menos que el agua sea más segura que la tierra”, señaló.
Objetivos del milenio
En su alocución, el dignatario ecuatoriano resaltó que de las 21 metas de los ocho objetivos de desarrollo del milenio, su país ha alcanzado 20, “algunas antes de lo previsto y con un estándar mayor al acordado”.
De igual manera, explicó que la meta que aún esta en progreso es la reducción de la mortalidad materna en al menos un 75 por ciento, debido a que hasta ahora han alcanzado solo el 68 por ciento. No obstante, aseguró que han aplicado estrategias eficientes para alcanzar el objetivo este año.
En este sentido, señaló que estos resultados han sido posibles “gracias a una inédita inversión pública, una de las más altas en América Latina y el Caribe, inversión sobre todo en los sectores sociales”.
Asimismo, consideró que el desarrollo de políticas públicas en un país que pretende un cambio radical “como en el caso ecuatoriano”, no puede conformarse con alcanzar objetivos mínimos, “pues corremos el riesgo de conformarnos con que la vida humana sea simplemente un proceso de resistencia que tenga como fin alargar unas horas más la existencia de las personas”.
Correa prosiguió su discurso advirtiendo que “una perspectiva basada en objetivos mínimos supone la legitimación de la realidad en la que vivimos (…) El conceder a las personas unos mínimos, debe ser a lo sumo un objetivo emergente y temporal, y jamás debe considerarse un modus operandi de la política pública, pues sitúan al beneficiario en una posición de inferioridad frente a los demás”.
Esta entrada fue modificada por última vez el 27 de septiembre de 2015 a las 12:03 PM