Desde el Cementerio Sierras de Paz, familiares y amigos dieron este jueves el último adiós al ingeniero Antonio Lacayo Oyanguren, destacando su importante legado al desarrollo económico, el entendimiento y la paz en Nicaragua.
Lacayo, Ex Ministro durante el Gobierno de Violeta Barrios de Chamorro y empresario destacado y de gran trayectoria, falleció el pasado martes, al desplomarse el helicóptero en el que viajaba en una misión de trabajo, junto a otras tres personas, en el Río San Juan.
Al darle cristiana sepultura, su hijo, Antonio Lacayo, manifestó con palabras muy emotivas, que su padre fue un “hombre cabal, humilde, patriota y ciudadano ejemplar”.
“Nos despedimos de su cuerpo y vida terrenal. Fue un jesuita por dos años en el Seminario, pero sobre todo un jesuita en vida, sencillo”, destacó.
Refirió que su padre fue un hombre que siempre luchó como un tigre, superando incluso el cáncer.
“Su vocación era dar lo mejor de sí en cada momento, sin descanso. Dio lo mejor con su proyecto Triángulo del Sur, en el Centro Empresarial Pellas; y había dado cuerpo y alma en su nuevo proyecto Ticofrut”, sostuvo.
El Comandante Bayardo Arce, Asesor Presidencial en asuntos económicos y financieros, destacó a Antonio Lacayo como un ciudadano ejemplar.
“Hay que recordar que él era un ejecutivo de empresas cuando triunfó la Revolución, se desarrolló siempre en ese campo hasta que su suegra (Violeta Barrios de Chamorro) se desarrolló en la política, y ganó las elecciones. Le pidió acompañarla y fue su brazo derecho”, reseñó.
Tenían gran espíritu de reconciliación
Arce explicó que Antonio Lacayo trabajó arduamente por cosas que el país necesitaba, como el desarme de la Contra en Toncontin; además al proceso de reconciliación del país, que era básico, necesario, el proceso de estabilidad, unidad nacional.
“Después aceptó ser el potencial Canciller de Daniel Ortega en una campaña electoral, precisamente poniendo de manifiesto ese espíritu de reconciliación y unidad nacional”, indicó Arce.
Expuso que Lacayo estuvo trabajando mucho en el sector social, a través del Centro Empresarial Pellas; y volvió a sus labores de ejecutivo empresarial, a impulsar a las empresas en este país.
“Con él hablé al igual que con Carlos Pellas, para que el Centro Empresarial Pellas apoyara a Conimipyme, en un programa que tenemos con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID)”, refirió Arce.
Carlos Pellas: “Deja un legado de Amor y Paz por Nicaragua”
Por su parte, para el empresario Carlos Pellas, Antonio Lacayo deja un legado de amor y paz por Nicaragua.
“Realmente Toño ha sido uno de los mejores hijos que ha dado este país, y ojalá se lo reconozcamos siempre”, manifestó.
Sostuvo que el gran reto que siempre tuvo, lo asumió durante el Gobierno de doña Violeta Barrios.
“Asumió este reto en un momento bien complejo. La sociedad nicaragüense estaba bien polarizada, los hermanos nicaragüenses nos estábamos matando; así que buscar esa reconciliación fue bien complejo”, recordó.
Carlos Pellas expresó que “gracias a Dios estamos viviendo en paz en esta Nicaragua; estamos en una nueva etapa en este país”.
El Presidente del Cosep, José Adán Aguerri, sostuvo que Antonio Lacayo deja un gran vacío como nicaragüense, como ser humano y como una persona que se entregó a Nicaragua.
“Hoy estamos compartiendo no sólo con su familia, sino con una enorme cantidad de nicaragüenses que reconocemos ese trabajo de Antonio, ese esfuerzo que hizo por reconstruir la Nicaragua, y llevar la Nicaragua en la transición hacia la Paz; en llevar a Nicaragua en ese camino al restablecimiento económico”, manifestó.
Por su parte, el magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Francisco Rosales, reseñó que Antonio fue un hombre de múltiples facetas; un hombre que se educa con los jesuitas, es un jesuita militante, y se quiere hacer jesuita.
“Es un hombre que lo toca el sentido de lo social y lo humano, dentro de la caridad cristiana más estricta. Luego lo vemos como un hombre profesional, un hombre destacado”, refirió.
Rosales explicó que dentro de ese proceso de reconstrucción y unidad nacional, y de reconciliación, Antonio juega un papel destacadísimo.
“Firma el Pacto de Transición en marzo de 1990, que le da la tranquilidad y estabilidad política a Nicaragua hasta el día de hoy; la transición marcó el inicio de este proceso que estamos viviendo aún hoy en día. Los artífices de esa transición fueron Antonio Lacayo y Daniel Ortega”, puntualizó Rosales.
Esta entrada fue modificada por última vez el 19 de noviembre de 2015 a las 9:22 PM