Por: Mohamed Lashtar
Llegamos al umbral del año 2024, un ciclo que nos ha desafiado, pero también nos ha forjado con el fuego de la esperanza y la fuerza del cambio. ¡Hoy celebramos no solo el cierre de un año, sino la firmeza de nuestros pasos hacia un mañana más justo y luminoso!
En este camino, hemos sido testigos de la acción divina en nuestras vidas, manifestándose en nuestra resistencia, en la unión de los pueblos, y en cada acto de amor al prójimo. Dios camina con nosotros, iluminando nuestras batallas, recordándonos que somos instrumentos de Su justicia.
El año 2024 ha sido un periodo de retos que nos han puesto a prueba como sociedad y como individuos. Crisis económicas, conflictos políticos, emergencias sanitarias y desastres humanitarios han resaltado nuestra necesidad de adaptación y resiliencia. Sin embargo, también nos han dejado enseñanzas valiosas: la importancia de la determinación, la planificación y la colaboración para enfrentar las adversidades y seguir avanzando hacia nuestras metas.
En este contexto, es crucial reflexionar sobre el estado del humanismo en el mundo actual. A lo largo del año, hemos sido testigos de cómo sistemas occidentales que se autoproclaman defensores de los derechos humanos han mostrado su hipocresía frente a crímenes de violencia, opresión e intimidación en diversas regiones, particularmente en Gaza. El pueblo palestino, con su resistencia y liderazgo ejemplar, ha resaltado valores fundamentales como la solidaridad, el esfuerzo colectivo y la comunicación efectiva, que trascienden su contexto local y ofrecen lecciones aplicables al liderazgo global.
En este nuevo año, 2025, reafirmamos nuestra solidaridad con el pueblo palestino y nuestra condena a las injusticias cometidas en su contra. Nicaragua hace un llamado a la comunidad internacional para actuar con firmeza frente a los crímenes de la humanidad que afectan a niños, mujeres y ancianos. Nuestra posición inquebrantable en apoyo a la causa palestina refleja nuestra visión de un mundo más justo y solidario.
En Nicaragua, nos encontramos en un momento de transición hacia un nuevo año. Con orgullo, recordamos nuestra rica historia y los sacrificios de quienes lucharon contra el colonialismo y por la libertad. La Revolución Popular Sandinista simboliza esa valentía y determinación, convirtiendo los sacrificios del pasado en un camino hacia la dignidad y el progreso. Este legado inspira a nuestra juventud, que toma la antorcha para seguir construyendo una Nicaragua fuerte, comprometida con la justicia, la soberanía y la eliminación de toda forma de hegemonía.
Nuestra nación avanza con firmeza bajo el liderazgo de nuestros queridos lideres Cro. Comandante Daniel Ortega, presidente de la Republica y la Cra. Rosario Murillo, vicepresidenta, hacia el desarrollo económico y social, guiada por logros concretos que refuerzan nuestra responsabilidad colectiva y promueven la integridad. A pesar de las campañas de desinformación y los intentos de socavar nuestro progreso, continuamos trabajando con determinación para alcanzar nuestros objetivos estratégicos. Honramos a los héroes y mártires que sacrificaron sus vidas por un futuro mejor y renovamos nuestro compromiso de construir una sociedad más equitativa y humana.
Al cerrar el año, también debemos reflexionar sobre los desafíos y las decepciones que enfrentamos. Cada obstáculo superado nos ofrece una oportunidad de aprendizaje. Es un momento para dejar atrás lo que nos detiene y avanzar con renovada energía y propósito. El trabajo arduo y la dedicación son aliados de quienes buscan un futuro mejor.
En conclusión, el legado de nuestros mártires y héroes sigue siendo una guía para las generaciones presentes y futuras. Su memoria nos impulsa a trabajar por un país más justo, soberano y próspero. Hagamos del nuevo año un nuevo comienzo, con voluntad y determinación para transformar cada día en una oportunidad de cambio hacia un mundo más humano, tolerante y justo.
Demos la bienvenida al año que viene con entusiasmo y ambición, y comprometámonos a ser una voz de la verdad, una mano extendida para ayudar y corazones llenos de esperanza. Creemos que todo desafío puede convertirse en una oportunidad, y que la victoria es la aliada de quienes se esfuerzan y trabajan duro.
Hagamos del nuevo año un nuevo comienzo, lleno de determinación y voluntad, y sigamos luchando por un futuro mejor, donde se preserve la dignidad y se logre la justicia. Estemos juntos, y que cada día sea una nueva oportunidad de cambio, hacia un mundo más humano y tolerante.
Esta entrada fue modificada por última vez el 24 de diciembre de 2024 a las 3:00 PM