Hace 23 años, el miércoles 27 de abril de 1994, Sudáfrica tuvo sus primeras elecciones democráticas, no raciales, y hoy, en el Día de la Libertad, el país celebra ese profundo cambio en su historia.
Durante aquella memorable jornada, millones de ciudadanos acudieron a ejercer el sufragio y quedaron plasmadas en imágenes las largas colas que realizaron para depositar su voto.
El líder sudafricano Nelson Mandela, quien resultó ser el primer presidente negro de una nación que acababa de sepultar al sistema de segregación racial (apartheid), votó en la Escuela Secundaria Ohlange en Inanda, al norte de Durban.
Un año más tarde, Mandela expresó que si una fecha (feriado) marcó el cruce de un pasado de conflicto y división a la posibilidad de unidad y paz; de la desigualdad a la igualdad; de una historia de opresión a un futuro de libertad, ese día fue el 27 de abril de 1994.
Tras computarse 19 millones 726 mil 579 votos, el claro ganador fue el Congreso Nacional Africano (ANC) apoyado por el Partido Comunista de Sudáfrica (SACP) y el Congreso de Sindicatos Sudafricanos (Cosatu), con más del 62 por ciento de los votos.
Coronando unas muy difíciles negociaciones entre el ANC de Mandela y las autoridades del apartheid, los comicios permitieron a Sudáfrica escapar al caos y a la guerra civil que entonces parecían perfilarse.
Así se abrió el camino a la elaboración de una Constitución que se encuentra entre las más progresistas del mundo.
Las más de mil leyes aprobadas por el Parlamento desde 1994 no han sido meros ajustes; han tratado de sepultar el legado de un pasado discriminatorio y desigual, en opinión del exmandatario Kgalema Motlanthe.
Sin embargo, el nacimiento de nuestra democracia no ha sido fácil y es evidente que no hay atajos para reconstruir Sudáfrica y transformarlo en el país al que aspiramos, en el que los derechos y libertades de la constitución se cumplan plenamente, dijo.
En más de dos décadas, los sudafricanos han aumentado sus expectativas de emancipación social y política, y la mayoría considera que el gobierno del ANC avanzó mucho en la aplicación de políticas viables tendientes a mejorar la vida del pueblo.
Actualmente, la nación africana se erige como un actor importante en el escenario internacional y son evidentes las transformaciones.
Para los más críticos, acontecimientos recientes en la esfera política han empañado el significado simbólico del Día de la Libertad (Freedom Day), mientras señalan como puntos débiles los problemas de corrupción, desigualdad, pobreza y desempleo que todavía impactan.
No obstante, hoy Sudáfrica es un mejor país para vivir, como reitera en sus apariciones públicas el presidente Jacob Zuma.
FUENTE: el19Digital
Esta entrada fue modificada por última vez el 27 de abril de 2017 a las 11:36 AM