Dilma Rousseff asistió esta mañana al Senado brasileño para comparecer por el histórico juicio político en su contra, que podría culminar con su destitución definitiva de la presidencia.
Rousseff se dirigió a los 81 senadores, que mañana decidirán su futuro, para afirmar que el proceso de impeachment es un atentado «cobarde» contra la democracia brasileña, orquestado por grupos conservadores que rechazan los intereses de los trabajadores, la comunidad LGBTTTI y la población negra.
El mensaje de la presidenta duró poco más de 30 minutos, en los que negó haber cometido ilegalidad alguna en la alteración de balances presupuestarios, que la oposición afirma usó para pagar programas sociales sin el aval del Congreso.
«Por eso, ante las acusaciones dirigidas contra mí, no puedo evitar sentir el amargo sabor de la injusticia. Pero, como hice en el pasado, resisto. Tengo la conciencia tranquila. No cometí los crímenes de los que se me acusa», dijo Rousseff en el inicio de su intervención.
La sesión es presidida por el magistrado presidente de la Suprema Corte de Brasil Ricardo Lewadowski, quien solicitó a los legisladores votar sin intereses políticos o personales. El expresidente Lula Da Silva también se encuentra al interior del Senado brasileño, presenciado el testimonio de su protegida.
La sesión está programada para terminar en un par de horas, pues en estos momentos toca a Rousseff responder las preguntas de los senadores. Previo al inicio de la ronda de preguntas y respuestas, la expresidenta defendió la legitimidad de su gobierno, al recordar su triunfo en las urnas en dos procesos electorales.
«Se ha dicho que este proceso de impeachment es legítimo porque respeta los trámites y los tiempos. Pero no por su justicia o la democracia. La forma no basta. El contenido importa. No hay justicia en mi condena».
Con información de El País y EFE
Esta entrada fue modificada por última vez el 28 de enero de 2021 a las 3:39 PM