Webinario «Los increíbles avances de Nicaragua en equidad de género»
Domingo, 10 de Octubre 2021
INTRODUCCIÓN
Mi nombre es Shaira Natasha Downs Morgan. Nací en la hermosa isla de Corn Island en la Costa Caribe de Nicaragua, el 21 de mayo de 1984. Vengo de una familia creole-afrodescendiente y mis padres, que también son isleños, se han dedicado a la pesca y el turismo, que son las principales actividades económicas en Corn Island.
Mis padres, Devorn Downs y Kerry Morgan, tuvieron 9 hij@s y nos enseñaron a tod@s el valor del trabajo duro y de la disciplina, desde una edad muy temprana, así como la importancia de cuidar nuestra comunidad. Siempre he tenido un sentido de responsabilidad hacia mi comunidad. Creo que por eso me involucré en la política.
El inglés creole es mi lengua materna y pude estudiar tanto en inglés como en español durante mi educación primaria y secundaria. Esta es una de las ventajas de ser de la Costa Caribe de Nicaragua. Gracias al Proceso de Autonomía se garantiza la Educación en los idiomas de los pueblos afrodescendientes e indígenas.
Uno de los desafíos más difíciles que enfrenté fue en 2001, luego de graduarme de la escuela secundaria en Corn Island y tener que mudarme a Managua para buscar un título universitario durante el gobierno neoliberal de Enrique Bolaños. Decidí estudiar administración de empresas, pero pronto me di cuenta de que tendría que adaptarme a una nueva cultura y a un sistema educativo que era solo en español. Esto fue muy difícil al principio, pero con la ayuda de mi familia, amigos y maestros pude obtener mi título.
Esta experiencia, junto con mi amor por el desarrollo comunitario, me convenció de la importancia de ayudar a fortalecer el Proceso de Autonomía de la Costa Caribe de Nicaragua, y a crear más oportunidades para que las mujeres jóvenes reciban una educación en sus propios idiomas y en sus propias comunidades, para lograr avanzar en la vida. Hasta 2007, no había muchas mujeres líderes en la Costa Caribe de Nicaragua, que es algo que me comprometí a cambiar.
En 2008, fui electa al consejo municipal de Corn Island por el FSLN, desde donde pude enfocarme en promover el turismo, el acceso a la salud y la educación, la seguridad y la recreación para mi ciudad natal. Esta fue una maravillosa experiencia
Posteriormente, en 2014, el FSLN me nominó como candidata al Consejo Regional Autónomo y fui electa en marzo de ese mismo año. Esta fue también la primera vez que el Consejo Regional Autónomo estaría compuesto en 50% por mujeres, debido a las reformas a la Ley Electoral y la Constitución Política. Entonces, asumí el cargo junto con otras 20 mujeres y 24 hombres.
En 2016, mis Compañer@s Concejales Regionales votaron para elegirme como Gobernadora de la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur, el cargo ejecutivo más alto dentro del Consejo Regional y; luego de ser reelecta al Consejo Regional en 2019, me convertí en Presidenta de la Junta Directiva del Consejo Regional, que es el cargo legislativa más alto de la Región. He tratado de realizar estas diferentes tareas con orgullo y de la mejor manera posible.
PARTE II – LOS INCREÍBLES AVANCES
DE NICARAGUA EN EQUIDAD DE GÉNERO
Aunque las niñas y mujeres en Nicaragua enfrentan muchos de los mismos desafíos que la mayoría de los otros países de América Latina y el Caribe, nuestra historia de lucha contra el imperialismo, la dictadura y el dominio oligárquico ha obligado a las mujeres a asumir responsabilidades en casi todos los sectores de la sociedad.
Las mujeres de Nicaragua son fuertes y audaces, habiendo sido participantes activas en el ejército de Sandino como soldados, periodistas y activistas, luchando contra el intervencionismo militar de Estados Unidos. Asimismo, durante la Revolución Popular Sandinista, las mujeres estuvieron al frente de la lucha.
Las mujeres Indígenas y Afrodescendientes del Caribe también jugaron un papel fundamental en la defensa del derecho a la libertad e independencia de Nicaragua durante la década de los 80’s, como soldados, policías, funcionarias gubernamentales, diplomáticas, fotógrafas y organizadoras comunitarias, cuando enfrentamos la guerra contra-revolucionaria.
También participaron activamente en el proceso de consulta nacional que permitió la aprobación de la Constitución Política de 1987, que establece en su artículo 8 que: “Nicaragua es un país multiétnico y multicultural”. Esta declaración representó un logro trascendental, ya que fue la primera vez que un país de América Latina o el Caribe aceptó y reconoció la diversidad étnica y cultural de su nación. Desde una perspectiva legal, brindó un verdadero sentido de ciudadanía a los pueblos indígenas y afrodescendientes de la Costa Caribe de Nicaragua.
Esta Constitución Política revolucionaria también sentó las bases para la aprobación de la Ley de Autonomía, Ley número 28, en septiembre de 1987. Autonomía se refiere a un sistema de gobierno descentralizado en el marco de la unidad del Estado nicaragüense, que prevé el reconocimiento legal y ejercicio efectivo de los derechos económicos, sociales, políticos, culturales y ambientales de los pueblos indígenas, afrodescendientes y mestizos de la Costa Caribe de Nicaragua.
Por tanto, las mujeres nicaragüenses siempre han sido Campeonas, y la Revolución Sandinista, así como nuestra Constitución Política de 1987, es una prueba más de ello. Por eso, luego de 16 años de gobiernos neoliberales, entre 1990 y 2006, el Gobierno del FSLN, inmediatamente comenzó a enfocarse en los derechos de las mujeres.
Esto incluyó políticas para garantizar la educación, la salud, el empleo, la producción, la seguridad y el combate a la violencia contra la mujer en todas sus manifestaciones. El Desarrollo Humano, orientado a crear mejores oportunidades para todos sin distinción, se convirtió en el objetivo principal, con el crecimiento económico como solo un pilar importante.
Los esfuerzos del Gobierno del FSLN nos han permitido lograr una reducción del 80% en la desigualdad entre hombres y mujeres entre 2006 y 2014. A nivel mundial, Nicaragua ocupa el sexto lugar en términos de equidad de género y el primero en las Américas, muy por delante de Estados Unidos, Canadá, Brasil o Colombia. Ocupamos el quinto lugar en términos de participación de mujeres en el Parlamento y el primero en puestos de nivel ministerial, según el Foro Económico Mundial.
Las mujeres representan el 59% del Poder Judicial, el 56% del Ejecutivo, el 45% de la Asamblea Nacional, el 46% de los Alcaldes, el 60% de los Vicealcaldes y el 50% de los Concejales; ocupando los cargos más importantes del Estado y Gobierno, incluyendo Vicepresidenta de la República, Presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Presidenta del Consejo Supremo Electoral, Vicepresidenta de la Asamblea Nacional, Procuradora General, Fiscal General, Ministra de Defensa, Ministra de Gobernación, Ministra de Economía Familiar y Comunitaria, Directora de Turismo, Procuradora para los Derechos Humanos y Alcaldesa de la Ciudad Capital de Managua.
Las mujeres ocupan el 57% de la Junta Directiva de la Asamblea Nacional, el 51% de los Magistrados del Consejo Supremo Electoral, el 31% de los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, el 50% de la Contraloría General y el 57% de la Junta del Banco Central.
Estas estadísticas subrayan el hecho de que las mujeres están liderando el desarrollo de Nicaragua, tanto como los hombres; invirtiendo sus talentos, creatividad, conocimientos y capacidades en la construcción de un futuro mejor y más brillante para todos nosotros. No hay mayor victoria democrática que pueda lograr un país que garantizar la participación igualitaria de las mujeres.
En Nicaragua las mujeres son las protagonistas principales de los programas “casas para el pueblo”, “hambre cero” y “usura cero” que buscan brindar viviendas, medios de producción y crédito asequible a las familias-pobres-con-madres-solteras, para que participen, en pie de igualdad, en las actividades agrícolas, de soberanía alimentaria y productivas.
Desde 2007, el Gobierno de Nicaragua ha resuelto más de 750,000 temas relacionados títulos de propiedad y ha emitido más de 150,000 nuevas escrituras de tierras a familias urbanas y rurales, la mayoría de las cuales han beneficiado directamente a las mujeres.
La educación universal y gratuita, junto con importantes programas que brindan meriendas escolares diarias, mochilas, zapatos y anteojos a las y los estudiantes; ha permitido que las y los niños permanezcan en la escuela y ha creado más oportunidades para que las madres se incorporen a la fuerza laboral.
Nicaragua se encuentra actualmente clasificada como el país más seguro de Centroamérica, debido al éxito de su Modelo de Seguridad Familiar y Comunitaria. Esto también ha brindado una mayor protección a las niñas y mujeres contra la violencia de género, el acoso sexual, la prostitución y la trata de personas. Se han establecido Comisarías de la Mujer a lo largo de todo el país y se ha creado la Unidad Especial de Lucha contra la Violencia dentro del Ministerio Público, con el fin de asegurar que los delitos violentos contra la mujer sean procesados de manera completa y oportuna, previniendo la impunidad y mitigando el trauma. Este esfuerzo también incluye la atención psicológica a las víctimas y una mayor protección de los derechos económicos de las mujeres, tal como lo establece la Ley Contra la Violencia hacia la Mujer (Ley 779).
En la Costa Caribe de Nicaragua, las mujeres también están jugando un papel central, habiendo participado en la elaboración de la Estrategia de Desarrollo de la Costa Caribe de Nicaragua. Mediante esta estrategia, que se elaboró en estrecha colaboración con autoridades regionales, territoriales y municipales, organizaciones sociales, iglesias, universidades y líderes culturales, etc., se redujo el analfabetismo del 58% en 2006 al 9% en 2020 y la matrícula escolar en todos los niveles, casi se ha duplicado. El decidido apoyo a la educación superior ha permitido a las universidades de la Costa Caribe de Nicaragua, BICU y URACCAN, inscriban a más de 12,000 estudiantes, más de la mitad de los cuales son mujeres jóvenes, que ahora pueden recibir educación de calidad y culturalmente pertinente en las Regiones Autónomas, sin tener que viajar a Managua o al exterior.
Las inversiones en salud pasaron de solo $32 por persona en 2006 a $72 en la actualidad, lo que ha permitido reducir indicadores de salud como la mortalidad materna, de 243 a 95 muertes por cada 100 mil nacidos vivos, y la mortalidad infantil de 49 a 27 por cada mil. Los servicios de atención primaria garantizan que las mujeres reciban una atención prenatal adecuada y puedan llegar a un hospital de atención primaria en menos de 24 horas. Los servicios de ginecología y oncología se brindan en los hospitales primarios, así como en la ciudad de Bluefields, lo que nos ha permitido mejorar la salud reproductiva y detectar y tratar enfermedades peligrosas como el cáncer de cuello uterino, mejorando en gran medida las posibilidades de supervivencia.
También se ofrece atención a pacientes que padecen de diabetes, hipertensión, afecciones cardíacas y otras enfermedades crónicas no transmisibles. El nuevo hospital “Ethel Kandler” fue construido en Corn Island y actualmente se está construyendo otro hospital importante en Bilwi, en la Costa Caribe Norte de Nicaragua. Asimismo, desde 2006 se han construido, remodelado o equipado casas maternas, centros de salud, clínicas móviles, puestos de salud, bancos de sangre y bancos de leche en ambas Regiones Autónomas, un logro extraordinario que demuestra lo unidos y comprometidos que estamos con la mejora de las condiciones de vida de nuestra gente.
La cobertura de agua potable ha aumentado del 4% al 60%; los caminos pavimentados crecieron de solo 140km a más de 700km, lo que ha permitido que la Costa Caribe esté realmente conectada con el resto del país por primera vez en nuestra historia; la cobertura eléctrica en ambas Regiones Autónomas creció del 19.2% al 98%, lo que significa que incluso las comunidades indígenas y afrodescendientes más remotas y pobres están recibiendo la electricidad que necesitan para trabajar, estudiar, hacer deporte y disfrutar de la recreación, incluso de noche. Todas estas victorias representan mejoras fundamentales en la calidad de vida de la población.
El Pueblo de Nicaragua está decidido a seguir avanzando en este camino de prosperidad, con mujeres, afrodescendientes e indígenas, jóvenes, campesinos, personas con discapacidades, adultos mayores y todos los demás, trabajando juntos como parte de este modelo que llamamos “EL PUEBLO PRESIDENTE.” Nunca permitiremos que las victorias que hemos alcanzado, trabajando con tanto ahínco, sean socavadas por las ambiciones personales de unos pocos traidores o por las políticas imperialistas de gobiernos extranjeros. Creemos en una Democracia y un Futuro en el que tod@s l@s nicaragüenses puedan participar y sentirse representados.
Por eso nos preparamos, más que nunca, para participar en las elecciones del 7 de noviembre, cuando el Pueblo de Nicaragua, en toda su diversidad, votará por la Soberanía, la Independencia y el Derecho a la Autodeterminación. Votaremos para que Nicaragua siga creciendo y Prosperando en Paz, con Estabilidad e Igualdad.
Muchas Gracias.