El general John Campbell, jefe de las tropas de Estados Unidos y sus aliados en Afganistán, intentó justificar hoy el bombardeo estadounidense que mató a 22 personas en un hospital en ese país asiático el fin de semana.
El ataque aéreo contra un centro hospitalario en la ciudad de afgana de Kunduz quitó la vida el sábado pasado a 12 integrantes de la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) y a 10 hospitalizados -entre ellos tres niños- e hirió a unas 40 personas, acción que dicha entidad humanitaria calificó de crimen de guerra.
En una conferencia de prensa en el Pentágono, Campbell aseguró que el golpe no tuvo lugar por iniciativa de Estados Unidos, como se expresó inicialmente en un informe oficial, sino a solicitud del mando militar afgano debido a que una de sus unidades estaba bajo el fuego del movimiento talibán.
Ahora conocemos que el 3 de octubre el mando afgano pidió apoyo de la aviación estadounidense para eliminar esa amenaza, acción en la que varios civiles fueron alcanzados accidentalmente, señaló Campbell.
Campbell tiene sus oficinas en Kabul, pero se encuentra en Washington debido a que esta semana testificará ante dos comisiones del Congreso.
En un escueto comunicado publicado ayer, el secretario de Defensa, Ashton Carter, prometió realizar una investigación completa sobre el trágico incidente, en coordinación con el Gobierno afgano.
El bombardeo en Kunduz tuvo lugar durante más de 30 minutos, a pesar de que con antelación se informó a funcionarios militares estadounidenses y afganos en Kabul y Washington, la naturaleza de la instalación, precisó MSF en un comunicado donde condenó el hecho.
Un grupo de insurgentes ocupó dicha localidad desde el lunes hasta el jueves pasado y a pesar de que las fuerzas gubernamentales retomaron la ciudad, en determinados lugares los irregulares mantenían la resistencia.
Esta entrada fue modificada por última vez el 5 de octubre de 2015 a las 10:41 AM