“La buena política está al servicio de la paz”.
Papa francisco
“Aborreced las bocas que predicen desgracias eternas”.
Rubén Darío
En memoria de Paul Oquist K.
(Illinois, 1942 – Managua, 2021).
El brutal y persistente perturbador de la paz, la prosperidad democrática y la autodeterminación de los pueblos de Nuestra América, como llamó José Martí a la Patria Grande, es el mismo que, a partir de constituirse en una nueva nación surgida del colonialismo inglés, perdió el carácter progresista de los aires liberales de independencia cuando se inició a imponer como un imperio heredero del británico que, alimentando un discurso supremacista y hegemónico desde el Destino Manifiesto, la Doctrina Monroe y diversas formulaciones dogmáticas que alimentaron la retórica de dominación, se expandió inmisericorde hacia el sur y hacia el oeste arrasando a la población indígena y tragándose con voracidad vastos y ricos territorios para que, después de ocupar esas extensiones a sangre y fuego, con múltiples colonos, exploradores, bandoleros y aventureros para quienes difundió la falsa idea de “tierra de oportunidades” cimentada en el despojo, porque, bajo el amparo oficial del estado, del ejército y de la red de marshall que se instalaban en viejos y nuevos asentamientos, cumplían la primera gran misión: imponer por la fuerza la ley del conquistador, anular cualquier otro derecho y apropiarse de todo. La esclavitud, el exterminio y la expansión territorial fueron la base de la prosperidad capitalista durante el siglo XIX para entrar, como define Lenin, a su fase monopolista que es el imperialismo.
Las trece colonias inglesas instaladas en territorios “arrebatados a las culturas nativas” (Carlos Midence, 2020), al separarse del Reino Unido (1776) y constituirse en nación independiente, tenían 2.4 millones de personas, 300 mil esclavos desarraigados de África y unos 800 mil kms. cuadrados. Después de arrasar con la mayor parte de las comunidades originarias, arrebatar más de 2 millones de kms. cuadrados a México (1846-48), imponer la Unión en la Guerra de Secesión (1861-65), vencer a la armada de la monarquía colonial española, amenazar, invadir, usurpar y comprar sin límites, anexarse Alaska (1898) ya inicios del siglo XX también Oklahoma, Nuevo México y Arizona, llegó a tener cincuenta estados, 9.2 millones de kms. cuadrados (¡una vez más!), incluida la posesión de Puerto Rico, numerosos enclaves y bases en el mundo con la abominable ocupación de Guantánamo en Cuba …
De tal manera que la gran potencia imperial y neocolonial llamada Estados Unidos de América surgió de la expoliación expansionista, se justificó por “mandato providencial” , ocupó territorios ajenos y desplazó sus fronteras bajo cualquier pretexto, sustentados por el pensamiento puritano y mesiánico de sus fundadores esclavistas, atribuyéndose el derecho, después de extender su influencia y control hasta el otro extremo de sus dominios originales, de ocean a ocean, de “apropiarse” de Filipinas y Cuba ( Enmienda Platt, 1901), avanzar hacia el Caribe y Centroamérica, como “patio trasero” y continuar a América del Sur, para proyectar, desde las que consideraba sus legítimas posesiones, áreas de influencia o dependencias protegidas, compradas o atemorizadas, y continuar instaurando su predominio global, principalmente como apologistas de guerras y conflictos para sacar provecho, después de la Gran Guerra Europea o Primera Guerra Mundial ya mediados del siglo XX con la Segunda Guerra Mundial, incluso siendo responsable del terrible genocidio -delito de lesa humanidad– al lanzar dos bombas atómicas sobre Japón, logrando posición hegemónica en occidente y obteniendo con ello extraordinarios beneficios económicos y políticos, creando y controlando múltiples foros mundiales y regionales como expresiones de nuevo tipo articuladas con su política exterior de dominio. La riqueza territorial y natural junto a la posición geopolítica de las naciones ha despertado el apetito insaciable del imperio expansionista. Max Weber la calificó de “filosofía de la avaricia” . Rubén Darío escribió como premonición en 1904: “Eres los Estados Unidos, / eres el futuro invasor / de la América ingenua que tiene sangre indígena, / que aún reza a Jesucristo y aún habla en español”. ( Oda a Roosevelt ).
Esa poderosa nación controlada por la élite capitalista-imperialista-colonialista, cuya principal preocupación, en palabras del cuarto presidente de USA (1809-1817): “es proteger a la minoría de los opulentos frente a la mayoría” ,ha entrado, desde fines del siglo XX, en una peligrosa decadencia internacional como consecuencia de su absurda ambición expansiva y por las contradicciones intrínsecas del salvaje sistema consumista, excluyente, desigual y expoliador, – “democracia fingida”, dice Midence-, ha perdido influencia , política, militar y económica. Ha pretendido ser dueña del bien y del mal, con facultad absoluta para juzgar, condenar y absolver, para invadir, apropiarse, desestabilizar y agredir con el descaro que, a través de sus diversos instrumentos diplomáticos, económicos, educativos, mediáticos y virtuales, justificar sistemáticamente y ensalzar con creces sus actos, incluso los más inhumanos, violatorios al derecho internacional, destructores del medio ambiente y avasalladores de la dignidad de los pueblos, se autocalifica y hace gala de “inmunidad-impunidad”,
El historiador y sociólogo francés Emmanuel Todd en el ensayo Después del imperio (2002), argumenta que “Los Estados Unidos se están convirtiendo en un problema.Antes estábamos mas acostumbrados a ver en ellos una solución ”. El agresivo vecino es obstáculo para las soluciones nacionales auténticas de los países latinoamericanos y caribeños, es un perturbador que no acepta procesos democráticos distintos, por lo que desestabiliza el rumbo político, económico y social de Nicaragua, busca atemorizar y someter a los líderes políticos, sociales y empresariales, azuza, contamina, desnaturaliza y convierte en sumisos instrumentos a los opositores que pierden identidad, lo que les impide formular planteamientos propios, actuar con visión patriótica, ser legítimos protagonistas y no marionetas de ficción que esperan instrucciones afines a intereses exógenos.
EEUU es la potencia que, en función de propósitos egoístas, agrede y articula la agresión contra Nicaragua, frecuente de descalificación y mentira . En contra de la patria de Darío y Sandino ha experimentado, a lo largo de casi dos siglos, todas las formas de atropello, injerencia y manipulación, pero, en todo tiempo, a pesar de las traiciones, de la invasión militar, de la destrucción , el bloqueo, de las amenazas y la desinformación, ha habido ejemplos de patriotismo y dignidad, defensores de la soberanía y la independencia, voces heroicas que se alzan contra la imposición imperial, ha habido solidaridad nacional e internacional, porque la verdad es sólida, siempre prevalecerá.
El camino hacia la victoria popular en Nicaragua por conquistar y preservar su soberanía e independencia por el bien común, es una historia de lucha que ha pasado por la resistencia indígena y popular, el trabajo honrado y creativo, la defensa de la revolución, la movilización y participación social y comunitaria, el fortalecimiento del estado social de derecho, el mejoramiento de las condiciones de vida de los ciudadanos, la ampliación del acceso a la salud, a la educación ya la seguridad social, el mantenimiento de la seguridad ciudadana, la ampliación de la infraestructura y capacidad productiva, energética y de servicios, el desarrollo de procesos electorales soberanos, la solidaridad internacional y la denuncia pública y jurídica sustentada en diversos foros, incluso en la Corte Internacional de Justicia de La Haya … “Hemos sufrido medidas coercitivas, ilegales, unilaterales … Los unilaterales de Estados Unidos y Unión Europea toditas son ilegales ante el derecho internacional”,demandó el Dr. Paul Oquist.
Frente a la desmedida hostilidad externa, Nicaragua, el estado, su organización política y social con la solidaridad internacional, está obligada a defenderse con los legítimos mecanismos políticos, sociales, económicos, jurídicos y diplomáticos disponibles para protegerse con serena y oportuna responsabilidad en la consolidación de su democracia popular por el bienestar común. En ese complejo y difícil escenario, como dicen los refranes: “el que parpadea pierde” y “camarón que se duerme se lo lleva la corriente”, no puede dejarse pasar ninguna circunstancia para defender y avanzar frente la proliferación de inescrupulosas maniobras para romper la cohesión popular y política que sostiene firme nuestra dignidad patriótica.
Nicaragua no amenaza ni invade a nadie, somos pequeños en territorio (1.4% del territorio de USA) y poder, pero grandes en dignidad, allí radica nuestra histórica fortaleza que se ampara en la justeza de la razón. El prepotente gigante que agrede se desespera ante la voz patriótica de la multitud que triunfa y avanza cohesionada . La paranoia derrotista de los lacayos locales, como caja de resonancia imperial, difunde mentiras, busca sembrar la discordia con desesperación, manipula y pretende callar el derecho a defendernos y actuar con prontitud y firmeza ante los riesgos y amenazas.
Ser dueño de su destino, artífice de un modelo de éxitos en todos los ámbitos, que atiende a los más vulnerables, que rompe los privilegios oligarcas, que democratiza la política y el desarrollo económico y social, constituyen la base que incomoda irracionalmente a EEUU para descalificar, atacar y pretender doblegar, entrometerse y perturbar el legítimo camino.
¡Basta de agresión! ¡Cese la intromisión plagada de desinformación en los asuntos internos! Somos los nicaragüenses quienes debemos encontrarnos para resolver nuestros conflictos, la presencia manipuladora y desestabilizadora de EEUU y sus instancias perturbadas, pretende alimentar la traición, atemorizar y desmovilizar, no busca soluciones ni construye, sino entorpece y obstaculiza.
Frente al agresor sin escrúpulos que no escatima en usar arbitrariedades deshonestas, amañadas y brutales contra la pequeña nación centroamericana, ¿qué compete hacer? ¿Debemos dejarnos avasallar y permitirle que condicione y someta? Por principio patriótico de dignidad, por la soberana voluntad de independencia, por la justeza del camino de equidad, prosperidad y bien común, por nosotros y en sintonía a la lucha popular de los pueblos de Nuestra América, por el presente y el futuro .. . En el nombre de Dios y de Nicaragua: ¡Es inaceptable!
2022: en el camino digno y patriótico de prosperidad, solidaridad y paz.
Por Francisco Javier Bautista Lara
Diciembre 16, 2021