Escrito por Stalin Vladimir Centeno
Hace unos días el próximo dictador de turno de la Casa Blanca Donald Trump se vistió de Pirata Moderno y públicamente amenazó con robarse el Canal de Panamá. El dictador copetudo, En mensajes desde sus redes sociales y comentarios a sus simpatizantes, acusó a Panamá de cobrar a EE.UU. “tarifas exorbitantes” por utilizar el canal e insinuó la supuesta creciente influencia del hermano Gobierno de china sobre la crucial vía navegable.
“Las tarifas que cobra Panamá son ridículas, especialmente conociendo la extraordinaria generosidad que ha otorgado EE.UU. a Panamá”, escribió Trump en Truth Social el sábado.
En un discurso ante una multitud de jóvenes conservadores en Phoenix el domingo, Trump dijo que, si no se sigue el espíritu de ese acuerdo, “entonces exigiremos que el Canal de Panamá sea devuelto a Estados Unidos. Así que, a los funcionarios de Panamá, por favor, que se guíen en consecuencia”.
Pero el Presidente panameño salió en defensa de la soberanía del Canal y le plantó cara a al dictador Trump: “Como presidente, quiero expresar de manera precisa que cada metro cuadrado del Canal de Panamá y su zona adyacente es de Panamá, y lo seguirá siendo”, dijo el presidente del país, José Raúl Mulino, en un comunicado el domingo. “La soberanía y la independencia de nuestro país no son negociables”, añadió.
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El presidente de Panamá dijo: “Las tarifas no son un capricho”. También descartó la idea de que China ejerza un control abierto sobre el canal.
“El canal no tiene ningún control, ni directo ni indirecto, ni de China, ni de la Comunidad Europea, ni de Estados Unidos ni de ninguna otra potencia”, dijo Mulino en su declaración.
Ante esta nueva amenaza imperialista, nuestros máximos líderes la Compañera Rosario Murillo y el Comandante Daniel Ortega, inmediatamente expresaron su rechazo y repudio a la amenaza de atentar contra la soberanía de Panamá y al mismo tiempo manifestaron mediante una posición oficial de Estado, toda su solidaridad con el querido pueblo panameño;
SIEMPRE SOLIDARIOS CON PANAMÁ
Querido Pueblo Panameño :
En momentos en que la Soberanía de Panamá está siendo nuevamente amenazada, nos unimos al clamor y la exigencia de ese valiente Pueblo, que muy bien conocemos, en Solidaridad y en Voz de Patria Grande, recordando su Heroísmo y Luchas Victoriosas.
Hemos sido y somos decididamente Hermanos en las Nobles Batallas de nuestros Pueblos, para vivir en nuestras Propias y Sagradas Tierras, con nuestras Banderas en alto, seguros de nuestra Dignidad Histórica.
El nombre del General Omar Torrijos Herrera, Héroe de Panamá y de Nuestramérica, vibra hoy cada vez más alto en la Memoria y la Gloria de su Obra y el Gran Legado que devolvió a su Pueblo.
Managua, 23 de Diciembre, 2024
Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional
República de Nicaragua.
Por otra parte quiero explicar cómo un Presidente estadounidense «ladrón» mediante un tratado «espurio» se arrogó el control del Canal de Panamá y después cómo un máximo líder de la Revolución panameña y un Presidente honesto de Estados Unidos, lograron que Panamá recuperara la soberanía de su propio Canal.
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En el pasado Panamá y EE.UU. firmaron el tratado Hay-Bunau Varilla durante la presidencia del imperialista Theodore Roosevelt de Estados Unidos. En virtud de ese pacto, los yanquis garantizaron que mantendría la independencia de Panamá mientras ese país le otorgara la concesión a perpetuidad (robo) del canal, además del domino de la que se denominó la Zona del Canal, que comprendía 8 kilómetros hacia cada lado de la estratégica vía. Panamá recibiría US$10 miserables millones como «compensación», o por dejarse robar en otras palabras.
Terminada la obra, cuya construcción finalizó en 1913, el barco de vapor Ancón se convirtió en la primera embarcación de ese tipo en cruzar sus aguas, alzándose como símbolo de su apertura al mundo. Pero las tensiones no tardarían en aparecer. En la práctica, el país quedó físicamente dividido en dos. Miles de gringos y sus familias vivieron en la zona bajo sus propias leyes y costumbres mientras trabajaban en el canal, que fue inaugurado formalmente en 1914.
Los «zoneítas» (de Zonians, en inglés) vivían prácticamente aislados y sin tener contacto con la población panameña, que no podía acceder a ese territorio sin un permiso especial.
El resentimiento de los panameños ante los privilegios de los zoneítas que prácticamente actuaban como que Panamá era una extensión de gringolandia, causó que ese sentimiento fuese aumentando con el paso de los años, hasta que décadas después comenzaron las protestas para recuperar el control de su territorio.
El robo desproporcionado del imperialismo yanqui sobre el Canal de Panamá, desató las críticas de la comunidad internacional, la cual presionó para que los gringos devolvieran lo robado. Fue así que los yanquis se vieron obligados a negociar.
En 1964 comenzaron las conversaciones entre Estados Unidos y Panamá. Ambos países se comprometieron a nombrar embajadores especiales para llevar a cabo un diálogo.
La postura revestida de dignidad por parte de Panamá era firme, pues sólo aceptaría un nuevo tratado. El presidente de ese entonces Jimmy Carter lo comprendió y fue así que se logró que EE.UU. firmara el acuerdo. La población panameña estaba convencida de que había que eliminar ese enclave colonial y reclamar lo que les pertenecía.
Pero tuvieron que pasar 10 años hasta que, bajo el mandato de Richard Nixon, se firmara en la Ciudad de Panamá una declaración conjunta entre el secretario de Estado estadounidense, Henry Kissinger, y el canciller panameño, Juan Antonio Tack. En ese momento ya estaba claro entre las dos partes que antes que todo debía derogarse el tratado de Hay-Bunau-Varilla, que otorgó arbitrariamente los derechos del canal al imperio yanqui, además del fin de su jurisdicción en el país centroamericano. Y esa fue la base para el convenio que tres años después suscribirían Jimmy Carter y el máximo líder Revolucionario de Panamá General Omar Torrijos. El acuerdo, que se firmó en la sede de la «pestilente» Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington el 7 de septiembre de 1977, contempló la suscripción de dos pactos: el Tratado de Neutralidad y el Tratado del Canal de Panamá.En términos simples, en ellos se acordaba que la soberanía de la Zona del Canal quedaba sujeta a la legislación panameña y se fijaba una fecha para el traspaso del dominio de la vía interoceánica al país centroamericano: el 31 de diciembre de 1999 y así fue.
Según datos oficiales :el Canal de Panamá tiene una longitud de aproximadamente 80 kilómetros (50 millas). El Canal de Panamá es una vía artificial que conecta el Océano Atlántico con el Océano Pacífico, atravesando el istmo de Panamá. Es un elemento fundamental en el transporte marítimo global, ya que reduce el tiempo de viaje de los barcos entre los océanos.
El Canal de Panamá funciona 24 horas al día, 365 días al año, y ofrece servicio de tránsito a naves de todas las naciones. En promedio, un barco tarda entre 8 y 10 horas en transitar el canal.
Esta entrada fue modificada por última vez el 26 de diciembre de 2024 a las 1:43 PM