Son las montañas de las Segovias las que guardan los relatos de Sandino. Su historia y su obra recorren también cada palmo de tierra, fertilizada por la obra del Héroe Nacional.
Internado en las colosales formaciones verdes que se alzan en el horizonte, Sandino y sus hombres lucharon por la liberación de su gente.
Los campesinos que recibieron al niquinohomeño no solamente creyeron en sus ideales, sino que también se comprometieron en la lucha y a 83 años de su tránsito a la inmortalidad, su pensamiento se mantiene firme en los hombres y mujeres que habitan el Cerro El Chipote, sede de operaciones del general en su cruzada contra la intervención estadounidense en Nicaragua.
Desde que el fuego cesó tras el triunfo de la Revolución que enarboló el ideal sandinista, los campesinos ven cumplida su meta de vivir en paz y ahora se comprometen con el país con la mejor herramienta de progreso: la educación.
Apenas llegar al cerro, la bienvenida es hecha por un centro educativo con todas las condiciones. En él, 141 niños y adolescentes reciben el pan del saber, desde la modalidad preescolar, hasta la secundaria.
El centro educativo es totalmente nuevo y es la prueba de que esta nueva generación ya no sufre persecución, no es marginada por su falta de recursos económicos y al contrario, pueden vestir el Azul y Blanco de la patria en sus uniformes con los que ahora, con la Nueva Etapa de la Revolución, asisten todos los días a clases.
Marilin Moreno, ya cursa su quinto año, está a punto de convertirse en bachiller. Sus perspectivas a futuro ahora son lograr formarse profesionalmente, confiada en que gracias al General y la Revolución que le siguió, los nicaragüenses cuentan con un futuro más luminoso.
«Nos sentimos muy alegres porque estamos en un instituto nuevo, con buenas condiciones. Antes cuando estudiábamos, estudiábamos en una escuelita en mal estado, nos interrumpían demasiado los vehículos. Hoy día todo es concentración», afirma la joven.
Su compañera de aula, Hazel Monje, debía viajar antes un estimado de tres horas a pie. «Ahora me siento bien porque ya voy en nivel avanzado y ahora espero que los demás estudiantes sigan el ejemplo de nosotros que queremos seguir, triunfar, tener un futuro mejor (…) El gobierno ha hecho un buen trabajo porque así más alumnos vienen acá a estudiar y sacan más provecho de lo que se ha hecho», refiere.
La educación del pueblo era una prioridad y es quizá por esa razón por la que los habitantes de esta zona han puesto un gran empeño en dar todo de su parte, para aprovechar las oportunidades que les ofrece la Revolución.
A escasos metros del final de cerro El Chipote, una pequeña escuela ha sustituido al galerón de cuatro paredes de adobe que en el invierno contenían el lodo que se acumulaba en el piso de tierra.
Con estas condiciones sólo era posible que los niños de las cercanías asistieran a clases un par de veces a la semana e inclusive durante todo el curso. Quienes se aventuraban un poco más, debían recorrer montaña abajo en un camino sumamente complicado y estrecho, que amenazaba con empinados barrancos a sus costados.
Con la nueva infraestructura, pasaron de 6 estudiantes a 22 y la frecuencia de asistencia empezó a ser sumamente distinta. Hoy todos los pequeños niños con botas de hule y con mochilas cargadas de útiles escolares proporcionadas por el Ministerio de Educación (MINED), no se pierden una sola de las clases que son impartidas en la modalidad multigrado.
Nesquer Morán comenta que sus clases no le gustaban antes por las precarias condiciones entre las que intentaba poder estar atento. «Ahora (la escuela) yo la veo bonita», dice tímidamente ante la cámara que graba su entrevista.
Katherine Sobalvarro, la joven maestra que imparte las clases de primero y segundo grado en una de las dos aulas, es testigo de los niños tenían que estar más pendientes del clima y la naturaleza que de la enseñanza transmitida.
«Hicieron la trocha, compusieron el camino y trajeron los materiales y la comunidad dispuesta, trabajaron con los trabajadores de la alcaldía y se hizo posible esto. Este cerro tiene una historia inmensa, la más relevante diría yo de Nicaragua, porque el General Augusto Calderón Sandino fue, es y será un héroe para Nicaragua que impulsó los idealismos de educación y de bienestar para el país entero y hoy realmente todos sus ideales y sus aportes han sido puestos en práctica con los proyectos que se han impulsado por sus ideas», asegura.
Esta entrada fue modificada por última vez el 20 de febrero de 2017 a las 9:24 AM