La Tierra vista desde lejos en el espacio, se ve uniformemente brillante, como se puede apreciar en diferentes imágenes. Este es un misterio que ha sido de interés para los científicos desde principios de la década de 1970. Ahora, ese enigma puede haber sido resuelto. Informó la agencia de noticias Sputnik.
El hemisferio sur tiene una extensión desproporcionada de aguas oceánicas oscuras que deberían reflejar menos luz solar, pero eso no es lo que se ve desde el espacio.
La explicación es que, si bien los océanos del hemisferio sur absorben más luz solar, también producen una mayor cantidad de tormentas, y las nubes de tormenta resultantes actúan como reflectores que equilibran la radiación solar que se envía de vuelta al espacio.
«La nueva investigación resuelve una pregunta científica básica y profundiza nuestra comprensión del balance de radiación de la Tierra y sus efectores», dice Yohai Kaspi, geofísico del Instituto de Ciencias Weizmann en Israel.
Si bien todo tipo de factores afectan el albedo (porcentaje de radiación que cualquier superficie refleja respecto a la radiación que incide sobre ella) de nuestro planeta, ya sea que haya o no nieve en el suelo, por ejemplo, las mediciones más cercanas a la superficie de la Tierra muestran una diferencia en el albedo entre los hemisferios. Sin embargo, ese no es el caso cuando se mira el planeta desde más lejos.
Un equipo de científicos recopiló datos de varios informes, incluidos los del satélite Terra de la NASA y el conjunto de datos meteorológicos globales ERA5, que también incorpora lecturas satelitales. A continuación, compararon 50 años de datos sobre nubosidad con información sobre la localización y la intensidad de las tormentas.
Basándose en los patrones de los ciclones generadores de nubes y los anticiclones inhibidores de nubes formados por la interacción de la temperatura y la presión en la atmósfera, los investigadores pudieron mostrar un equilibrio del albedo de la Tierra.
«Se descubrió que el albedo de las nubes que surge de fuertes tormentas sobre el hemisferio sur es un agente de compensación de alta precisión para la gran área terrestre en el hemisferio norte y, por lo tanto, se conserva la simetría», señala el científico climático Or Hadas, del Instituto de Ciencias Weizmann.
«Esto sugiere que las tormentas son el factor de conexión entre el brillo de la superficie de la Tierra y el de las nubes, resolviendo el misterio de la simetría», asegura.
La siguiente pregunta es cómo el calentamiento global podría afectar este equilibrio. Según los modelos climáticos, es probable que a medida que el planeta se caliente, el hemisferio norte tendrá menos tormentas en general, mientras que el hemisferio sur tendrá menos tormentas débiles y moderadas.
Por lo tanto, el número de tormentas graves en el hemisferio sur aumentará debido a la amplificación ártica, es decir, a los efectos de un calentamiento más rápido en el polo norte. En teoría, esto debería desequilibrar la simetría del albedo.
Según los datos de los investigadores, es posible que los fenómenos meteorológicos más severos no contribuyan a un mayor albedo en las nubes del hemisferio sur, ya que los niveles de las nubes alcanzan la saturación en las tormentas fuertes. Un hemisferio sur inclinado hacia tormentas más fuertes con menos tormentas en general podría significar una disminución similar en el albedo en ambos hemisferios, manteniendo la simetría.
Sin embargo, en esta etapa, es difícil predecir exactamente qué sucederá con el brillo general de la Tierra. «Todavía no es posible determinar con certeza si la simetría se romperá frente al calentamiento global», comenta Kaspi.
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«A medida que continúa el calentamiento global, las soluciones de geoingeniería se volverán vitales para que la vida humana continúe. Espero que una mejor comprensión de los fenómenos climáticos básicos, como la simetría del albedo hemisférico, ayude a desarrollar estas soluciones», concluye.
Esta entrada fue modificada por última vez el 7 de marzo de 2023 a las 9:52 AM