Los cuatro goles que el Valencia se metió en el zurrón en Mestalla en la eliminatoria copera ante el Granada recubrió la vuelta en Los Cármenes con la idea del partido trámite.
Y Gary Neville decidió que el asunto sirviera para dar la vez a los menos habituales mezclados con canteranos como Zahibo, Villalba o Diallo. A la vista del resultado (0-3), pudiera entenderse que las pruebas salieron de maravilla, que daban los valencianistas un golpe en la mesa tras la paupérrima imagen en Anoeta. La historia fue que los andaluces, pese al resultado de la ida, marcaron un notable ritmo competitivo y removieron a los de Neville hasta que Zahibo marcó a poco del descanso. Ahí se esfumó la animosidad nazarí. Lo aprovechó luego el conjunto del británico para pulir el resultado y aprovechar la desaceleración. Un 7-0 global en el cruce para esperar rival de cuartos, a los que llega gris.
El único argumento que mostró el Valencia durante el primer acto fueron arrancadas en ataque, escasas y por lo general inocuas, con las que rascó algún saque de esquina. Y en el último que tuvo, que botó Piatti con la izquierda, cuando el asunto se iba al descanso lo remató de cabeza el canterano Zahibo para anotar ante una mala salida de Kelava para despejar.
Enterraba la animosidad y notables, que no eficaces, credenciales de un Granada que fue mejor en todo que los de Neville. El monólogo nazarí de los primeros veinte minutos obligó a dos intervenciones salvadoras de Ryan y un balón que Rochina que se fue a la madera. El Valencia veía como los de Sandoval les arrollaban en ambición, pese al 4-0 de Mestalla, y nervio competitivo. Les faltó el gol. Y Neville, que dio la vez a Vezo, Santos, Orban, Danilo, Zahibo, Piatti o Fran Villalba, tuvo que ver a un equipo, el suyo, inofensivo y errático. Del tibio desperezarse aún sacó el tanto de Zahibo.
Lo que vino en la reanudación fue más bien un pacto de no agresión, de aprovechar los 45 minutos para aprovechar aquello de algo. Alternancia en el juego. Sin toques de superioridad. El lastre ya era pesadísimo con el resultado de Mestalla, pero fue a más con la diana del joven centrocampista.
Fue a más. Pasada la hora de partido, Neville sentó a Negredo, invisible casi, y dio minutos a Alcácer. Necesitó segundos para aprovechar un pase de Danilo tras una dura recuperación de Zahibo y encarar a Kelava para batirlo. Más de veinte minutos por delante y seis goles. Aún maquilló más la cosa. Penalti a Bakkali que anotó Piatti.
Fuente: ABC.ES
Esta entrada fue modificada por última vez el 14 de enero de 2016 a las 5:13 PM