CANADÁ / Un grupo colaborativo internacional de paleontólogos descubrió en New Brunswick (Canadá) los restos fósiles de raras plantas con una extraordinaria arquitectura tridimensional de crecimiento arborescente en sus copas. Informó la agencia de noticias RT.
Los fósiles, correspondientes al carbonífero más antiguo, muestran que algunos de los primeros árboles de la Tierra tenían formas diferentes a cualquier otra que se haya visto. Los investigadores clasificaron esta nueva especie como ‘Sanfordiacaulis densifolia’.
UNA RAREZA PALEONTOLÓGICA
En el registro fósil normalmente se conservan los troncos de los árboles, pero no quedan registros de sus hojas que permitan evaluar sus marquesinas y sus formas generales. Sin embargo, los fósiles hallados en Canadá sí conservaron estas características y se mostraban con la forma de una ‘escobilla para biberón’ o hisopo.
«Cualquier árbol fósil con una copa intacta es una rareza en la historia de la vida«, subrayó Robert Gastaldo del Colby College, Maine (EE.UU.), uno de los participantes del estudio.
Los fósiles en cuestión fueron preservados mediante el catastrófico entierro de árboles y otra vegetación inducido por un terremoto a lo largo del margen de un lago del rift. El primer árbol fósil fue desenterrado hace unos 7 años en una cantera, pero solo incluía una muestra parcial. Pasaron varios años hasta que se encontraron otros cuatro ejemplares de la misma planta, muy próximos, explicó Gastaldo.
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UNA FORMA SORPRENDENTEMENTE ÚNICA
«La forma en que este árbol produjo hojas enormemente largas alrededor de su tronco larguirucho, y la gran cantidad en un tronco corto, es sorprendente», comenta.
«Estimamos que cada hoja creció al menos otro metro antes de terminar. Esto significa que la ‘escobilla para biberón’ tenía un denso dosel de hojas que se extendía al menos 5,5 metros alrededor de un tronco que no era leñoso y solo de 16 centímetros de diámetro. Sorprendente por decir lo menos», detalló el científico.
Gastaldo explicó que las formas que adoptan estos árboles de 350 millones de años se parecen a las de un helecho o una palmera, aunque las palmeras no surgieron hasta 300 millones de años después. Sin embargo, las hojas funcionales de los helechos o las palmeras se agrupan en la parte superior y son relativamente pocas. «En cambio, Sanfordiacaulis conserva más de 250 hojas alrededor de su tronco, y cada hoja parcialmente conservada se extiende 1,75 metros desde él», señaló.
EXPERIMENTOS EVOLUTIVOS FALLIDOS
Los hallazgos de los investigadores ofrecen información importante sobre la evolución de las plantas y la arborescencia y son un recordatorio de que, a lo largo de la historia de la vida en la Tierra, han existido árboles que no se parecen a ninguno que hayamos visto antes y algunos que parecen haber surgido de la prolífera imaginación del escritor y caricaturista infantil, Dr. Seuss, dicen los investigadores. Los resultados fueron publicados en Current Biology.
«El fósil sobre el que informamos es único y es una forma de crecimiento extraña en la historia de la vida. Es uno de los experimentos de la evolución durante una época en la que las plantas forestales experimentaron biodiversificación, y es una forma que parece tener una vida corta».
El hallazgo sugiere que ‘Sanfordiacaulis’ vivió en una época en la que las plantas estaban «experimentando» con una variedad de formas o arquitecturas posibles. Fósiles raros e inusuales, como el árbol de New Brunswick, son «un ejemplo de lo que colonizó nuestro planeta, pero fue un experimento fallido«, precisó Gastaldo.
Esta entrada fue modificada por última vez el 8 de febrero de 2024 a las 9:41 AM