Europa podría sufrir cáncer y defectos congénitos como en Irak «si Kiev utiliza uranio empobrecido»

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EUROPA / El uso de munición de uranio impulsado por el Reino Unido causará daños irreversibles a la salud de la población militar y civil de Ucrania y de otros países, advirtió el Ministerio de Defensa ruso. Chris Busby, secretario científico del Comité Europeo sobre Riesgos de Radiación, declaró que los temores de Moscú están completamente justificados. Informó la agencia de noticias Sputnik.

El presidente ruso, Vladímir Putin, identificó acertadamente las municiones de uranio empobrecido como un arma de destrucción masiva y de efecto indiscriminado, subrayó en declaraciones a Sputnik el Dr. Chris Busby, químico físico que ha trabajado para el Comité de uranio del Gobierno británico.

«Los británicos y los estadounidenses siguen aferrándose a su loca teoría de que estas sustancias radiactivas que se unen al ADN son efectivamente inofensivas y no tienen efectos genéticos o indiscriminados sobre las poblaciones», destacó Busby.

«En este caso, solo tengo que decir que los británicos se equivocan, que esta sustancia contamina Europa y provocará todos los efectos que causó en Irak (…) Causará todos esos efectos en Alemania, y Luxemburgo, y Francia, y Suecia, y los Estados bálticos y una larga lista de países que se interponen entre Ucrania y el Reino Unido, donde la medimos», expresó.

El 21 de marzo, la secretaria de Estado de Defensa del Reino Unido, Annabel Goldie, enfatizó ante los legisladores británicos que Londres concedería a Kiev un escuadrón de carros de combate Challenger 2, así como munición que incluye proyectiles perforantes que contienen uranio empobrecido. Goldie se jactó de que «esas balas son muy eficaces para derrotar a los tanques y vehículos blindados modernos».

Sin embargo, lo que no mencionó es que el uranio empobrecido causa efectos irreversibles en la salud, registrados anteriormente entre los civiles de Yugoslavia e Irak, bombardeados por la OTAN con armas de uranio empobrecido, así como entre las tropas del bloque militar.

La investigación sobre el doloroso legado de la guerra de Irak

El Dr. Chris Busby es un veterano en la investigación científica de los riesgos de la radiación que dirigió personalmente una serie de estudios, incluido el de la ciudad iraquí Faluya, que fue objeto de un ataque masivo de municiones de uranio empobrecido en 2004 por parte del Ejército estadounidense.

«Nos preocupaban los informes que llegaban de Faluya sobre altos niveles de cáncer y defectos de nacimiento. Como era imposible obtener datos oficiales, decidimos hacer nosotros mismos una encuesta, en la que íbamos de puerta en puerta y preguntábamos quién vivía en la propiedad, cuántas personas había, cuántos cánceres había, de qué tipo, cuántos niños habían muerto en los últimos cinco años y todo ese tipo de preguntas», recordó Busby.

A continuación, su equipo analizó los datos sobre cáncer de los cinco años anteriores y los comparó con las tasas de cáncer de Egipto y Jordania. Descubrieron que los niveles de todos los tipos de cáncer eran enormemente altos, incluso superiores a los de Hiroshima, que fue objeto de un bombardeo nuclear por parte del Ejército estadounidense el 6 de agosto de 1945.

«Ya estudié los efectos sobre la salud del bombardeo de Hiroshima, que están bastante bien registrados (…) Y lo que descubrimos fue que los niveles de cáncer en Faluya eran más altos que eso. Y los cánceres concretos que encontramos eran cánceres asociados a la radiación: se trataba de leucemia —sobre todo leucemia en niños— y también linfoma en niños. Y esa es otra enfermedad que se contrae por la radiación, o eso creemos», dijo.

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Foto cortesía / Chris Busby, secretario científico del Comité Europeo sobre Riesgos de Radiación

Agregó que descubrieron el alto nivel de mortalidad infantil en el primer año de vida y la causa de estas muertes eran malformaciones congénitas. Además, una proporción sesgada entre nacimientos y sexos, que es otro signo de daño genético asociado a la exposición a la radiación.

Cuando los científicos reunieron todos esos resultados, llegaron a la conclusión de que se había producido un daño genético muy significativo en la época de los ataques de Faluya.

Relación entre el uranio empobrecido y las malformaciones congénitas

Busby y su equipo sospechaban que la causa principal de esas malformaciones congénitas en Faluya era el uranio empobrecido. El científico formaba parte del comité sobre el uranio empobrecido del Ministerio de Defensa británico, y se había ocupado de montones de informes de soldados británicos sobre mala salud asociada al servicio en la guerra del Golfo.

«Aporté pruebas al respecto al Comité del Congreso estadounidense sobre el uranio empobrecido y me incluyeron en la junta del Ministerio de Defensa que se ocupaba de este asunto», explicó.

«Y por eso, a partir de 1999 aproximadamente, me interesé cada vez más por cómo era posible que el uranio, que es una sustancia no terriblemente radiactiva, pudiera estar causando el síndrome de la guerra del Golfo y todos los efectos de malformaciones congénitas que estaban apareciendo lentamente en los soldados británicos y también en los soldados estadounidenses», agregó.

Residentes iraquíes que viven en Faluya y médicos árabes dieron la voz de alarma sobre los devastadores efectos medioambientales de la guerra en Irak con un repunte de enfermedades oncológicas y defectos congénitos en Faluya. Estos defectos en particular incluían: bebés nacidos con un solo ojo; bebés nacidos con falta de extremidades o con demasiadas extremidades;

una incidencia más alta de lo normal de bebés con daños cerebrales o tumores; defectos cardíacos; y falta de genitales.

La cuestión era demostrar que estos problemas de salud tenían que ver con el uranio empobrecido, porque las autoridades estadounidenses y británicas negaban —y siguen negando— que las municiones de uranio empobrecido fueran la raíz de todos los males, según Busby.

«Ciertamente, no fue una desafortunada coincidencia, pero lo que podemos afirmar con certeza a partir de la epidemiología es que la probabilidad de que esto ocurriera por casualidad era increíblemente pequeña», explicó el científico.

«Hay un método llamado ICP-MS —espectrometría de masas con plasma acoplado inductivamente— en el que se puede tomar una muestra de pelo y disolverla en ácido, y luego se pueden medir los átomos dentro de la muestra de pelo y ver cuál es la concentración de todos estos elementos diferentes. Así que analizamos 52 elementos en el pelo de 20 madres de niños con malformaciones congénitas, y descubrimos que había un nivel anormalmente alto de uranio».

Busby señaló que la única anomalía que encontraron asociada a un elemento que puede causar malformaciones congénitas fue el uranio. El cabello era una apuesta segura porque las mujeres árabes tienen el pelo muy largo. Los científicos sabían a qué velocidad crece el pelo, así que lo cortaron en pequeñas rodajas y midieron el uranio en cada una de ellas desde la primera.

«Así podemos obtener un gráfico del uranio en el pelo desde 2005. Y lo que descubrimos es que el uranio aumentaba cuanto más retrocedíamos en el tiempo. Así que claramente hubo un aumento de uranio alrededor del momento justo después de la batalla de Faluya, que luego cayó con el paso del tiempo, obviamente porque salió del sistema. Así que teníamos pruebas —más o menos— de que el uranio era la causa de todas estas malformaciones congénitas, daños genéticos, proporción de sexos y un nivel extraordinariamente alto de cáncer», subrayó el físico-químico.

¿Por qué el uranio empobrecido es tan perjudicial para la salud?

El uranio empobrecido es un subproducto del proceso de enriquecimiento. Se considera menos radiactivo que el uranio natural. Pero aun así, incluso en su forma debilitada, esta sustancia es muy radiactiva, subrayó el científico. No obstante, eso no es todo:

«Lo más importante es que desde hace mucho tiempo se sabe que el uranio se une fuertemente al ADN», explicó Busby.

«Ahora bien, el ADN es el blanco de todos los efectos de la radiación. Si nos fijamos en la razón por la que la radiación causa daños genéticos y cáncer, desde los años cincuenta, desde el descubrimiento del ADN en 1952, se acepta que el ADN es el objetivo de todos los efectos genéticos. El uranio se une a él con mucha fuerza, ya que tiene una gran afinidad química con el ADN. Este hecho se conoce desde hace mucho tiempo (…) Ahora bien, si el uranio es radiactivo y ataca a los cromosomas, está claro que va a ser mucho más peligroso que una especie de sustancia neutra que se bebe y luego sale del cuerpo. Es un buscador de calcio y se une al ADN. Así que eso es lo primero», agregó.

El segundo riesgo asociado al uso de uranio empobrecido fue revelado por el físico-químico y comunicado a la Junta de Supervisión del Uranio Empobrecido en 2004. En aquel momento, Busby llamó la atención sobre el hecho de que el uranio actúa como una especie de amplificador de la radiación normal porque tiene un número atómico muy alto.

«Todos vivimos en un entorno en el que recibimos rayos gamma que atraviesan nuestro cuerpo y salen al exterior (…) Y por supuesto, que no son buenos y tienen un efecto. Pero si tenemos uranio en nuestro interior, este lo intercepta debido a su elevado número atómico y a todos sus electrones. Y cuando es golpeado por un rayo gamma, dispara una carga de electrones y esto se llama efecto fotoeléctrico», destacó.

Todos los estudios que se han hecho de personas expuestas al uranio mostraron un daño cromosómico masivo. Así que cuando miran los cromosomas en sus células, en las células de sangre periférica, encuentran cantidades masivas de daño cromosómico que conduce a efectos genéticos – cáncer, defectos de nacimiento y así sucesivamente. Por eso el uranio es tan peligroso, destaca el científico.

Busby advirtió que la razón por la que el uranio empobrecido penetraba en el cuerpo con tanta facilidad y se propagaba en el medioambiente era que, al explotar las municiones, el uranio arde a una temperatura muy alta, produciendo partículas tan pequeñas que son efectivamente un gas.

«No se comportan como una partícula metálica, se comportan como un gas y son totalmente volátiles y flotan por todas partes. Contaminan a distancia. En 2003 estudiamos los efectos de la primera guerra del Golfo y analizamos los filtros del Reino Unido, midiendo el uranio, y demostramos que llegaban desde Irak hasta Inglaterra», explica el secretario científico del Comité Europeo sobre Riesgos Radiológicos.

 

Esta entrada fue modificada por última vez el 29 de marzo de 2023 a las 10:16 AM