POR: Stalin Vladimir
El General Benjamín Zeledón al mando de sus tropas sale de Tipitapa el 10 de Agosto de 1912 y se dirige a Managua. El ataque a Managua inicia el 12 de Agosto. Los combates continuaron el 13 y 14 de Agosto. Por la noche del 14, el General Zeledón tiene que replegarse y fortalecerse en Masaya, ante una lucha desigual porque se juntan las tropas del Ejército de Adolfo Díaz y los marines yanquis, para acallar la lucha libertaria de Zeledón.
En Masaya y en los cerros “La Barranca” y “El Coyotepe”, plantea batalla con no más de 500 combatientes, a un ejército conservador de casi 2000 soldados y a 1500 marines yanquis. Masaya es sitiada por más de un mes y el desenlace se da el 4 de octubre, cuando es tomada la ciudad por los yanquis y conservadores y muere Zeledón en La Comarca “El Arroyo”, en El Diria, cuando iba buscando como unirse con los liberales de Jinotepe.
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Zeledón, se destacó siempre por su nacionalismo, heroísmo y por sobre todo por su lucha anti intervencionista. Le ofrecieron la rendición y no la aceptó, murió disparando hasta el último cartucho, a la edad de treinta y tres años, una edad simbólica, el día de su nacimiento.Y es que Zeledón siempre mantuvo durante su vida, una postura bien definida en cuanto a su visión de patriota, en defensa de la soberanía y nacionalidad. Tuvo una vida bien corta: 33 años, pero cumplió con la dimensión que se le asigna a los héroes, que mueren jóvenes. Zeledón es el hombre que tomó en su corazón la bandera de Nicaragua, la puso en alto y no se rindió, ni al momento de su muerte.
Por su parte el Co-Presidente, comandante Daniel Ortega durante un homenaje al héroe Nacional Benjamín Zeledón, recordó que las vidas de Zeledón y Sandino duvieron mucha similitud, porque ambos lucharon contra la injerencia norteamericana y murieron por ello, pero destaca también que Sandino se volvió antiimperialista al ver la forma en como el cuerpo del General Zeledón era arrastrado y exhibido por todo el pueblo por parte de gringos y vendepatrias, cito al comandante Ortega:
«La Historia se repite luego con Sandino. Sandino entonces un niño, lo recuerda a Zeledón. Y cobra conciencia Sandino, un muchacho, cuando andan con el cadáver de Zeledón recorriendo las calles, mostrándolo como un trofeo. Sandino lo recuerda y expresa su rechazo, su condena a los vendepatrias y a las tropas yanquis que habían invadido nuestro Territorio.
Y la Historia se repite porque a Zeledón lo asesinan malos nicaragüenses vendepatrias que están al servicio de las tropas yanquis. Después de los combates en El Coyotepe, ya herido Zeledón, los que lo asesinan son malos hijos de Nicaragua. Y a Sandino, después de expulsar Sandino a las Tropas yanquis, ¿quién cumple la orden de asesinar a Sandino? Un malnacido nicaragüense también: Somoza, que le hace la emboscada después que Sandino había estado en la cena invitado por el Presidente, ya con la Paz firmada. Finalizó, Daniel.
Aunque algunos traten de minimizar la gesta de Zeledón, sólo basta decir que en el U. S. Marine Corps Historical Center (Centro Histórico del Cuerpo de Marina de Estados Unidos) en Washington, conservan como trofeo, documentos, armas del Ejército de Zeledón, considerando una proeza la toma de sus posiciones en Masaya, en El Coyotepe y La Barranca.
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El Coronel Smedley Butler, norteamericano quien tuvo a su cargo a las fuerzas que combatieron contra Zeledón, fue el encargado de la toma de El Coyotepe, siendo uno de los militares más condecorado en la historia del Ejército de Estados Unidos. Después de retirarse del Cuerpo de Marines, en 1935 se arrepiente de sus acciones y denuncia el uso de las fuerzas armadas de los Estados Unidos para el beneficio de Wall Street, afirmando en su libro “War is a Racket” (La Guerra es un latrocinio):
«He servido durante treinta años y cuatro meses en las unidades más combativas de las fuerzas armadas norteamericanas: en la Infantería de Marina. Durante todo ese tiempo tengo el sentimiento de haber actuado en calidad de bandido altamente calificado, al servicio de los big businesses de Wall Street y de sus banqueros. En resumen he sido un pandillero, un atracador al servicio del capitalismo…
Fui premiado con honores, medallas y ascensos, pero cuando arrojo una mirada hacia atrás, me percato que podía incluso aconsejar a Al Capone, pues él no pudo ejercer sus actividades de gánster más que en tres barrios de una ciudad, mientras yo, como Marine, las he ejercido en tres continentes”.
Este testimonio es el principal reconocimiento a la lucha justa y heroica de Zeledón.
De él, bastan sus cartas de protesta a los jefes de las fuerzas interventoras, para inmortalizarlo. Su proclama al marchar hacia Managua. Su carta última a su esposa Esther. Su posición de firmeza ante su suegro que le pide se rinda en El Coyotepe por sus hijos. La batalla de Tisma. Su participación en Namasigüe defendiendo el territorio nacional y su heroico enfrentamiento en Masaya con el mejor ejército del mundo. Cualquiera de estos hechos bastan para ubicarlo con toda propiedad en un lugar supremo en el altar de la Patria y que merezca el reconocimiento eterno de todos los nicaragüenses, por sus definidos perfiles de héroe.
Emiliano Chamorro en su autobiografía, trata de esconder la orden que dio para matarlo y dice: “Fue una sorpresa, que en una pequeña escaramuza, sin importancia hubiera perdido la vida el General Zeledón”. Pretendiendo hacer creer que nunca supo nada sobre su muerte. Pero con investigaciones sobre esos hechos se ha comprobado que el Comandante Butler informó al Contraalmirante W. H. Southerland, Jefe de las fuerzas interventoras, que Zeledón había sido capturado y sugería su muerte: “Personalmente yo sugeriría que sin oponer ninguna acción por nuestra parte, a alguien se le permitiera ahorcarlo”. También se ha comprobado que desde el 12 de septiembre, Emiliano Chamorro había ordenado la muerte del héroe, exonerando de responsabilidades a sus amos yanquis.
El General Zeledón pudo haber sido capturado vivo pero fue vilmente asesinado en un paraje de la Comarca “El Arroyo” en El Diria, teniendo una lenta y dolorosa agonía. Su cadáver lo transportaron en una carreta, dejándolo tirado a la entrada del cementerio de Catarina. Almas caritativas lo enterraron en las afueras de dicho cementerio.
Su heroísmo y muerte lo catapultaron a la categoría de prohombre de la patria. Hay que decirlo en altas y claras voces y repetirlo: Benjamín Zeledón, como José Dolores Estrada Vado, como Andrés Castro, como el General Sandino han transcendido los colores políticos. Son Héroes Nacionales, que deben tener el reconocimiento de todos los nicaragüenses.
El simbolismo de Zeledón y su gesta, su proyección anti imperialista deben ser ejemplo, para que nunca más nuestro suelo patrio, sea hollado por la intervención extranjera.
Han pasado ya 113 años del cobarde asesinato al general y héroe Benjamín Zeledón, pero su antiimperialismo sigue vivo en la lucha que todos los días de forma digna, valiente e incansable llevan a cabo la compañera Rosario Murillo y el comandante Daniel Ortega, manteniendo a salvo al pueblo Nicaragüense de las garras del imperio y por lo tanto de las botas de ese mismo yanqui invasor.
Esta entrada fue modificada por última vez el 8 de febrero de 2025 a las 2:04 PM