La perspectiva de firmar un acuerdo orientado a crear una fuerza trinacional contra las pandillas o maras motivó hoy que el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, saliera rumbo a El Salvador.
El mandatario guatemalteco coincidirá en la capital del país vecino con sus homólogos Salvador Sánchez Cerén, el anfitrión; y con Juan Orlando Hernández, de Honduras, con quienes pactó antes las bases del convenio que rubricarán este martes.
Consultores políticos consideran que este tratado es el preludio de una nueva asonada contra las bandas delincuenciales en la región, tras un período de cierta tregua con sus miembros.
De hecho, existen definiciones previas acerca de la integración de la fuerza militar especial destinada a combatirlas, cuya preparación y equipamiento será contemplada en el Plan Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte de Centroamérica.
En virtud de ese programa, los tres países de esta zona geográfica están comprometidos con Estados Unidos a impulsar el desarrollo para contener las causas que inciden en el flujo migratorio sostenido de sus habitantes hacia el territorio norteño.
Uno de esos factores es el accionar de las pandillas o maras en vínculo con el crimen organizado internacional, por lo cual el 13 de agosto los titulares de Seguridad y Defensa de estas naciones decidieron ejecutar la propuesta hondureña de crear una tropa regional enfocada contra esos grupos.
Un día antes de esa reunión, celebrada también en San Salvador, los fiscales del Triángulo Norte de Centroamérica coincidieron en Guatemala para firmar un tratado relativo a la unificación de las investigaciones y el sistema informático para fortalecer esa lucha.
Datos oficiales dan cuenta de la existencia de más de 100 mil integrantes de pandillas en esta región: de 30 a 60 mil en El Salvador, según el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública; 15 mil en Guatemala, acorde con la Dirección de Inteligencia Civil; y 25 mil en Honduras, de acuerdo con su Policía Nacional.
De estos están encarcelados mil 190 mayores de edad y 937 menores en Guatemala, 12 mil 851 en El Salvador y mil 399 en Honduras, pese a lo cual los gobiernos insisten en atribuirle a esas bandas la mayor parte de los asesinatos, secuestros, extorsiones y otros crímenes que mantienen en vilo a estas sociedades.
Esta entrada fue modificada por última vez el 23 de agosto de 2016 a las 3:35 PM