Ante un nuevo proceso eleccionario que se registró el día domingo 7 de noviembre en la patria de Sandino, el Colectivo: Profesionales por el socialismo, que integramos diferentes profesionales del rubro de la construcción, como ingenieros en construcción, constructores civiles, arquitectos y académicos universitarios, que nos constituimos desde hace más de 5 años en Chile, nos hacemos parte del gran éxito del ejercicio cívico demostrado por la ciudadanía de Nicaragua. Por este intermedio, saludamos también al Frente Sandinista de Liberación Nacional y el gran triunfo del Presidente Daniel Ortega, junto a la vicepresidenta Rosario Murillo, para seguir conduciendo los destinos de Nicaragua por los próximos años.
Probablemente para cierta “izquierda” chilena esta elección les pueda parecer incómoda. Muy incómoda también les debe resultar haber sostenido durante 30 años los gobiernos que le sucedieron, después de terminado el régimen militar que gobernó Chile. Esa misma izquierda que terminó por abrazar el consenso con la derecha y haber adoptado las políticas neoliberales que terminó colapsado en el estallido social de octubre de 2019. Esta misma “izquierda” que adversa los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, algunas veces tildándolos de dictaduras.
Probablemente los demás países de Latinoamérica y el mundo se hacían la misma pregunta cuando en Chile se violaban sistemáticamente los derechos humanos contra la población civil y sobre el territorio Mapuche. Esa misma pregunta se hacían cuando se perseguían y se criminalizan las protestas hacia los trabajadores y los estudiantes que exigían mejoras. Claro, esa era una “democracia” y era distinto, dirán algunos. Es distinta la figura por la que se obtiene el poder, pero no es distinta la arbitrariedad con la que este se usa. Eso es lo que denunciamos en esta declaración pública.
Viniendo desde esta “izquierda”, entendemos que el tema de Nicaragua es resbaloso. Primero el Presidente Daniel Ortega y la Vicepresidenta Rosario Murillo, ambos han sido elegidos democráticamente y son un síntoma del abandono que hicieron las élites del pueblo nicaragüense con los gobiernos neoliberales que gobernaron después de la caída de la dictadura de Somoza. Fue una época de opacidad para el pueblo de Nicaragua, hace ya demasiados años. Hoy es el pueblo nicaragüense, quien, por mayoría, decidió que fueran ellos quienes gobernaran y desde Chile debemos respetarlo y también honrarlo.
Pero el problema es más grave: oímos y vemos noticias de desabastecimiento, inseguridad, persecuciones políticas, medios intervenidos, crímenes, matanzas, en muchos países del mundo. Aquí cerca, en Colombia existe un caso dramático. En Brasil, existen asesinatos diarios a la población nativa y el desplazamiento forzoso, en aras de las multinacionales que saquean los países.
La pregunta que nos hacemos entonces es, ¿dónde está el límite? ¿Cuándo llega el momento de involucrarse? ¿Cuándo deja de ser un problema de ellos y empieza a ser un problema de todos? ¿Cuándo llega la hora de condenar abiertamente lo que está pasando? Claro, en esos países existe democracia, dirán algunos. Es distinta la figura por la que se obtiene el poder, pero no es distinta la arbitrariedad con la que este se usa. Eso es lo que denunciamos como colectivo, el abuso como se gobierna. En Chile tenemos el caso más dramático. Cerca de 40 muertos, miles de presos y torturados, muchos con estallidos oculares y otros ciegos, pero claro el mundo no condena estos crímenes. La hipocresía en su estado puro.
Para concluir, queremos saludar y felicitar al valeroso pueblo de Nicaragua, que, como tantas veces en su historia nos ha dado grandes lecciones de heroísmo. Hoy es el tiempo de la paz.
Hugo Farías Moya
Vocero Colectivo Profesionales por el socialismo