Los chinos dicen que estos huevos son una delicia y capaces de prevenir y de curar varias enfermedades. Además, el platillo no es caro.
Receta varonil
Si por alguna razón entras en una escuela de la ciudad china de Dongyang y ves a unos niños varones haciendo fila frente a unos cubículos portátiles bajo la mirada atenta de un adulto, no te sorprendas, se trata de la contribución de los chicos a una de las tradiciones culinarias y medicinales más populares de la región.
Lo único que los niños hacen es orinar y el hombre que observa es un cocinero que ha ido en busca de la apreciada materia prima para preparar los huevos hervidos en orina, o «huevos de niño virgen» (como también le llaman), una exquisitez gastronómica, así como «fármaco» al que la Medicina china le atribuye la cura de toda clase de males.
Se trata de una receta machista; las niñas no son admitidas y los niños tienen que ser prepúberes, siendo 10 años la edad tope aceptable. El hombre también está allí para verificar que no se le cuele un «mayor de edad» o un chico visiblemente enfermo, que arruine la receta.
¡Que queden bien impregnaditos!
Si has leído hasta aquí, es de suponer que te interesa la receta. Primero hay que remojar los huevos en el pis, en una especie de maceración primaria. Luego los huevos son cocidos por un tiempo en un puchero lleno de orina, cuidando de que no se rompan. Seguidamente, a cada huevo se le hace una pequeña rotura para que el pipí impregne el interior con su sabor y color.
Los huevos están listos para el banquete cuando la parte blanca haya adquirido un color dorado pálido y la yema tenga un tono verdoso. Los que los han probado dicen que tienen un sabor deliciosamente agrio.
Sabrosa panacea
La Medicina china atribuye propiedades curativas a las sales contenidas en la orina. El sedimento de orina cristalizado es prescrito contra las inflamaciones y las infecciones por hongos en la piel y la boca. Otros supuestos beneficios son la cura del asma crónica y la prevención de los golpes de calor.
No todos los médicos de Dongyang opinan lo mismo con respecto a los huevos de niño virgen. Algunos dicen que puede que sean una curiosa tradición gastronómica, pero no curan absolutamente nada. Además, lo que algunos celebran como un manjar de incomparable aroma, otros rechazan como una cosa que provoca nauseas por su fetidez.
La panacea es el mítico medicamento, capaz de curarlo todo, que buscaron los alquimistas. Estos huevos quizá no sean la panacea universal, pero parece que son ricos ¿Te animarías a probarlos?
Fuente: Vix
Esta entrada fue modificada por última vez el 22 de mayo de 2017 a las 11:39 AM