Ministerio de Asuntos Exteriores MpRC
¡Junto a Nicaragua, en defensa del sandinismo y sus conquistas, por la Revolución!
Como es sabido, en general, el asunto latinoamericano representa una experiencia de largo plazo, que da testimonio de un punto de referencia esencial en el camino de actualización y modernización del marxismo y ofrece un ejemplo crucial de resistencia y avance en dirección a un «socialismo». Para el siglo XXI»: ciertamente no es un modelo universal, pero sin duda una poderosa inspiración en el camino de transformación en el sentido de la democracia efectiva, el protagonismo de los trabajadores y las masas populares, la dignidad y la justicia social.
En particular, entonces, desde el punto de vista político, las señales de resistencia e innovación llegan precisamente del contexto latinoamericano, ante el cual es imposible permanecer indiferente: la historia de Nicaragua, con motivo del 45 aniversario de la victoria de la revolución sandinista, no es el único ejemplo brillante.
Basta una mirada para indicar el rumbo del «rumbo progresista» en el subcontinente: la Nicaragua, precisamente, de Daniel Ortega; Bolivia, primero con Evo Morales, con Álvaro García Linera, y ahora con Luis Arce; la Colombia de Gustavo Petro; Ecuador, relativa a la experiencia de la revolución urbana de Rafael Correa, con Jorge Glas y Ricardo Patiño; El Brasil de Lula otra vez; hasta la revolución bolivariana en Venezuela, primero con el comandante Hugo Chávez y ahora con el presidente Nicolás Maduro, y, como estrella polar del proceso de transformación en sentido global, la Cuba socialista, la Cuba de la «Revolución», a partir de la dirección revolucionaria de el líder historiador, Fidel Castro, pasando por Raúl Castro, hasta el actual grupo directivo con Miguel Díaz-Canel.
En Nicaragua, en particular, el significado histórico del sandinismo, que tiene su inspiración ideal y precedente histórico-político en la figura de Augusto César Sandino (1893-1934), está marcado por los dos ciclos históricos del Frente Sandinista de Liberación Nacional, el primero entre 1979 y 1990, tras la histórica victoria de la revolución sandinista del 20 de julio de 1979 y el inicio de la transformación socialista de la sociedad y del Estado, bajo el liderazgo de Daniel Ortega, con un programa de «desarrollo integral», nacionalización de la inversión extranjera propiedades, desarrollo de proyectos rurales y productivos a nivel local, participación de los trabajadores en la nueva estructura económica, desarrollo del estado de bienestar; y el segundo con las cuatro victorias presidenciales de Ortega en 2006, 2011, 2016 y 2021, la consolidación de las relaciones con Cuba y Venezuela y el resurgimiento de la perspectiva antiimperialista.
Por tanto, la revolución sandinista celebra hoy su 45º aniversario. Durante más de 40 años, de 1936 a 1979, Nicaragua estuvo bajo el régimen dictatorial de la familia Somoza. En noviembre de 1978, la Organización de Derechos Humanos de los Estados Americanos, en uno de sus informes, acusó a la Guardia Nacional, cuerpo militar leal a la dictadura, de graves y reiteradas violaciones de los derechos humanos; Después de una resolución de condena de las Naciones Unidas, la negativa de Somoza a renunciar al poder fue la base para el establecimiento de un Frente Patriótico Nacional.
Desde 1961, el movimiento revolucionario del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) había estado activo en el país y, con el apoyo creciente de sectores cada vez más amplios de la población, tomó gradualmente el control de gran parte del país y lanzó la última ofensiva contra el régimen. El 16 de junio de 1979 se anunció la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional. El 20 de julio de 1979 la Junta Revolucionaria entró en la capital, Managua, sancionando así la histórica victoria de la Revolución, cuyos acontecimientos aún continúan.
El proceso revolucionario sandinista representa, a escala regional, el mayor proyecto de modernización de Centroamérica, un proyecto basado en el paradigma de la dignidad, la satisfacción de las necesidades y la defensa de los derechos de la población: la reducción de la pobreza, los derechos públicos, universales y modernización libre, estructural e infraestructural del país, ampliación de los derechos en todos sus aspectos, una nueva proyección, en el sentido de autonomía y autodeterminación, del país en el escenario internacional.
Datos y estadísticas oficiales confirman el éxito de las transformaciones propiciadas por el proceso revolucionario: autosuficiencia alimentaria y energética; Reducción del 50% de la pobreza; ampliación del servicio de agua potable al 98% del territorio; ampliación de electricidad al 99,5%; crecimiento económico medio anual del 4,5%.
Augusto César Sandino, de quien toma su nombre el Frente Sandinista de Liberación Nacional, fue un revolucionario nicaragüense que encabezó la rebelión contra la presencia militar estadounidense en Nicaragua, y sus acciones lo convirtieron en un verdadero héroe latinoamericano, un símbolo de resistencia a la dominación extranjera y opresión política. Como Movimiento por el Renacimiento Comunista no podemos, por tanto, sino confirmar, en la histórica fecha del 20 de julio, el más firme y total apoyo al proceso revolucionario sandinista, a la dirección política y al pueblo revolucionario de Nicaragua, y nuestro más sólido e incondicional apoyo. , en su batalla por el progreso económico y social, contra la violencia y las amenazas del imperialismo.
Esta entrada fue modificada por última vez el 22 de julio de 2024 a las 2:27 PM