De la fiesta o la ocasión no hablaremos porque no nos importan. En cambio, nos concentraremos en que Kim Kardashian quebró la noche con el vestido de gala que se puso.
La destruyó. La alumbró. O sea, acabó con la noche (esa mitad de la vida, la mejor mitad). Todo porque llevó el escote a un nuevo nivel libre de pudores.
Y eso que es fama que desde hace siglos las mujeres muestren y los hombres tapen durante las galas. Ellas siempre escotadas, ellos siempre tapándose hasta la mitad del cuello. ¿Y quién ha de quejarse si así parece dispuesto desde tiempos pretéritos y si así nos enseñaron que es correcto? Nadie. Menos los que fueron a esa fiesta.
Al que no vimos fue a su marido. A lo mejor estaba demasiado dispar para la foto o demasiado informar para no dañar la estampa. En cambio, sí aparece un guarda espaldas-modelo allá al fondo como haciéndole juego a la presencia de Kim.
Todos senos, todo glamour, la Kardashian más famosa sabe de tanta experiencia cómo no excederse, pero casi. O sea, permitir comentarios, pero siempre quedar bien.
Las siguientes imágenes son un escándalo estético. Hacen que nos provoque rumbear. Gracias, Kim. Tú sabes lo que haces.
Fuente: Nalgas y Libros
Esta entrada fue modificada por última vez el 14 de septiembre de 2022 a las 2:12 PM