La dictadura judicial, de la Suprema Corte en EE.UU.

Foto portada digital

Por: Stalin V. 

La Corte Suprema de Estados Unidos decidió una elección presidencial en el caso Bush vs. Gore el 12 de diciembre de 2000. La elección de ese año entre George W. Bush y Al Gore se había vuelto caótica debido a un recuento en Florida, un estado clave para definir el resultado. La Corte Suprema detuvo el recuento, lo que efectivamente otorgó la victoria a Bush. Fue un fallo muy controversial porque decidió quién sería presidente sin que se terminaran de contar todos los votos en el estado.

Sí, esa misma Corte Suprema del imperio yanqui, cuyo poder absoluto la convierte en una verdadera dictadura judicial, por más de dos siglos han decidido el pasado, presidente y futuro de los estadounidenses y emitido fallos polémicos sobre el aborto, el control de armas, la libertad religiosa y el medio ambiente, la Corte Suprema de Estados Unidos reafirmó una vez más en esos casos, que su poder es absoluto.

Pero aquí lo más controversial de todo esto es que la mal llamada «madre de las democracias en el mundo» como lo es Estados Unidos, tiene entre sus instituciones a una dictadura judicial cuyo poder en muchos casos es superior al del Ejecutivo. Para comenzar sus jueces son vitalicios, es decir una vez que los propone el Presidente de turno y los confirma el Senado, esos jueces pueden morirse en el cargo o pasar en ese curul hasta 100 años y sino hasta que por voluntad propia decidan jubilarse.

Esta Suprema Corte, prácticamente le mide las costillas al Ejecutivo en esencia, el tribunal decide si las leyes y las acciones del gobierno son constitucionales y describe la amplitud y los límites del gobierno. El poder exagerado de esos nueve jueces que conforman la corte es tal que sus sentencias son «palabra de Dios,» en el sentido de que no pueden ser revocados por otro cuerpo.

El colmo es que solamente ellos pueden hacer y deshacer, es decir que la corte puede anular o cambiar su propio precedente con el tiempo, como lo hizo con decisiones que permitieron la segregación racial o con la revocación que hicieron en el año 2022 sobre la decisión de 1973 en Roe vs. Wade, que garantizaba el derecho constitucional a abortar. Como lo dije antes, los estadounidenses están sometidos a una dictadura vitalicia y judicial a la que ni el mismo Congreso de ese país puede regular. Por ejemplo, el tribunal dictaminó en 2007 que Lilly Ledbetter no había presentado una queja por discriminación de igualdad salarial dentro del período de tiempo permitido (porque no descubrió la discrepancia hasta años después). El imperialista presidente de ese tiempo Barack Obama firmó una ley en 2009 que eliminó esas restricciones anteriores.

Los cargos de los nueve jueces en la Suprema Corte son de por vida, la excusa perfecta que se utilizó para crear esta (dictadura judicial) es que ellos tenían que estar aislados de los «caprichos de las ramas políticas». Pero el que tengan como «cementerio el edificio del tribunal desde donde dictan sus caprichosas sentencias,» no hace que los jueces sean populares. Las encuestas actuales muestran que menos de un tercio de los estadounidenses confían en la corte.

Ahora bien, estos nueve jueces son tratados con el mismo estatus y jerarquía cual si fuesen el Presidente de los Estados Unidos, tan es así que para ser destituidos tiene que ser a través de un juicio político, el mismo proceso que se utiliza para destituir al Presidente de EE.UU. La Cámara votaría para destituir, y el Senado tendría un juicio y votaría si destituir al juez. Sin embargo, nunca ha sucedido para el juez de la Corte Suprema, en otras palabras son «dinosaurios intocables»

Estos nueve vividores profesionales que viven de la justicia en el imperio yanqui y como dije antes, ostentan cargos de por vida, reciben un salario que está determinado por el Congreso. Sus megasalarios desde 2024 hasta esta fecha son:

Jueces Asociados: $298,500 al año

Presidente de la Corte Suprema (Chief Justice): $312,200 al año, pero como a los pobrecitos jueces, ese salario mínimo no les ajusta, entonces reciben otros estipendio.

1. Su sueldo puede aumentar periódicamente según las decisiones del Congreso y los ajustes inflacionarios.

2. Si un juez ha servido al menos 10 años y su edad sumada a los años de servicio da 80 o más, puede jubilarse con el 100% de su salario.

3. Cuentan con asistentes, investigadores y secretarios legales de alto nivel.

4. Reciben viáticos para viajes oficiales.

5. Tienen seguridad de por vida, proporcionada por el Servicio de Alguaciles de EE.UU.

6. Los jueces retirados pueden mantener una oficina y personal si continúan trabajando en algunos casos menores o dando conferencias.

Entre estos vividores de la justicia existe jerarquía y edad, que debe ser respetada entre sus miembros. Por ejemplo En la sala del tribunal, los jueces se sientan por antigüedad, con el presidente del tribunal en el medio y los jueces más jóvenes en el exterior. Antes de los argumentos públicos y las conferencias privadas, donde se discuten las decisiones, los nueve miembros se dan la mano como muestra de armonía de propósitos.

Mientras suena el mazo y los jueces se sientan, el maestro de ceremonias grita la tradicional bienvenida, que dice: “¡Oyez! ¡Oyez! ¡Oyez! Se advierte a todas las personas que tengan asuntos ante la honorable Corte Suprema de Estados Unidos que se acerquen y presten atención, porque la corte ya está sentada. Dios salve a Estados Unidos y a esta honorable corte”.

Yo mejor diría; ¡Dios salve al mundo, de Estados Unidos y de esa dictadura de Corte!

Esta entrada fue modificada por última vez el 15 de febrero de 2025 a las 12:05 PM