El día de Navidad, 25 de diciembre, coincidirá con la Luna en fase llena. Se trata de un suceso que no ocurría desde el año 1977 y que no volverá a pasar hasta la Navidad de 2034.
Se trata de la primera Luna llena del invierno, que comenzó el 22 de diciembre. A esta Luna llena de diciembre, que es el última del año, se la conoce como «Fría Luna Llena», debido a que las noches de este mes están en su etapa más larga y oscura y durante este mes el frío del invierno se mantiene fuerte, según han apuntado desde la NASA.
Los expertos indican que a lo largo del este último mes del año la Luna está por encima del horizonte durante mucho tiempo y en su fase llena tiene una alta trayectoria en el cielo, porque se enfrenta a un Sol bajo en el horizonte.
Desde la agencia espacial estadounidense, recuerdan que tienen actualmente un nave espacial en la órbita de la Luna que está investigando la superficie lunar desde 2009. «Cuando miramos a la Luna vale la pena recordar que es algo más que un vecino celestial», señala John Keller, del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA.
«Su historia geológica y la de la Tierra están íntimamente atadas, de tal manera que la Tierra sería un planeta drásticamente diferente sin la Luna», añade.
El asteroide de Navidad
En esta misma noche, una enorme roca de 2 km de longitud pasará cerca de la Tierra, aunque sin suponer peligro ninguno, ya que su órbita se sitúa a unas 28 veces la distancia que separa nuestro planeta de la Luna, unos 11 millones de kilómetros, mucho más lejos que la del anterior visitante celeste.
El asteroide de Navidad, cuyo nombre científico responde a 2003 SD220, fue descubierto en septiembre de 2003 desde el Observatorio Lowell en Arizona (EE.UU.). «No está en nuestra lista de objetos en situación de riesgo», señala Maria-Antonietta Barucci, astrónoma en el Observatorio de París, a la agencia AFP. «No hay peligro, puede estar tranquilo, relajado y disfrutar de la Navidad».
Su paso tampoco causará terremotos, idea que ha circulado por internet. «Esas afirmaciones son engañosas e incorrectas. Aunque 2003 SD220 pasara más cerca, es dudoso que se produjeran seísmos. De hecho, no hay evidencia científica de que el sobrevuelo de un asteroide pueda causar cualquier actividad sísmica, a menos que choque con la Tierra, que claramente no será el caso», explican desde la revista EarthSky.
Una característica notable de este asteroide es su gran tamaño: 2 km de ancho, según recientes observaciones de radar del telescopio de Arecibo en Puerto Rico. También se cree que tiene una rotación muy lenta de aproximadamente una semana. Será mucho difícil de ver debido a su distancia. Sin embargo, utilizando radiotelescopios, los astrónomos ya están observando este asteroide haciendo rebotar señales de radio sobre la superficie de la roca espacial.
Esta roca espacial volverá de nuevo en 2018, y habrá otros cuatro encuentros en los próximos 12 años en que estará lo suficientemente cerca para una detección de radar. Aunque el asteroide es enorme, no hay peligro de una colisión futura. La órbita del asteroide 2003 SD220 es bien conocida y la NASA ha verificado que la roca espacial no pasará a una distancia peligrosa durante los próximos dos siglos.
Esta entrada fue modificada por última vez el 24 de diciembre de 2015 a las 1:11 PM