Cuando se es adolescente, la etapa más incómoda y difícil de atravesar es la pubertad, es aquí donde tu cuerpo empieza a experimentar diferentes cambios, tantos físicos como mentales.
Pero son los físicos que más abruman a un adolescente, una de esas metamorfosis que se sufre en la pubertad es el acné o espinillas que tanto chavalos como chavalas lo padecen.
Hay un sinnúmero de hipótesis que prueban la existencia de esos granitos terribles, uno de ellos es la masturbación. En alguna ocasión escuchamos a nuestros abuelos o algún familiar burlarse de tu rostro o de hacerte recomendaciones en forma de chiste para desaparecer esos mini volcanes de tu cara o de soportar esos malos apodos referentes a tu problema cutáneo.
“Tienes que buscarte una mujer y casarte”, es el remedio más popular que los abuelos te ofrecen para eliminar tu problema, porque aún piensan que pasar casi una hora en el baño es la causa de las espinillas.
Ahora adultos y casados, aún sufrimos de acné pero no es por masturbarse como se cree, al contrario es por lo que comemos, bebemos o por el entorno donde nos movemos. Comidas graso son las principales causantes de los granos y peor aún, si tu cara es extremadamente grasosa.
En fin, olvídense que las asquerosas espinillas son consecuencia de la masturbación y dejen de lastimarse la cara tratando de desaparecerlas con remedios caseros, mejor vayan al dermatólogo para evitar deformaciones o cicatrices, sobre todo faciales.
Juan Carlos Maltez.
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Esta entrada fue modificada por última vez el 9 de mayo de 2016 a las 5:55 PM