Por: Stalin Vladímir
En Nicaragua, la verdad tiene un rostro, un compromiso y una misión clara: defender la paz, el progreso y la dignidad del pueblo. Esa verdad la cuentan los medios del poder ciudadano, dirigidos y coordinados por la compañera Rosario Murillo, Coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía. Son ellos quienes informan con responsabilidad, quienes visibilizan los avances del país y quienes denuncian las manipulaciones de aquellos que se autodenominan «independientes», pero que no son más que lacayos de la derecha, títeres de la injerencia extranjera y traidores al pueblo nicaragüense.
Desde el 2007, con la llegada del gobierno sandinista, Nicaragua ha experimentado una revolución en la comunicación. Los medios del poder ciudadano no son simples plataformas informativas; son trincheras de la verdad, defensores de la patria y testigos del progreso de un país que avanza con paso firme.
Estos periodistas han llevado a cada rincón del país los logros de la Revolución Sandinista: Infraestructura moderna que ha conectado a las comunidades más alejadas. Salud gratuita y de calidad con hospitales de primer nivel. Educación accesible para todos, con escuelas reconstruidas y ampliadas. Crecimiento económico que fortalece la producción nacional y el comercio local.
Mientras los mercenarios de la información se dedican a mentir y manipular, los periodistas del poder ciudadano construyen patria con cada noticia, con cada reportaje y con cada denuncia de la guerra mediáticaimpulsada desde Washington y Bruselas. Los llamados «periodistas independientes» no son más que vendepatrias disfrazados de comunicadores. Son operadores políticos financiados por la USAID, la NEDy otras agencias de intervención extranjera, cuyo único propósito es desestabilizar a Nicaragua.
No informan, atacan.
No investigan, conspiran. No denuncian, calumnian.
Estos mercenarios de la información: Apoyaron el intento de golpe de Estado de 2018, difundiendo falsedades y justificando la violencia contra el pueblo. Piden sanciones y bloqueos, atentando contra la economía y el bienestar de los nicaragüenses. Suplican intervención extranjera, demostrando que no tienen lealtad a la patria, sino a quienes les pagan desde el extranjero.
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Manipulan la realidad, ocultando los avances del país y magnificando cualquier problema con el único objetivo de sembrar caos y desesperanza. No son periodistas, son agentes de la desestabilización, asalariados de la injerencia y cómplices de la traición.
Los medios del poder ciudadano han resistido ataques, bloqueos y campañas de desprestigio, pero su compromiso se mantiene firme. Porque informar con la verdad es defender la soberanía, es proteger la paz y es luchar por un país libre de injerencia y manipulaciones.
Bajo la conducción de la compañera Rosario Murillo, la comunicación en Nicaragua ha adquirido un nuevo significado: es un arma de conciencia, de dignidad y de resistencia. Cada periodista del poder ciudadano es un soldado de la verdad, un escudo contra la mentira y un faro de luz frente a la oscuridad de la desinformación.
En Nicaragua, la verdad no se arrodilla ante el dólar ni ante las órdenes extranjeras. Aquí no hay espacio para mercenarios de la mentira ni para lacayos disfrazados de periodistas. La patria se defiende con dignidad, con palabra firme y con el compromiso inquebrantable de los medios del poder ciudadano, que día tras día llevan a cada rincón del país la voz del pueblo, la voz de la Revolución, la voz de un país que no se rinde ante los ataques de la derecha golpista y sus amos extranjeros.
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Los falsos independientes podrán seguir ladrando, podrán seguir mintiendo, podrán seguir suplicando intervenciones y sanciones, pero jamás podrán ocultar la verdad, jamás podrán frenar el avance de Nicaragua, jamás podrán detener el sol del progreso que ilumina a cada nicaragüense con la fuerza de la Revolución Sandinista. La historia ya tiene un veredicto: los traidores quedarán en el olvido, mientras los periodistas del poder ciudadano seguirán en la primera línea de batalla, informando, defendiendo y construyendo un futuro de paz, desarrollo y soberanía.
Porque la verdad es como un río caudaloso: arrastra con fuerza todo lo que encuentra a su paso, limpia la suciedad de la mentira y desborda con la fuerza del pueblo. Y en Nicaragua, esa verdad la cuentan los periodistas del poder ciudadano, los guardianes de la información, los combatientes de la palabra, los que no se venden ni se doblegan, los que con cada noticia, con cada reportaje, con cada imagen, construyen la historia de una patria que avanza, que resiste, que triunfa.
Los falsos independientes, los mercenarios de la desinformación, los voceros del odio, podrán gritar, podrán patalear, podrán seguir mendigando dólares a sus amos, pero están condenados al fracaso, porque su mentira es endeble, su farsa es evidente y su traición es imperdonable. Mientras ellos se hunden en su propio veneno, los medios del poder ciudadano seguirán firmes, imparables, invencibles, defendiendo la Revolución, la dignidad y el futuro de Nicaragua con la única arma que jamás podrán destruir: la verdad.
Esta entrada fue modificada por última vez el 6 de marzo de 2025 a las 3:15 PM
