El pueblo de Nicaragua mayor de 16 años está llamado a las urnas el próximo 7 de noviembre para elegir a la presidencia y vicepresidencia del país, así como a 90 diputadas y diputados a la Asamblea Nacional y 20 al Parlamento Centroamericano, en base a la Ley Electoral reformada el pasado 4 de mayo por el poder legislativo y previa consulta a los 19 partidos políticos legalmente constituidos en el país.
El sistema electoral nicaragüense, al contrario de lo que cuentan de forma intencionada los grandes grupos mediáticos que siguen el dictado del imperio, cuenta con todas las garantías democráticas, y asegura los principios de transparencia, equidad e igualdad y por supuesto, todos los derechos políticos de los partidos y alianzas electorales. Eso sí, no permite injerencias exteriores ni financiación de las campañas o partidos con fondos extranjeros, algo que también sucede en la mayoría de los países europeos, España incluida.
Nos dicen que la oposición nicaragüense ha sido excluida de las elecciones
No es verdad. Partidos de oposición al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) sí se presentan a las elecciones con toda la seguridad jurídica que contempla la Ley Electoral.
El Partido Conservador (PC) ha decidido de forma unilateral no presentarse a los comicios y así lo ha comunicado al Consejo Supremo Electoral, mientras que la candidatura del Partido de Restauración Política (PRD) ha sido cancelada por modificar estatutos e intentar firmar una alianza electoral fuera de los plazos establecidos por la Ley Electoral. En cualquier democracia real sería inentendible que se autorizara una papeleta que no haya sido registrada en tiempo y forma.
El Partido político Ciudadanos por la Libertad (CxL) incumplió la Ley Electoral al intentar que una de sus representantes obtuviera su cédula de identidad nicaragüense de forma irregular, así como la violó otras leyes nacionales como la Ley de defensa a los derechos del pueblo a la independencia, la soberanía y la autodeterminación para la paz.
El resto, ha recibido sus credenciales dentro de lo estipulado en el calendario electoral y en la garantía de un proceso ordenado, libre y con la máxima transparencia. Y como mecanismo de control están establecidos los Consejos Electorales Departamentales, Regionales y Municipales, que organizan, administran y conducen el proceso electoral en el que todos los partidos y alianzas electorales han nombrado representantes.
Ha habido una campaña perfectamente diseñada para intentar desestabilizar al Gobierno nicaragüense y deslegitimar este importante proceso electoral. Por citar algún ejemplo, en el mes de junio se alertó de que candidatos a las presenciales estaban siendo detenidos, algo del todo imposible porque en esa fecha el calendario no contemplaba ni siquiera precandidatos, mucho menos candidatos. El plazo para que los partidos que concurrirán a las elecciones pudieran presentar a sus candidatos y candidatas no se abrió hasta el 28 de julio.
Lo que sí hay en Nicaragua es un movimiento que se muestra a favor de la intervención militar de EE.UU. y camuflados en supuestas ONG´s financiadas por el Imperio intentan organizar campañas de desestabilización políticas en contra de la voluntad del pueblo, pero ninguno de las personas que participan en ellas ha sido candidatas, ni precandidatas, incluida Cristina Chamorro.
Por otro lado, desde el más simple análisis político la detención de opositores sería absurda cuando todas las encuestas dan al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que lidera Daniel Ortega, una contundente victoria con entre el 61% y el 68% de los apoyos.
Transparencia y democracia
Otro de los mantras sobre este proceso electoral es lo referido a la transparencia y democracia en Nicaragua. La prensa domesticada emite noticias falsas, siguiendo el método del ministro nazi Goebbels. Esta campaña de contaminación sirve para entender aquello de que una mentira repetida mil veces termina pareciendo verdad. No es algo nuevo, sólo en América Latina hemos visto agresiones constantes y campañas comunicativas domadas contra Cuba, Venezuela, Bolivia.
El proceso electoral está perfectamente calendarizado, todo nicaragüense tiene el derecho a elegir, y así se garantiza, a sus representantes de forma libre, directa mediante el voto secreto y también a ser elegido mediante su participación en las candidaturas presentadas por los partidos políticos y alianzas. Las listas electorales se publican y en los centros de votaciones se puede consultar el padrón y se subsanan en caso de error. Hay plenas garantías.
Desde el año 1984 se han celebrado 19 procesos electorales en Nicaragua. Distintos partidos han ostentado la presidencia del gobierno de la nación. Así, el Presidente de la República en los periodos 1997-2001 y 2002-2007 fue del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), mientras que del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) lo fue desde las primeras elecciones libres del 84 hasta el 90 y desde el 2006 hasta la actualidad. El pueblo vota y elige.
Además de los dos anteriores también son partidos con personalidad jurídica en estas elecciones el Partido Camino Cristiano Nicaragüense (CNN), que fue tercera fuerza política en las elecciones de 1996; Yapti Tasba Masraka Nanih Asla Tatanka (YATAMA), partido regional y étnico de la Costa Caribe; Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), segundo en las elecciones presidenciales del 2006; Alianza por la República (APRE) y el Partido Liberal Independiente (PLI).
Lo que no te contaron de Nicaragua
Nicaragua es sometida a sanciones arbitrarias por parte de EE.UU. y pese a ello, y desde que el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) dirige el país se han conseguido grandes avances sociales y derechos para el conjunto del pueblo.
Tras las protestas de 2018 se ha avanzado en la estabilización política, social y económica del país y, en estos momentos, se vive una etapa de recuperación y reconciliación.
Derechos como la sanidad o la educación están blindados, recientemente se han inaugurado 21 nuevos hospitales y 6 más están en fase de construcción. Nicaragua es ejemplo de autosuficiencia alimentaria, el 90% de sus necesidades son cubiertas con la producción nacional y durante el confinamiento mundial motivado por la pandemia, ha visto aumentar sus exportaciones en un 17%.
En materia de energía, el país produce el 77% de forma sostenible a través de las renovables y cada vez es menor su dependencia a los combustibles fósiles. Hoy en día el 99,2% de las familias nicaragüenses tienen acceso de la energía y las más necesitadas la reciben de forma subsidiada.
La campaña de vacunación avanza de forma importante, estando cerca de alcanzar el 70% de inmunidad. La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) y estudios de la Universidad de Harvard demuestran que Nicaragua es uno de los 10 países más seguros para viajar.
Y así podríamos seguir, pero lo importante es que Nicaragua, más que pese a la oligarquía parasitaria, seguirá avanzando y EE.UU. cosechará otra derrota.
Ismael Sánchez Castillo,
Diputado en el Parlamento
de Andalucía
por Unidas Podemos.
Licenciado en Comunicación Social, egresado de la UNAN-León con especialización en Comunicación Digital Estratégica.