Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que la campaña de ataques y demonización de parte de los llamados centros de poder en contra de países como Cuba, Venezuela y Nicaragua, ha llegado a términos inéditos.
En el caso de Nicaragua, mientras el país centroamericano avanza en su calendario electoral, aprobado constitucionalmente y de común acuerdo, como manda su legislación, con los partidos legal y legítimamente inscritos, no cesan los infructuosos intentos por socavar e intervenir en los asuntos internos y soberanos del valiente País.
Continúan las ilegales, unilaterales y arbitrarias sanciones, tanto de parte del imperialismo estadounidense, como de su servil vasallo, la Unión Europea, quienes, desde posiciones de resaca imperialista, arremeten en contra de la Nicaragua Sandinista, cuando en sí, las llamadas sanciones representan agresiones y un linchamiento cínico de parte de las rancias estructuras colonialistas yanquieuropeas.
El país centroamericano, en particular el Sandinismo, tiene claro lo que ha significado el unilateralismo euro-estadounidense en la vida de los pueblos: imposición de la guerra, intervenciones militares, expolio directo e indirecto, injerencias políticas, operaciones mediáticas desestabilizadoras, junto a bloqueos ilegales. El imperialismo en esta región se ha comportado como lo que es: un sistema de “relaciones” basado en el uso de la fuerza y la violencia. A esto, Nicaragua, le ha opuesto históricamente tenaz resistencia.
A pesar de todo ello, el calendario electoral en el país, sigue su curso, el apoyo popular al Sandinismo, al Presidente Daniel Ortega es impactante: encuestas, estudios, sondeos y análisis de todas las firmas lo ratifican como ganador inobjetable el 7 de noviembre y con un porcentaje que no deja duda de su consistente apoyo popular. Tanto es así que, desde los mismos medios opositores, al momento de llevar a cabo sus encuestas, no incluyen los datos de la candidatura Sandinista, para no evidenciar la pobreza y el raquítico arraigo de las agrupaciones políticas opositoras de parte del pueblo nicaragüense.
Llama la atención que los medios internacionales y quienes les dictan la agenda, ahora que hay candidatos inscritos, sigan poniendo su atención en ciudadanos que están sujetos a una investigación por causas penales y que jamás fueron candidatos a nada. Menudo cinismo.
Lo que les resulta intolerable es que sus aliados, a quienes apoyan, me refiero a las grupos conservadores, a las elites oligárquicas, quienes siempre les han entregado las riquezas del país, no tengan oportunidad alguna de acceder al gobierno de forma democrática, pues la democracia nicaragüense, cuya fuerza reside en la voluntad popular y en sus instituciones garantistas, instaurada en el país centroamericano por el Sandinismo, los ha rechazado y los seguirá rechazando contundentemente por incapaces, corruptos y deshonestos.
En este sentido, debido a que estos grupos elitistas y desarraigados en el país, principalmente en la Nicaragua profunda, esa que ha sido protagonista y beneficiaria de las políticas públicas, planes y programas socioeconómicos del gobierno Sandinista, no tienen la menor oportunidad de ganar las elecciones, pretenden desacreditar el proceso electoral. Pero su campaña, solo tiene resonancia en el occidentalismo colonial cada vez más marginal, porque, si algo tenemos claro los internacionalistas, es que el escenario internacional existe más allá de Estados Unidos y la Unión europea. Y Nicaragua, tiene un amplio historial de resistencia y rechazo a este entramado imperialista. Por ello Nicaragua resistirá. Y vencerá.
- Ecologista, Traductora, Escritora, Analista Internacional, Coordinadora del Colectivo Internacional Ojos Para la Paz. Miembro de la Red de Artistas, Intelectuales y Comunicadores Solidarios con Nicaragua y el FSLN.
Por Purificación González de la Blanca