La corresponsal de RT María Finoshina habló con Vladímir, uno de los exprisioneros del batallón ucraniano Aidar, que relató cómo fue retenido en un taller de ahumados en la localidad de Polovínkino, en Lugansk.
«Al principio nos trajeron con bolsas en la cabeza, nos metieron en un cuarto donde había lana de vidrio», dijo el hombre, que precisó que en ese momento llevaba pantalones cortos y zapatillas.
«Nos pusieron de rodillas sobre esta lana de vidrio y nos quedamos en esta habitación un par de horas», agregó.