(Opinión) El varón de Dios que bendijo a Nicaragua y su Presidente

Pastor David Spencer - CCC. Jairo Cajina

El varón de Dios que bendijo a Nicaragua y su Presidente

Pastor David SpencerI

La lógica humana no es la misma del Todopoderoso, ni las ideas de los efímeros son los pensamientos del Eterno. Empero, el Señor YHVH no deja la historia de los hombres al garete, ni mucho menos en manos únicamente de los más poderosos.

Y Nicaragua es parte bendita de esa Historia.

Pero, ¿por qué entre abril y parte de julio, las fuerzas tenebrosas del Averno hicieron lo que quisieron contra nuestro país que destacaba en justicia social, seguridad ciudadana y efectividad económica?
¿A qué se debió que la Rotonda Jean Paul Genie, ubicada muy cerca de la Iglesia Hosanna, haya sido la cabecera de las manifestaciones fuera de control, espacio de anarquía y destrucción que se completaba en el otro extremo con la Rotonda de Metrocentro?

La ola de violencia desatada por gente fuera de sí culminó en ese tramo de la Carretera a Masaya con la terrible muerte por aplastamiento de un guatemalteco.

Las turbas gritaban extasiadas encima de un monumento metálico derribado, con el cuerpo del desafortunado ciudadano debajo. Ese tipo de aquelarre nocturno nunca había pasado en Nicaragua. El diablo reclamó sacrificios humanos, y estas personas no dudaron en complacerle.

¿Cómo explicar entonces esos días fatales, cuando casi dos meses antes un varón de Dios, a poco de recibir el llamado a gozar de la eternidad, profetizó mejores tiempos para Nicaragua, y bendijo desde lo profundo de su corazón al Presidente Daniel Ortega, la Vicepresidenta Rosario Murillo?

¿Es que estaba equivocado el pastor David Spencer? Veamos. En una noche de luz, precisamente cerca de la rotonda Jean Paul Genie, se produjo un acto que no fue el protocolario de rutina. Lo del 24 de febrero fue trascendente, porque se alinearon varios hechos: oración, historia, profecía y bendición.

El pastor David Spencer recibió la ciudadanía nicaragüense y la Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío.

Ningún gobierno desde 1838, cuando Nicaragua se separa de la Federación de Repúblicas de Centroamérica, miró como iguales y con derechos ciudadanos a aquellos que no profesaran la religión oficial del Estado ni llevaran los “ilustres” apellidos de la alcurnia.

El desprecio a los evangélicos y a los de cuna desconocida fue una constante durante el siglo XX, hasta que triunfó la Revolución Sandinista en 1979.

Tras la derrota electoral del sandinismo y el arribo de regímenes de derecha conservadora, los protestantes en pleno siglo XXI volvieron a ser tenidos en menos junto a los despreciados de siempre: los pobres.

En 2007, el ascenso al poder de las fuerzas vivas que componen el sandinismo y sus aliados, reinició la apertura hacia los cristianos evangélicos, amén de darle espacio y oportunidades a los descartados, como llama el papa Francisco a los más vulnerables.

Aunque podrían apuntarse varios hitos a lo largo de 11 años, el realizado en la Iglesia del fundador de “Hosanna” resume esa relación horizontal con las denominaciones que integran al 40 % de la población nicaragüense, sin contar con un 15% que se declara creyente (no católico) sin denominación.

Otro hecho. El reverendo Spencer sabía que pronto iba a partir. El homenaje se realizó a dos meses y 22 días de su último aliento sobre la Tierra y el primero en su siguiente vida infinita. 
Después de una loable trayectoria, de esparcir la Semilla de la Buena Nueva en los surcos del país, había coronado una fructífera carrera como lo describió Pablo “El tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (2 Timoteo 4:6-22).

El pastor era de origen estadounidense y, como tal, amaba a Nicaragua. Y recibió con alegría la ciudadanía y la máxima distinción cultural que otorga la República a sus mejores hijos. Esto no fue fortuito. “Honor a quien honor merece”, dijo en la víspera, la escritora Rosario Murillo.

El acontecimiento mismo marca una diferencia sustancial entre el sandinismo en su caminar aglutinante, plural y nacional (que así lo asumen los militantes comprometidos), y el estancamiento de una derecha blanca, clasista y católica pre-conciliar, que aún hoy aborrece del aggiornamento que el papa Juan XXIII puso en movimiento. El edificante Concilio Vaticano II enderezó, con sus líderes más avanzados, el rumbo de Roma.

II
El pastor Spencer cumplió el perfil que el evangelista estadounidense John Hagee, toma de un amigo de él: “Los espíritus de los creyentes sinceros por medio de la fe en Jesús, habiendo sido justificados con su justicia y redimidos con su sangre, tienen acceso de inmediato a lo celestial”.

A las puertas del Cielo, este varón de Dios habló verdades, como lo hizo a lo largo de su luminosa faena. En su último capítulo de las páginas leídas que él fue, no podía despedirse con una falacia. Los hijos de Dios no mienten.

Al dirigirse al presidente Daniel Ortega, le aseguró: “Porque dicen las Sagradas Escrituras en Efesios 1:4: ‘Yo te escogí antes de la fundación del mundo’. Usted no está ahí por estar ahí… ¡Dios te escogió! Porque Dios quita Reyes y pone Reyes, y Él te puso; nadie que está gobernando está ahí por casualidad”.

Luego, le entregó una obra escultórica que ilustra Nicaragua: un hombre que carga una oveja lastimada. “Esto aquí es un pastor, pero usted (Presidente) es el pastor y esta (oveja) es Nicaragua, la está llevando sobre sus hombros, y Dios la ha puesto en sus manos. Usted tiene a la perniquebrada, la que está ahí, que ha perdido Esperanza, pero Dios te dará la Sabiduría para confiar en Dios, para que Él te guíe y prosperes en una forma tan increíble”.

Para no dejar dudas de su mensaje profético, el reverendo norteamericano expuso al Comandante y la Vicepresidenta:

Tengo una palabra más y con esto termino. En Isaías 45 habla de Ciro, y dice: ‘Ciro es mi Rey escogido’, y la mano de Dios estaba sobre él y Dios lo bendijo poderosamente. Dios quiere que Usted sea ese Ciro y que agarre a Nicaragua acá, y sin duda ya lo han hecho con cuánta gente que no tenía nada, pero se esforzaron porque ustedes tienen corazón para el pobre. Esa es una de las cosas que yo admiro de ustedes”.

Alguien podrá acusar que el pastor hizo una interpretación “literal, manipuladora y fuera de contexto”, de las citas bíblicas. Sin embargo, es tan cierto que la misma Iglesia Católica Conciliar confirmó:
La norma suprema de la vida humana es la misma ley divina, eterna, objetiva y universal, por la que Dios ordena, dirige y gobierna el mundo y los caminos de la comunidad humana según el designio de su sabiduría y de su amor” (Concilio Vaticano II).

Ningún infame tendría la autoridad moral para acusar al reverendo Spencer de apoyar al Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional para obtener algún beneficio personal. ¡Estaba próximo a recibir su más grande galardón: ser recibido por Cristo! Él nunca odió y más bien se despidió con bendiciones y profecías:

“Así es que hoy está delante de ustedes, delante de todos nosotros la mayor oportunidad de todos los Tiempos de Nicaragua, y yo le digo, señor presidente Daniel Ortega Saavedra, con su esposa, usted tiene una de las oportunidades que yo creo que ningún otro Presidente en la Historia de este país la ha tenido. Y cuando buscan dice: ‘Busca primeramente a Dios y lo demás vendrá por añadidura’. Y eso es lo que Dios va a hacer con este país, la reconstruiremos con la Ayuda de Dios”.

Asimismo, les invitó “a que juntos reconstruyamos Nicaragua bajo el fundamento de los Principios Bíblicos”.

Sin dudas, el líder espiritual sentía que algo se movía –y más ahora– bajo una densa oscuridad, quizás lo que traen entre manos algunos operadores de oenegés en su activismo político antisandinista. Por eso llamó al Presidente y Vicepresidenta a oponerse a “aquellas Leyes que atenten contra lo natural de Dios, lo que Dios inventó, contra la Familia –la Familia nicaragüense es una Familia linda, preciosa–…contra la niñez, contra nuestra sociedad, pero especialmente contra la Familia, porque Dios quiere levantar a este País…”.

Conocedor de los que en Nicaragua son dados a criticar destructivamente todo, adelantó: “Yo sé que algunos que van a oír esto van a tener otra opinión y quiero decirles algo, ustedes tienen todo el derecho de estar equivocados, ¿me entendieron? Porque esto va para arriba, se levantarán en alas como águilas, correrán y no se cansarán, caminarán sin desmayar”. 
Además, ponderó “el hecho de que haya honrado el Nombre de Cristo, porque cuando se dice Cristianismo estamos hablando de Cristo, eso trae una Bendición sobre este País, porque están reconociendo al Creador del Universo, y las esperanzas y expectativas mías son tan grandes para este Tiempo”.

En efecto, el reverendo Spencer estaba conectado a la misma línea de los grandes hombres de la Iglesia que se levantaron después de la partida de los últimos apóstoles. Ellos estaban orgullosos de ser conocidos como Cristianos “ya que de Él tenemos el honor de recibir el nombre”, (Historia Eclesiástica, 1:8, Eusebio de Cesarea).

Cuando el pastor pronunció estas buenas nuevas faltaban exactamente 54 días para que la destrucción, el engaño, la maldad y la muerte se instalaran sobre Nicaragua. Ese espíritu maligno no pudo soportar las bendiciones como estas del varón de Dios:

“¡Algo nuevo está pasando en Nicaragua! No es que no era bueno en años pasados, pero es que Dios tiene planes para este país. A Dios le gusta agarrar una Nación a la que le dicen: ‘¡No hombre, son los más pobres, excepto Haití!’ y cosas así. Ellos no van a poder decir eso más, esos días se acabaron, porque este Pueblo se va a levantar y el Mundo se va a sorprender, se va a sorprender”.

III

Ante lo que venía alcanzando Nicaragua, gracias a las bendiciones del Altísimo, los gobernadores de las tinieblas no podían permanecer pasivos. Y entró con fuerza el espíritu de la mentira y la destrucción. De la amargura y el rencor. Hoy Nicaragua sufre los embates de los agentes del engaño.

A través de ciertos medios difaman y calumnian a Nicaragua, que los policías andan “matando”, que “no se puede andar libremente en las calles” y que el pueblo vive “atemorizado”.
El finado predicador de Estados Unidos, Adrián Roger, advirtió que si alguien quiere vivir la mentira, amarla e incluso creer en ella y difundirla, debe comprender que “le ha dado un lugar en su corazón al diablo. Satanás es el príncipe de las tinieblas y la mentira proviene de las tinieblas”.

El evangelista citó “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia”. ¿Acaso esas personas no han hecho gala de eso?

“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:29-32).
El diablo es un amargado y rencoroso, sostuvo Roger.

Si usted es un amargado, entienda que esta conduce a la difamación y la calumnia. Si usted difama, calumnia o habla algún tipo de malevolencia, usted literalmente está llevando a cabo el trabajo del diablo”, alertó.

Sabemos, pues, de dónde procede la mentira, la destrucción y la muerte. Por algo esos principados y potestades diabólicos quieren acabar lo más pronto posible con el Gobierno Cristiano, Sandinista.

Pero ni Satanás ni sus súbditos en la Tierra podrán arrebatar las bendiciones del Santo de Israel sobre Nicaragua.

David Spencer, varón de Dios, llegó a su Casa Celestial el 16 mayo 2018. Se fue anunciando el amor de Su Padre a nuestra nación:

Creo firmemente que Nicaragua está bajo la Promesa de Dios. La Biblia dice en Proverbios 29:2 que cuando los justos gobiernan, el Pueblo se alegra”.

Fuente: El 19 Digital

Esta entrada fue modificada por última vez el 26 de septiembre de 2022 a las 11:46 AM