Oscar López Rivera es un hombre libre de nuevo, después de permanecer 35 años en cárceles de EE.UU. Esta mañana salió del apartamento de su hija, Clarisa López, en Santurce, y dio su primer recorrido con una gran sonrisa y mucho empeño para luchar por la independencia de Puerto Rico.
Vestido con una guayabera y pantalón negros y tennis rojas, el ahora exprisionero le dio las gracias al pueblo por haber luchado por su excarcerlación. Llevaba un botón de la bandera de Puerto Rico en el pecho. No podía ocultar su alegría: aplaudía y levantaba sus pulgares mientras lo recibía un centenar de personas.
Entre la multitud le regalaron margaritas blancas y amarillas, así como rosas rojas y le gritaban frases como “Libre, Oscar Libre”, “Oscar te amamos”.
«Yo vengo a luchar y a trabajar... Mi espíritu, mi dignidad y mi honor están muchos más jóvenes hoy, que el día que ingresé a la prisión», afirmó López a la prensa, mientras el coro de la Universidad de Puerto Rico entonaba varias canciones.
Entre otras cosas, añadió estar feliz con poder tener una agenda llena, la cual incluye una conferencia de prensa a eso de las 11:00 a.m. en la playa del Escambrón, así como por su viaje de mañana a Chicago.
“Voy a ver el mar y voy a ver si me cuelo por allí”, sostuvo.
Eso sí, dejó claro que “esto es para estar en Puerto Rico y que nadie me moleste”.
López, de 74 años, estuvo custodiado por la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulin Cruz, la concejal Melissa Mark Viverito y su abogada Jan Sussler. Su séquito llevaba unas camisetas que leían: “Libertad”.
Ya no tenía el grillete electrónico que le colocaron a finales de enero pasado cuando el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, le conmutó su sentencia. Se lo quitaron ayer en la tarde, según reveló.
Su hija tampoco podía ocultar su dicha: “Feliz por poder disfrutar de la libertad de mi papá”, dijo mientras el grupo salía hacia algún lugar no precisado.
FUENTE: el19Digital
Esta entrada fue modificada por última vez el 17 de mayo de 2017 a las 10:05 AM