En una carta enviada a la Compañera Rosario Murillo, Coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, el Padre Neguib Eslaquit destacó su respaldo a la medida de otorgar el régimen de Convivencia Familiar a aquellos condenados a penas iguales o menores a los cinco años, por delitos menores.
A continuación, la carta del Padre Eslaquit:
“LA VERDADERA JUSTICIA DIVINA ES LA MISERICORDIA”
Dolores, Carazo, viernes 26 de febrero de 2016.
Compañera
Rosario Murillo
Su Despacho.
Respetada y apreciada Doña Rosario:
Nuestro Señor Jesucristo, rostro misericordioso del Padre, permanezca en sus corazones, y les continúe dando a nuestro presidente Daniel, a usted, su familia y a nuestro pueblo, toda clase de bendiciones.
Quiero expresar mi alegría sobre la medida que nuestro gobierno, cristiano, socialista y solidario, ha tomado frente a miles de privados de libertad, al otorgarles el régimen de convivencia familiar.
El Régimen de convivencia familiar es una buena oportunidad para dar un mensaje de acogida, tolerancia e inclusión a las personas que probablemente cometieron errores en el pasado y tienen el deseo de reivindicarse socialmente, demostrando que su conducta ha cambiado y pueden vivir como ciudadanos de bien.
El indulto muestra un rostro alternativo de la sociedad que deseamos, que no sea tan castigadora, sino que brinde posibilidades reales de reinserción social, en los casos que contempla la misma ley.
Según el mensaje de la sagrada escritura y especialmente en el nuevo testamento, Dios se revela como un Padre Creador Misericordioso, que siempre da la oportunidad de que sus hijos pecadores se conviertan con el arrepentimiento y el cambio de conducta.
En el Evangelio de San Lucas, capítulo 15, encontramos la parábola del Padre Misericordioso. Al final de esta parábola, frente a la queja que el hijo mayor expresa al Padre Misericordioso, que ha perdonado al mal portado hijo menor, y la buena conducta que el hijo mayor había tenido, el Padre Misericordioso le responde: “Todo lo mío es tuyo, pero este hermano perdido, que estaba muerto, ha vuelto a la vida”. A Dios le interesa que la gente viva, y no castigarla.
Y es que Jesús mismo nos dice, que hay más alegría en el cielo, por un pecador que se convierte, que por 99 justos que no necesitan de conversión.
Los castigos pedagógicos sirven a la sociedad y son necesarios, pero mejor, son las oportunidades, para que los individuos demuestren que pueden superar sus propias limitaciones.
Por eso es admirable el hecho que nuestro gobierno, liderado por el Presidente Daniel y usted, compañera Rosario, en este Año Jubilar de la Misericordia, asuma estos gestos de oportunidades, inclusión y humanidad.
No solamente las personas consultadas que vemos en los medios de comunicación, cristianos evangélicos y católicos y personas de buena voluntad, ven con optimismo este gesto, sino la inmensa mayoría de nuestra gente.
Generalmente la justicia se suele entender como el dar a cada quien lo que le corresponde, como se pensaba en la antigüedad, o el favorecer con mejores oportunidades a los que están menos favorecidos, como se realiza en el presente.
Pero desde el punto de vista de la revelación divina, este asunto va mucho más allá: “LA VERDADERA JUSTICIA DIVINA ES LA MISERICORDIA”
Reciba la seguridad de mis oraciones, gratitud, cariño, respeto y apoyo.
Padre Neguib Kalil Eslaquit
Director Centro de Espiritualidad Betania
Dolores, Carazo.
Esta entrada fue modificada por última vez el 26 de febrero de 2016 a las 3:36 PM