El papa Francisco cumplirá hoy la última jornada de su primera visita pastoral a México en Ciudad de Juárez, Chihuahua, que antes cobró notoriedad mundial por sus índices de violencia y feminicidios.
En Ciudad Juárez oficiará la quinta y última de sus misas en México, que estará dedicada a las víctimas de toda forma de violencia, incluidos los más de 26 mil desaparecidos en el país y los 43 de Ayotzinapa, sobre los cuales no se ha pronunciado aquí hasta hoy.
Como parte de la nueva cara de Júarez, al jefe de la Iglesia Católica le espera en el aeropuerto un ensamble de 700 músicos que le interpretarán el Corrido de Chihuahua, el himno Francisco es, y el conocido tema Cielito Lindo.
Francisco visitará el miércoles el penal, Centro de Rehabilitación Social (Cereso Tres), que hace algunos años estaba bajo control del crimen organizado y era considerado el más peligroso de Latinoamérica.
Hoy esa penitenciaría ostenta certificado internacional por cumplir con normas relativas a seguridad, higiene, alimentación, derechos humanos y capacitación a internos, entre otras, según la gobernación de Chihuahua.
Allí hablará ante unos 800 presos, recibirá de ellos un mensaje y orará en la capilla de la prisión.
Luego se reunirá con los trabajadores del Colegio de Bachilleres de Chihuahua.
El pontífice oficiará misa en el área de la Feria de Ciudad Juárez, ciudad fronteriza con Estados Unidos, cuyas autoridades adelantaron restricciones al paso de miles de mexicanos residentes en ese país.
Francisco, que antes estuvo en Estados Unidos, ha instado a derrumbar muros que impiden el paso de emigrantes.
Serán entonces dos temas fundamentales en voz del Papa: violencia y migración, pero también ocasión para su despedida del pueblo mexicano que lo recibió con los brazos y el corazón abiertos.
Esta entrada fue modificada por última vez el 17 de febrero de 2016 a las 8:52 AM